Una gran interrogación planea sobre el destino inmediato deVenezuela. El presidente del país, Hugo Chávez, convalece en Cuba tras una operación —la cuarta desde que en 2011 se le diagnosticó un cáncer— y se encuentra en situación "estacionaria" después de sufrir una infección pulmonar. Su toma de posesión estaba prevista para este 10 de enero, pero el Gobierno del país ha confirmado este martes que el mandatario no acudirá a la cita.
Chávez ganó las elecciones el pasado mes de octubre, con el 55% de los votos, para un nuevo mandato de seis años. En noviembre ya acudió a La Habana para someterse a unas sesiones de "oxigenación hiperbárica" y, días después, tras anunciar que una revisión había revelado la presencia de "células malignas" y después de designar como su sucesor al vicepresidente Nicolás Maduro, se marchó para operarse.
Desde que fue intervenido no se le ha vuelto a ver y, pese a "los reclamos de transparencia", la información que proporcionan sobre su estado los portavoces del Ejecutivo es "incierta, fraccionada y con cuentagotas", explica a 20minutos.es Carlos Malamud, investigador principal de América Latina en el Real Instituto Elcano. El dilema que plantea la ausencia de Chávez en la jura no parece tener una respuesta única ni en la Constitución.
Chávez ganó las elecciones el pasado mes de octubre, con el 55% de los votos, para un nuevo mandato de seis años. En noviembre ya acudió a La Habana para someterse a unas sesiones de "oxigenación hiperbárica" y, días después, tras anunciar que una revisión había revelado la presencia de "células malignas" y después de designar como su sucesor al vicepresidente Nicolás Maduro, se marchó para operarse.
Desde que fue intervenido no se le ha vuelto a ver y, pese a "los reclamos de transparencia", la información que proporcionan sobre su estado los portavoces del Ejecutivo es "incierta, fraccionada y con cuentagotas", explica a 20minutos.es Carlos Malamud, investigador principal de América Latina en el Real Instituto Elcano. El dilema que plantea la ausencia de Chávez en la jura no parece tener una respuesta única ni en la Constitución.
Falta temporal o absoluta
La Constitución venezolana contempla que se produzca una "falta absoluta" del presidente electo "antes de tomar posesión", es decir, que muera, renuncie, sea destituido, resulte incapacitado de forma permanente, abandone o su mandato sea revocado.
Si algo de esto pasara, se convocarían elecciones en 30 días, pero hasta que se eligiera nuevo mandatario, tomaría las riendas del país como interino el reelegido presidente de la Asamblea Nacional (el parlamento), Diosdado Cabello.
El problema es que todo ha ocurrido con un presidente —y un Gobierno— en funciones. En condiciones normales, si el presidente falta es sustituido por el vicepresidente, tanto si la falta es temporal —90 días prorrogables por otros 90— como si es declarada absoluta —si es en los primeros cuatro años de mandato, se convocarían elecciones en 30 días; si es en los dos últimos, se esperaría al final del mandato—.
Pero ahora, y a pesar de que Hugo Chávez lo dejara todo en sus manos antes de irse —lo nombró en octubre, sin esperar a la toma de posesión—, no está nada claro que el vicepresidente Nicolás Maduro, exlíder sindical, exministro de Exteriores y exconductor de autobuses, pudiera seguir sustituyéndolo en sus tareas ejecutivas, como está haciendo ahora, a partir del día 10.
Además, a nadie se le escapa que Maduro mantiene una lucha de poder con Cabello, militar retirado con apoyos en las fuerzas armadas. Es lo que argumenta, entre otros muchos, el diputado de la oposición Julio Borges, que cree que a pesar de las apariencias y de la imagen de unidad que se han encargado de mostrar a los ciudadanos en los últimos días, ambos dirigentes chavistas "compiten por demostrar quién es más radical".
Queda la posibilidad de contemplar una 'falta temporal' del presidente antes de su toma de posesión, pero de eso no dice nada la Constitución. Solo dice que "si por cualquier motivo sobrevenido" el presidente no pudiera acudir, jurará "ante el Tribunal Supremo de Justicia", pero sin plazos o emplazamientos concretos, de ahí que hasta se haya especulado con que los miembros de ese tribunal pudieran viajar a La Habana.
Desde el Gobierno ni confirman ni desmienten un retraso en la jura o la presencia de Chávez en la misma. Aunque sí se han encargado de animar a la gente a que salga a la calle el jueves y han anunciado la asistencia de varios presidentes latinoamericanos en las celebraciones. La Asamblea podría determinar ese día que la convalecencia de Chávez es un "motivo sobrevenido" y decretar una falta temporal, o bien podría solicitar que una junta médica evaluara su estado.
"Que nadie se equivoque, esa Asamblea Nacional es revolucionaria y socialista, seguirá al lado del Pueblo y de nuestro Comandante", ha asegurado Cabello en su cuenta de Twitter. Las redes sociales se ha convertido desde hace varios días en fuente inagotable de rumores, apoyos y también críticas al Gobierno venezolano.
