lunes, 26 de marzo de 2012

BADAJOZ AYER Y HOY

a.moreno@badajozayeryhoy.net

Requiebros y Chunguitos. No me riñas

25-M: el día en que se equivocaron todos (menos uno)

Amarga victoria del PP y dulce derrota del PSOE. En 1996, la célebre frase de Felipe González fue solo una frase, tal vez no exenta de resentimiento, que la realidad se ocupó de desmentir en pocas semanas. En 2012 la frase no es solo una frase: es la fiel descripción de lo que ayer sucedió en Andalucía. El Partido Popular obtuvo la más amarga de sus victorias: la victoria que sabe de sí misma es cualquier cosa menos una victoria propiamente. Las primeras pistas del desastre que se avecinaba las daba el número dos del PP andaluz, Antonio Sanz, cuando todavía no eran las nueve de la noche y no había datos fiables del escrutinio recién comenzado. La pista no fueron las convencionales y poco convincentes palabras de Sanz. La pista era su cara. No había pasado una hora desde el cierre de los colegios, pero la suya no era la cara de un vencedor. Se felicitó por la victoria del PP en Andalucía, pero se felicitó poco y mal, se felicitó desganadamente, como intuyendo que la noche más hermosa que habían augurado todas las encuestas había de convertirse una hora y media después en la noche más amarga para la derecha andaluza en los 35 años de democracia. La felicidad en política se mide por el grado de cumplimiento de las expectativas, y la del PP en estas elecciones eran las más altas que nunca tuvo a este lado de Despeñaperros. Por una vez tenía el Gobierno de Andalucía al alcance de la mano. Lo decía todo el mundo. Lo creía todo el mundo. Tenía a su favor el paro desbocado, el escándalo de los ERE y el cansancio de treinta años de mandatos socialistas. Arenas ha perdido demasiados votos para no quedar políticamente malherido Y sin embargo no pudo ser: en las andaluzas del 25-M Javier Arenas ha perdido 400.000 votos con respecto a las generales del 20-N. Demasiados votos para no quedar políticamente malherido. Desde el balcón de la sevillana calle San Fernando, Javier Arenas supo aguantar el tipo, como intentaban aguantarlo los ministros Cristóbal Montoro y Fátima Báñez, el alcalde de Sevilla y la alcaldesa de Cádiz o el propio Antonio Sanz. Bajo el balcón de la sede popular reinaba la desolación. Los aplausos apagados apenas llegaban hasta el concurrido balcón. Báñez procuraba conservar su sonrisa, pero la pobre no podía advertir que la suya era una sonrisa mortalmente helada. Montoro estaba serio como sólo sabe estarlo un ministro de Economía en tiempos de crisis y sin un expresidente socialista a mano al que poder seguir echándole la culpa de todo. El alcalde Zoido dejaba caer su cabeza sobre el pecho, como sin fuerza para sostenerla vertical. Y Sanz... ay, Sanz: la intervención de Arenas duró demasiado tiempo y a medida que pasaban los minutos la mirada de Sanz se volvía cada vez más lejana y más perdida. Es duro ganar sabiendo que tu victoria es puramente nominal. Que tu victoria no es una victoria, sino una sombra, una ficción. Un liderazgo con fecha de caducidad Por su parte, Javier Arenas intentaba sonreír desde el balcón del PP, pero ni siquiera un artista de su talento era capaz de disimular la decepción de un aciago resultado que lo dejaba a cinco interminables escaños de la mayoría absoluta sin la cual le será ocupar el Palacio de San Telmo. Esta era su última oportunidad y él lo sabía. Sabía que lo era, pero estaba convencido de su victoria. Tras esta derrota, su futuro como líder de la derecha andaluza tiene fecha de caducidad. Nadie la conoce, pero la tiene. Puede que Mariano Rajoy lo haga ministro en su primera crisis de Gobierno, pero ya no será lo mismo que antaño. El Arenas que regrese a Madrid será la sombra de lo que fue. No será el hombre que le ganó al PSOE en Andalucía, sino que el hombre que no consiguió convencer a un número suficiente de andaluces pese a que lo tenía todo a su favor. Arenas no ha sumado, sino que ha restado, y cuando un político empieza a restar, sus días de gloria están contados. ¿Por qué no ha logrado el PP la victoria que esperaba lograr y que todos daban por