GIJÓN
Estaba manipulando el recipiente cuando estalló y le golpeó de forma brutal en la cabeza. La muerte fue inmediata
«Es terrible. Una desgracia fatal. Nos creemos que vamos a vivir muchos años y cuando pasan cosas como ésta te das cuenta de lo frágiles que somos». Los vecinos de Begoña Muñiz García lloraban desconsolados la tragedia de esta joven de 36 años, embarazada de cinco meses, que al mediodía de ayer falleció al explotarle la olla a presión con la que estaba preparando la comida para celebrar su santo. El brutal golpe que recibió en la cabeza le provocó la muerte en el acto.
Su marido también se encontraba en la vivienda, en el número 95 de la calle Severo Ochoa (Pumarín). Estaba pintando una habitación, lo que le salvó la vida. El destino de la familia quedó sesgado justo cuando la ciudad celebraba su día grande con la danza prima y el restallón.
Poco antes de las dos de la tarde un estruendo alertaba a la mayoría del vecindario. Algunos creyeron, sin embargo, que se trataba del inicio de la descarga en Cimadevilla. «Me pareció que sonaba muy fuerte y muy cerca, pero como justo era a esa hora pensé que era de las fiestas...», explicaba una vecina del edificio de enfrente. Nada más lejos de la realidad.
A los pocos segundos los gritos aterradores del marido pidiendo ayuda por la ventana daban muestra del alcance del accidente doméstico. Tenía las manos ensangrentadas y clamaba por que alguien atendiese rápidamente a su mujer. Los cristales de la ventana de la cocina yacían hechos añicos en el suelo, cuatro pisos más abajo.
En minutos se personaron en el edificio la Policía y los técnicos del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU). Sólo pudieron certificar la defunción de Begoña y la del bebé que esperaba. Una tragedia incapaz de asimilar para sus allegados. El marido tuvo que ser atendido por el personal sanitario, así como dos vecinos que sufrieron una crisis nerviosa.
La explosión de la olla a presión se produjo, al parecer, cuando la joven estaba manipulándola. A falta de una conclusión definitiva de los informes policiales, las primeras hipótesis apuntan a que el vapor acumulado en el interior del recipiente hermético no habría encontrado salida por la válvula, por lo que explotó. La fatalidad quiso que impactase directamente en la cabeza de la mujer. La violencia con la que salió disparada hizo que la muerte fuese inmediata.
Begoña Muñiz García trabajaba como profesora desde hacía años en la academia de enseñanza Suso Fernández, en la carretera Carbonera.
Profesora en una academia
«Esto es horrible, incomprensible, contra natura», acertaba a decir un inquilino del mismo inmueble. Hasta el lugar se desplazaron varias dotaciones de bomberos y patrullas del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local. Los agentes de la Policía Científica y de la Brigada Judicial realizaron una pormenorizada inspección de la cocina para determinar la causa exacta que desencadenó el accidente.
Poco antes de las 15 horas se personó en el piso el jefe de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal de Asturias, Alfredo Estébanez, quien realizó un examen ocular de los restos mortales. El levantamiento del cadáver tuvo lugar a las tres y media de la tarde, hora a la que fue conducido al Tanatorio de Cabueñes por el personal de la funeraria. Se le practicó la autopsia horas después.
Numerosos familiares, amigos y allegados de Begoña Muñiz García acudieron consternados a las instalaciones del tanatorio, aún incapaces de creer el fatal desenlace de una chica «que estaba en el mejor momento de su vida, feliz con su familia y a punto de ser madre». Fue eso también lo que más lamentos suscitó entre sus vecinos. «La muerte de alguien siempre es una pena, pero encima embarazada de cinco meses... Es una tragedia», se echaban las manos a la cabeza un grupo de mujeres congregadas en torno al portal en el que ayer ocurrió la desgracia.
El fatal accidente doméstico se produjo en la calle de Severo Ochoa a las dos de la tarde. A esa hora mucha gente disfrutaba en las inmediaciones del vermut en una soleada jornada festiva, el día grande de las fiestas de Begoña en Gijón y día de la onomástica de la malograda joven, que tendrá un acto de despedida mañana a las 12 horas en el tanatorio. Su cuerpo será velado hoy en la sala 4.