Si algo de esto pasara, se convocarían elecciones en 30 días, pero hasta que se eligiera nuevo mandatario, tomaría las riendas del país como interino el reelegido presidente de la Asamblea Nacional (el parlamento), Diosdado Cabello.
El problema es que todo ha ocurrido con un presidente —y un Gobierno— en funciones. En condiciones normales, si el presidente falta es sustituido por el vicepresidente, tanto si la falta es temporal —90 días prorrogables por otros 90— como si es declarada absoluta —si es en los primeros cuatro años de mandato, se convocarían elecciones en 30 días; si es en los dos últimos, se esperaría al final del mandato—.
Pero ahora, y a pesar de que Hugo Chávez lo dejara todo en sus manos antes de irse —lo nombró en octubre, sin esperar a la toma de posesión—, no está nada claro que el vicepresidente Nicolás Maduro, exlíder sindical, exministro de Exteriores y exconductor de autobuses, pudiera seguir sustituyéndolo en sus tareas ejecutivas, como está haciendo ahora, a partir del día 10.
Además, a nadie se le escapa que Maduro mantiene una lucha de poder con Cabello, militar retirado con apoyos en las fuerzas armadas. Es lo que argumenta, entre otros muchos, el diputado de la oposición Julio Borges, que cree que a pesar de las apariencias y de la imagen de unidad que se han encargado de mostrar a los ciudadanos en los últimos días, ambos dirigentes chavistas "compiten por demostrar quién es más radical".
Queda la posibilidad de contemplar una 'falta temporal' del presidente antes de su toma de posesión, pero de eso no dice nada la Constitución. Solo dice que "si por cualquier motivo sobrevenido" el presidente no pudiera acudir, jurará "ante el Tribunal Supremo de Justicia", pero sin plazos o emplazamientos concretos, de ahí que hasta se haya especulado con que los miembros de ese tribunal pudieran viajar a La Habana.
Desde el Gobierno ni confirman ni desmienten un retraso en la jura o la presencia de Chávez en la misma. Aunque sí se han encargado de animar a la gente a que salga a la calle el jueves y han anunciado la asistencia de varios presidentes latinoamericanos en las celebraciones. La Asamblea podría determinar ese día que la convalecencia de Chávez es un "motivo sobrevenido" y decretar una falta temporal, o bien podría solicitar que una junta médica evaluara su estado.
"Que nadie se equivoque, esa Asamblea Nacional es revolucionaria y socialista, seguirá al lado del Pueblo y de nuestro Comandante", ha asegurado Cabello en su cuenta de Twitter. Las redes sociales se ha convertido desde hace varios días en fuente inagotable de rumores, apoyos y también críticas al Gobierno venezolano.
Interpretaciones "forzadas"
A partir de aquí, las interpretaciones acerca de lo que puede suceder esta semana son variadas, aunque el experto Carlos Malamud opina que en algunos casos se están "forzando" demasiado.
El abogado Hermánn Escarrá, uno de los redactores de la Constitución, opina que hoy por hoy no existe un vacío de poder en Venezuela y recuerda que Chávez recibió el permiso correspondiente de la Asamblea Nacional, tal y como dice la Carta, para salir del país por tiempo indefinido; además, asegura que al haber sido reelegido en las urnas su mandato sigue vigente y que la toma de posesión es un mero formalismo.
Marco Aurelio García, asesor de asuntos internacionales de la presidenta brasileña Dilma Rousseff, opina lo mismo y no ve inestabilidad alguna, de hecho, se remite a los plazos contemplados para una ausencia temporal normal del presidente: los 180 días. Para Malamud eso "es una mera ficción legal" y aunque "paradójicamente" la Constitución se elaborara en su día "a imagen y semejanza" de Chávez, dice, el procedimiento está bien claro. "Habría que ver si tolerarían esto los brasileños en su propio país", dice Malamud.
El principal líder de la oposición, Henrique Capriles, por su parte, se ha mostrado algo más cauteloso diciendo que no hay duda de que Chávez seguirá siendo jefe de Estado después del día 10 de enero, pero se remite a la Constitución y sus plazos y recuerda que el Gobierno está "paralizado". Ha pedido a los presidentes vecinos, no obstante, que no le hagan el "juego" al partido gobernante (PSUV) y no acudan a los actos convocados para el jueves.
La Mesa de la Unidad Democrática, alianza de la mayoría de los partidos opositores, ha alertado por carta a la Organización de Estados Americanos (OEA) del riesgo de "una grave violación al orden constitucional"; "en ningún caso cabe una interpretación que permita dejar 'sine die' la fecha del acto" de toma de posesión, advierten. Por otra parte, la Conferencia Episcopal venezolana, que cree que el Gobierno "no le ha dicho al pueblo toda la verdad" sobre Chávez, opina que "alterar la Constitución es moralmente inaceptable".
