El factor miedo: ¿por qué le
tememos tanto al Ébola?
Ébola virus
El virus del Ébola, un enemigo mortal
El actual brote es el mayor del
que se tiene registro.
El actual brote de Ébola en África está en
los titulares de noticias en muchas partes
del mundo. Pero, ¿cuál es la razón para
que, entre tantas enfermedades mortales,
sea específicamente el Ébola el que produce
tanto miedo? Esa es la pregunta a la que
responde en este artículo para la BBC el
doctor Seth Berkley, director ejecutivo de la
Alianza GAVI, una asociación dedicada a
mejorar el acceso a inmunización en los
países pobres.
En cuestión de días puede tornarse rápidamente en algo más
exótico y alarmante: vómito con diarrea, seguido por
sangrado en las encías, nariz y el tracto gastrointestinal.
La muerte llega ya sea por fallo de órganos vitales o presión
arterial baja por extrema pérdida de fluidos.
Estas descripciones tan aterradoras han estado presentes en
los medios de comunicación últimamente.
Sin embargo, en este caso no estoy hablando de ébola sino
del síndrome de choque por dengue, una forma extrema de la
fiebre del dengue, una enfermedad transmitida por
mosquitos que casi nunca está en las noticias.
El ébola es sin duda una dolencia verdaderamente horrible,
pero hay muchas otras malas que matan a más gente.
Entonces, ¿por qué es que el ébola llega a los titulares y las
otras no?
¿DURANTE CUÁNTO TIEMPO SE
PROLONGARÁ LA EPIDEMIA?
Los expertos no cuentan con que esta epidemia que cada vez queda más fuera de control pueda frenarse rápido. La organización Médicos sin Fronteras calcula una misión de entre dos y seis meses más en los países afectados.
¿CUÁNTO RIESGO HAY DE QUE EL VIRUS LLEGUE A
OTROS CONTINENTES?
Según expertos, apenas hay riesgo de que los turistas que viajan a África occidental puedan contagiarse con el virus y llevarlo consigo. Según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (EDCD), para que esto ocurriera los viajeros tendrían que entrar en contacto con fluidos u órganos de un paciente o animal infectado. "Un contacto improbable para un turista medio",
resume el ECDC en una valoración del riesgo.
¿Por qué Ébola?
En 1976 se registró uno de los primeros brotes, a orillas del río Ébola en la República Democrática del Congo. La OMS reveló que las primeras cinco cepas del virus toman el nombre de las zonas donde se cree que se originaron. Según una publicación de la cadena de noticias CNN, se piensa que tres de estas cepas provocaron grandes brotes de fiebre hemorrágica en África.
La tasa de vacunación ha caído en partes
de países desarrollados.
Una preocupación
mas grande para
los
Países ricos es que
algunas dolencias
Que ya habían sido
vencidas, como el
Sarampión , la
rubéola y la
tosferina,
Están retornando”
En el mundo desarrollado, el sarampión es
considerada una afección leve, pero puede matar.
¿Será porque de repente hay gente en África muriéndose?
Eso es poco probable. El dengue tiene un índice de
mortalidad relativamente bajo pero en todo caso mata a
20.000 de cada medio millón de personas que se infectan
cada año; eso es un orden de magnitud más que el peor
brote de ébola. Así y todo, es apenas un 20% del número de
personas que mueren por sarampión al año.
Y cuando uno empieza a fijarse en patógenos como el
neumococo y el rotavirus -que causan las dos enfermedades
que más niños matan, neumonía y diarrea-, el número de
muertes rápidamente se alza a los cientos de miles.
Es cierto que el ébola también es muy infeccioso, lo que hace
que parte del personal sanitario se aleje por miedo a
pincharse con una aguja.
Pero existen tantas otras enfermedades más contagiosas,
como el sarampión -a través de gotas suspendidas en el
aire- y hepatitis B, que se transmite de manera similar al
VIH pero es 50 veces más infeccioso.
La clave
Quizás entonces tenga que
ver con el hecho de que no
hay una cura y que entre el
50% y 90% de la gente
afectada inevitablemente
morirá.
Posiblemente, pero
tampoco hay una cura para
la rabia y apenas una
persona desarrolla los
síntomas, es casi 100%
seguro que morirá y que su
muerte será lenta y
dolorosa, a menos que
hayan sido vacunados tras
la exposición.
Aunque no existe ninguna vacuna contra la
enfermedad, la Organización Mundial de la
Salud no despega su vista sobre la zonas
afectadas, para evitar la propagación del
virus, que se transmite a través de fluidos
corporales.