segura? Realmente nadie lo sabe. Pocas veces unas elecciones habían deparado una sorpresa de tal envergadura. En principio, el PSOE no ha hecho una gran campaña. O al menos eso es lo que viene diciendo todo el mundo. Habrá que concluir que todo el mundo estaba equivocado. Pero es que en realidad el 25-M pasará a la historia política andaluza como el día en que todo el mundo se equivocó. Los encuestadores, los periodistas, los sociólogos, los políticos, los analistas... ¡Santo Dios, no acertó absolutamente nadie! Las razones de esa estruendosa falta de acierto habrá que ir buscándolas en los días venideros, pero será una búsqueda ventajista, una búsqueda que intentará ocultar en lo posible el hecho intelectual y políticamente crucial de que nadie había advertido la poderosísima corriente electoral de fondo que ha frenado el aparentemente imparable ascenso del PP desde las municipales de mayo pasado. Tal vez ha funcionado el olfato del pueblo andaluz, que sospecha que una derecha española sin contrapeso político ni territorial alguno es mal negocio para España y pésimo para Andalucía. Un liderazgo en alza En todo caso, el resultado da toda la razón al líder socialista José Antonio Griñán, artífice de la decisión de separar las elecciones andaluzas de las generales de noviembre. Esa decisión ha salvado al PSOE andaluz, desmoralizado y dividido tras el congreso federal que dio la victoria a Alfredo Pérez Rubalcaba frente a Carme Chacón, por quien Griñán había apostado. Esa decisión ha salvado también al propio Griñán, que podrá renovar su mandato como secretario general de los socialistas andaluces. Su estatura y su crédito político han crecido en un día lo que no habían crecido en tres años. Eso en el caso de que administre con sabiduría su dulce derrota. Y en esta ocasión la sabiduría consiste en escuchar atentamente lo que Izquierda Unida tenga que decir y tenga que proponer. Griñán tendrá que extremar su imaginación para ser capaz de ponerse en el lugar del otro, pues de la decisión de ese otro, que es IU, dependen muchas cosas: cosas que van más allá de Griñán y más allá de la propia IU. IU es la gran vencedora de estas elecciones Y precisamente IU es la gran vencedora de estas elecciones. La vencedora indiscutible, y no solo porque, con el tenaz Diego Valderas al frente, ha doblado su número de diputados pasando de seis a doce, sino porque el destino la ha situada en la encrucijada histórica más importante de toda su trayectoria, no sólo en Andalucía, sino en España. IU ya obtuvo un espléndido resultado en las andaluzas del 94, pero no supo administrarlo. No entendió entonces que un buen porcentaje de los votos conseguidos eran votos prestados, votos que una parte del electorado de la izquierda había decidido cederle para ver qué hacía con ellos. Con aquellos votos del 94 hizo una pinza y pagó un precio altísimo por ello. De hecho, se trata de un precio que ha venido pagando durante largos años. Precisamente hasta este 25-M en que la coalición ha adquirido un nuevo y poderoso brío. Puede y debe marcarle el rumbo al PSOE, pero no puede ni debe humillarlo. Puede y deber promover un viraje del PSOE hacia la izquierda, pero no puede ni debe promoverlo de 180 grados porque entonces todos podríamos irnos a pique. No va a ser nada fácil. Los recortes que vienen son inevitables y gestionar esa inevitabilidad no va a ser fácil. Pero tampoco los andaluces van a pedir milagros a su Gobierno. No le pedirán que acabe con el paro porque saber que no puede hacerlo. Pero sí le pedirán otra manera de hacer las cosas, de hacerlas con más rigor, con más transparencia, con más sobriedad, con más cercanía hacia esa inmensa legión personas débiles y decentes que están pagando una durísima penitencia por los gravísimos pecados cometidos por otros. De alguna manera el 25-M ha sido el día que en que todos se equivocaron. Periodistas, políticos, analistas... ¿Todos? Puede que no todos. Puede que el 25-M haya sido también el día en que un buen número de personas débiles y decentes tuvo el rasgo de lucidez y clarividencia que hizo posible lo que las élites que dicen representarlas creían imposible.