El abogado Hermánn Escarrá, uno de los redactores de la Constitución, opina que hoy por hoy no existe un vacío de poder en Venezuela y recuerda que Chávez recibió el permiso correspondiente de la Asamblea Nacional, tal y como dice la Carta, para salir del país por tiempo indefinido; además, asegura que al haber sido reelegido en las urnas su mandato sigue vigente y que la toma de posesión es un mero formalismo.
Marco Aurelio García, asesor de asuntos internacionales de la presidenta brasileña Dilma Rousseff, opina lo mismo y no ve inestabilidad alguna, de hecho, se remite a los plazos contemplados para una ausencia temporal normal del presidente: los 180 días. Para Malamud eso "es una mera ficción legal" y aunque "paradójicamente" la Constitución se elaborara en su día "a imagen y semejanza" de Chávez, dice, el procedimiento está bien claro. "Habría que ver si tolerarían esto los brasileños en su propio país", dice Malamud.
El principal líder de la oposición, Henrique Capriles, por su parte, se ha mostrado algo más cauteloso diciendo que no hay duda de que Chávez seguirá siendo jefe de Estado después del día 10 de enero, pero se remite a la Constitución y sus plazos y recuerda que el Gobierno está "paralizado". Ha pedido a los presidentes vecinos, no obstante, que no le hagan el "juego" al partido gobernante (PSUV) y no acudan a los actos convocados para el jueves.
La Mesa de la Unidad Democrática, alianza de la mayoría de los partidos opositores, ha alertado por carta a la Organización de Estados Americanos (OEA) del riesgo de "una grave violación al orden constitucional"; "en ningún caso cabe una interpretación que permita dejar 'sine die' la fecha del acto" de toma de posesión, advierten. Por otra parte, la Conferencia Episcopal venezolana, que cree que el Gobierno "no le ha dicho al pueblo toda la verdad" sobre Chávez, opina que "alterar la Constitución es moralmente inaceptable".
¿El próximo presidente?
El pueblo venezolano, según Malamud, "no piensa de forma unánime", así que una actitud continuista por encima de la Constitución sería asumida de forma diferente entre los partidarios de "la legalidad" y los de "la emocionalidad". Cree, sin embargo, que el liderazgo de Chávez sería muy difícil de reemplazar, tanto dentro como fuera del país, y eso a pesar de que en el exterior se habría ido debilitado.
Ninguno de los líderes latinoamericanos en la línea de Chávez, dice, "tiene el mismo carisma"; "ni siquiera Rafael Correa (presidente de Ecuador) tiene los recursos económicos para impulsar un proyecto de este tipo", añade. ¿Y un chavismo sin Chávez? "Dependerá de la gestión de sus sucesores", que tendrían ante sí unas cuantas decisiones difíciles, sobre todo las derivadas de la complicada situación económica.
Malamud sí opina que el chavismo volvería a ganar unos comicios adelantados por un desenlace trágico del actual presidente. El opositor Capriles obtuvo un 45% de los votos en las pasadas elecciones presidenciales, aunque en las regionales, celebradas hace pocas semanas, perdió con contundencia (aunque se quedó con el estado clave de Miranda); la oposición adolece "de una falta de ideas clara" y no se encuentra en "condiciones de reaccionar", según el investigador.
¿Y quién sería el candidato oficialista? Chávez pidió a los venezolanos que votaran a Maduro, "pero otra cuestión es que las instancias del propio chavismo acepten esta realidad. La situación es movible", explica Malamud. "¿Aceptará Cabello ser el segundo o querrá más protagonismo?", se pregunta. El ministro de Comunicación, Ernesto Villegas, ha cortado en seco las especulaciones y ha pedido que cese la "guerra psicológica" sobre la "familia venezolana".
Ninguno de los líderes latinoamericanos en la línea de Chávez, dice, "tiene el mismo carisma"; "ni siquiera Rafael Correa (presidente de Ecuador) tiene los recursos económicos para impulsar un proyecto de este tipo", añade. ¿Y un chavismo sin Chávez? "Dependerá de la gestión de sus sucesores", que tendrían ante sí unas cuantas decisiones difíciles, sobre todo las derivadas de la complicada situación económica.
Malamud sí opina que el chavismo volvería a ganar unos comicios adelantados por un desenlace trágico del actual presidente. El opositor Capriles obtuvo un 45% de los votos en las pasadas elecciones presidenciales, aunque en las regionales, celebradas hace pocas semanas, perdió con contundencia (aunque se quedó con el estado clave de Miranda); la oposición adolece "de una falta de ideas clara" y no se encuentra en "condiciones de reaccionar", según el investigador.
¿Y quién sería el candidato oficialista? Chávez pidió a los venezolanos que votaran a Maduro, "pero otra cuestión es que las instancias del propio chavismo acepten esta realidad. La situación es movible", explica Malamud. "¿Aceptará Cabello ser el segundo o querrá más protagonismo?", se pregunta. El ministro de Comunicación, Ernesto Villegas, ha cortado en seco las especulaciones y ha pedido que cese la "guerra psicológica" sobre la "familia venezolana".
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