El hecho es que aunque el Ébola lleva a una muerte dolorosa y aislada de los seres queridos, hay otras enfermedades horrendas que también merecen tanto nuestro respeto como temor; dolencias que, como el Ébola, son temidas no sólo en África occidental y que regularmente matan a cientos de miles de personas en los países pobres.
Sin embargo, en los países ricos, gracias a la disponibilidad de medicinas modernas, muchas de esas enfermedades a menudo pueden ser tratadas o curadas. Es más, con las vacunas, raramente tienen que ser curadas.
Debido a esta bendición, sencillamente muchos se han olvidado de lo que es vivir bajo la amenaza de enfermedades tan contagiosas y mortales. Y se han olvidado de lo que significa temerles.
Por eso, cuando sucede un brote de estos, es natural que desde la comodidad de ese entorno relativamente libre de enfermedades, observen con horror y les cause terror.
El problema real de los ricos
Pero aunque el Ébola sigue siendo una
preocupación genuina en África occidental, si
alguna vez llegara a Europa o al norte de
América, la probabilidad de que se expanda es
remota.
Eso es por dos razones importantes: primero, la
vigilancia de las enfermedades es más estricta y,
segundo, el Ébola mata o inmoviliza al portador
antes de que tenga mucha oportunidad de
propagarlo.
En realidad, una preocupación más grande para los
países ricos es que están retornando algunas
dolencias que ya habían sido vencidas, como el
sarampión, la rubéola y la tosferina
Gracias a una complacencia insidiosa ha habido unas
reducciones significativas de vacunación en muchas
partes del mundo occidental, hasta el punto de que
hay enfermedades que no sólo están volviendo sino
que han alcanzado niveles tan altos que de hecho las
están importando a países más pobres.
¿Cómo se justifica que muera gente de enfermedades
que ya se habían combatido y para las que existen
vacunas seguras y efectivas?
Y sin embargo estos son los mismos países que ahora
preguntan por qué no existe una vacuna para el ébola.
La terrible cotidianidad
De manera que el hecho de que el brote del ébola haya recibido tanta
atención es algo que debemos aplaudir.
Por un lado, podría acelerar el progreso de algunos prometedores
candidatos a tratamientos y vacunas cuyo desarrollo ha estado
detenido.
Más certero es que fomentará el diseño de mejores planes de
respuesta a emergencias para los países afectados, medidas que
puedan ayudar a prevenir que futuros brotes se expandan tan rápido y
tan lejos.
Para la gente de África occidental, que actualmente está tratando de
conllevar este terrible brote, eso no es mucho consuelo.
No obstante, si centrar la atención internacional en el ébola ayuda a
enfocar nuestras nociones de percepción de riesgo, eso no puede ser
malo.
Pero también nos ayuda a recordar que el ébola no es una excepción
sino un ejemplo de una terrible normalidad en la que miles de
hombres mujeres y niños mueren por una gama de enfermedades
horribles cada día.
Así, quizás, el mundo estará un paso más cerca de hacer un poco más.
¿Cómo se
transmite el virus del Ébola?
Los estudios clínicos han permitido determinar que el virus del Ébola es transmitido al hombre luego del contacto con fluidos corporales de algunos animales infectados. Algunas de las especies que se han identificado como agentes transmisores han sido los primates, los antílopes y los puercoespines, animales
que en muchas ocasiones fueron encontrados muertos en la selva y manipulados sin las debidas precauciones.
No obstante, se considera que los verdaderos huéspedes
naturales del Ébola son ciertas especies de murciélagos de la
fruta como Myonycteris torquata, Epomops franqueti y
Hypsignathus monstrosus, cuya distribución geográfica suele
coincidir con las zonas más castigadas por la enfermedad, tanto
en los humanos como otros animales.
Guinea ha prohibido la venta y el consumo de los murciélagos para prevenir la propagación del mortal virus del Ébola , ha dicho que su ministro de Salud. Murciélagos, un manjar local , parecían ser los “principales agentes” para el brote de Ébola en el sur,.
¿Existe una cura para el Ébola?
Hoy en día no existe ningún tratamiento
verdaderamente efectivo contra la fiebre
hemorrágica del Ébola y ni siquiera hemos logrado
encontrar una vacuna preventiva que inmunice a las
poblaciones más vulnerables, que cuando se ven
sacudidas por una epidemia, esta puede causar la
mortalidad en hasta un 90% de los casos. Dicha
mortalidad también se ha manifestado
históricamente en poblaciones de especies de
primates no humanos, como, por ejemplo, los gorilas,
amenazando con la desaparición a poblaciones
enteras.