Dos policías nacionales atropellan a una ciclista y se dan a la fuga

La fallecida es una mujer de nacionalidad alemana de 64 años. El conductor del vehículo dio positivo en el test de alcoholemia.  Dos agentes de la Policía Nacional han sido detenidos por la Guardia Civil de Tráfico en Mallorca tras atropellar mortalmente este domingo a una ciclista, de nacionalidad alemana y de 64 años, en la carretera de Cap Blanc y darse posteriormente a la fuga. El conductor del vehículo dio positivo en el test de alcoholemia que se le practicó, una vez fue localizado por la Guardia Civil. Los agentes, que pasarán esta tarde a disposición judicial, iban de paisano y, por tanto, el vehículo con el que se produjo el atropello mortal no era el coche patrulla oficial de la Policía Nacional. El atropello se produjo el domingo a las 10.30 horas, en el kilómetro 7.300 de la MA-6070, frente a la urbanización Puig d'en Ros, cuando la mujer fue arrollada por un coche, cuando iba en bici, junto a varios ciclistas también de nacionalidad alemana.

El PP gana las elecciones andaluzas pero un posible pacto PSOE-IU le aleja del Gobierno

El PPha ganado las elecciones en Andalucía por primera vez en su historia, tras imponerse al PSOE. Con el 99,96% del recuento, los populares han obtenido 50 escaños, con un 40,66% de los votos, mientras que los socialistas se quedan con 47, con el 39,52% de sufragios. Izquierda Unida se ha ido los 12 diputados en el Parlamento andaluz al hacerse con el 11,34% de los votos. La participación ha llegado al 62,23% (72,67% en 2008), mientras que la abstención ha alcanzado el 37,77% (27,33 en las últimas autonómicas). PP y PSOE pierden votos El PP ha perdido cerca 168.000 votos en Andalucía respecto a los comicios de 2008, y solo saca al PSOE cerca de 43.000 votos. Los socialistas han perdido casi 659.837 votos respecto a las últimas autonómicas, e IU ha sumado en torno a 119.000 más sobre 2008. Estos resultados arrojan que un pacto entre PSOE e IU dejaría fuera del Gobierno a Javier Arenas, que concurre a sus quintas elecciones como candidato. El Parlamento andaluz se compone de 109 escaños. PP y PSOE han empatado en escaños en Jaén, Córdoba, Granada y Huelva. Los socialistas se ha hecho con las circunscripción de Sevilla, mientras que los populares se ha quedado con Málaga, Almería y Cádiz. En los últimos comicios de 2008, el PSOE obtuvo 56 escaños, 47 el PP y 6 IU. Victoria amarga para Arenas En los últimos dos años, los sondeos le han augurado al Partido Popular y a Javier Arenas más de 52 diputados e, incluso, mayoría absoluta. Las esperanzas de alcanzarla se esfumaron conforme avanzaba el escrutinio. Sus resultados han sido mejores que en 2008. Gana tres diputados, pero poco le servirán frente a PSOE e IU. San Telmo sigue siendo territorio vedado para los populares, informa Marta Conde desde Sevilla. En el PSOE, el descalabro ha sido importante. Sin embargo, más de 1,5 millones de andaluces han refrendando su política y la situación que se han encontrado ha sido mejor de lo que se preveía en la calle San Vicente de Sevilla, sede de la dirección regional de la formación. Más felices están en IU. La organización de izquierdas se ha convertido en la clara vencedora de las elecciones y en la llave para gobernar. Ni las mejores hipótesis apuntaban esta posibilidad. La federación ha conseguido convencer a muchos votantes desencantados con el PSOE. PA, UPyD y Equo, a las puertas Tres partidos han estado cerca de acceder al Parlamento andaluz. El Partido Andalucista (PA), eterno aspirante, no levanta cabeza. Las malas noticias llegaron con las municipales de mayo. Ahora, vuelven a repetirse. En 2008 consiguieron más de 124.200 votos. Este 25 de marzo no alcanzaron ni los 100.000, un 2,5%. ¿Podría ser este el principio de su fin? Muchos esperaban que la sorpresa llegase con UPyD. La formación no ha logrado ningún diputado, al no alcanzar el cupo exigido por ley, aunque ha obtenido más de 128.000 votos (más del 3,3%), casi diez veces más que hace cuatro años. Por último, Equo no ha logrado su objetivo y, además, no ha llegado ni al 1% de las papeletas. Solo han confiado en su programa poco más de 20.000 andaluces. Los sondeos daban la victoria al PP El PP habría ganado las elecciones en Andalucía al obtener entre 52 y 55 escaños, según un sondeo de IPSOS para Canal Sur. Así, el partido de Javier Arenas hubiese rozado la mayoría absoluta necesaria, cifrada en 55 diputados. El PSOE, por su parte, habría obtenido entre 45 y 48 escaños, mientras que a Izquierda Unida (IU) se le adjudicaba una subida respecto a 2008 al hacerse con entre 8 y 10 escaños.og_1671143748">

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