jueves, 7 de marzo de 2013
TODOS SOMOS IGUALES
En un pueblo no muy lejano, gobernaba un
hombre famoso por sus abusos de autoridad y su desprecio hacia las clases más humildes. Con frecuencia hacía fiestas a las cuales invitaba solo a la gente más acaudalada de la localidad, gente como él, que vivía solo para sus placeres,
indiferente a las necesidades de los demás.
Un día llegó al pueblo un empresario muy rico, el señor
Freyman, quien pensaba instalar una gran industria en
el lugar, lo cual significaría un gran progreso además de fuentes de trabajo para los lugareños. El gobernador
fue personalmente a recibir al extranjero, le ofreció su casa y lo acompañó a ver el terreno.
Esa noche, se ofreció una
fiesta en honor del extranjero. Se reunió la crema y nata del pueblo. Estaban en medio del banquete, cuando a un mozo se le cayó una bandeja con vasos, los cuales se hicieron trizas en el suelo, justo enfrente del gobernador y su invitado.
¿Por qué no te fijas imbécil?- le gritó el gobernador al
muchacho, quien muy asustado procedió a recoger los vidrios. El hombre no cesó de insultarlo hasta que terminó de recoger hasta el último trozo de cristal. El empresario observaba la escena indignado. Después de que se hubo ido el muchacho, se dirigió al gobernador:
- Señor gobernador... ¿le puedo hacer una pregunta?
- Por supuesto, mi estimado señor Freyman- respondió el gobernador.
- ¿Si esos vasos se me hubieran caído a mí, qué hubiera pasado?,
¿me habría usted insultado como lo hizo con ese pobre muchacho?
El gobernador se turbó por la pregunta y respondió:
- ¡Por supuesto que no señor Freyman, cómo puede pensar eso!
- ¿Y por qué no? También se hubieran roto los vasos.
- Pero no es lo mismo... ¡cómo iba yo a ofenderlo a usted!
- ¿Y por qué a ese muchacho sí?
- Pues... es solo un sirviente...
- ¡Es un ser humano, igual que usted y que yo!- declaró firmemente el empresario.
- ¡Pero cómo se va a comparar con nosotros
ese pobre diablo!- respondió el gobernador.
- Ese pobre diablo, como usted lo llama, merece
respeto y consideración. El hecho de ser de condición humilde, no hace a un hombre menos merecedor de respeto…
Los invitados se habían quedado en silencio,
asombrados, viendo como el gobernador era avergonzado delante de todos, por su invitado de honor.
- ¡Señor Freyman, me resultó usted predicador!- trató de bromear
el gobernador.
- No señor gobernador, solo soy un hombre que odia la injusticia. Quiero que sepa que yo fui como ese muchacho, yo servía mesas en la taberna de mi pueblo...
Todos nacemos de la misma manera: sin nada y todos morimos igual: sin
nada. No importa si en este mundo fuimos ricos o pobres, cuando lo dejamos, nada nos llevamos.
Mi madre, quien me inculcó hermosos valores cristianos, me enseñó
que un hombre no vale por lo que tiene, sino por lo que es… ¿Su madre no se lo enseñó a usted?
El empresario terminó de hablar y tranquilamente prosiguió con su
cena, dejando a todos pensativos, especialmente al soberbio gobernador, quien esa noche había recibido la lección más grande de su vida.
Para Dios nuestro Creador, todos somos iguales, así que ¿quiénes somos nosotros para hacer diferencias?
La Madre Teresa no predicaba con el ejemplo
Un estudio elaborado por académicos canadienses demuestra que sus misiones eran verdaderas "casas de la muerte" y que los millones que recibió su fundación no se corresponden con el coste de sus obras de caridad
Su manera dudosa de cuidar a los enfermos, sus contactos políticos cuestionables, su sospechosa gestión de las enormes sumas de dinero que recibió y sus puntos de vista excesivamente dogmáticas relativos, en particular, al aborto, la anticoncepción y el divorcio" han levantado recelos sobre una de las santas más aclamadas del siglo XX: la Madre Teresa de Calcuta. Según se desprende de un estudio de la universidades canadienses de Ottawa y Montreal, y del que se hace eco el diario del mismo paísUdemNouvelles, el mito de altruismo que rodea la figura de Agnes Gonxha, como se llamaba realmente, no se correspondería con la vida de una mujer que podría no haber sido tan santa como se ha dicho hasta ahora.
"En la búsqueda de documentación sobre el fenómeno del altruismo para un seminario sobre ética, uno de nosotros tropezamos con la vida y obra de una de las mujeres más célebres de la Iglesia Católica. La descripción era tan extática que despertó nuestra curiosidad y nos empujó a seguir investigando". Así lo explica el profesor Serge Larivée, que junto a Genevieve Chenard, ambos pertenecientes a la Universidad de Montreal, y a Carole Sénéchal, de la Universidad de Ottawa, publicaron a principio de este mes su estudio en la revista Studies in Religion/Sciences religieuses. Como resultado, los tres investigadores recopilaron 502 documentos sobre la vida y obra de la Madre Teresa. Después de eliminar 195 copias, consultaron 287 documentos para llevar a cabo su análisis, que representan el 96% de la literatura sobre la fundadora de la Orden de las Misioneras de la Caridad (OMC).
Aseguró que "el mundo gana con el sufrimiento de los pobres", pero ella fue a un hospital moderno de EEUU
Durante su vida la Madre Teresa abrió 517 misiones de acogida para los pobres y enfermos en más de 100 países. Sin embargo, estas misiones han sido descritas como "casas de la muerte" por los médicos que las visitaron y trabajaron en ellas en la ciudad de Calcuta. Según explica el artículo del diario canadiense, dos tercios de las personas que acudieron esperaban encontrar atención médica, mientras que el otro tercio sólo esperaba encontrar una muerte en mejores condiciones. Lo que se encontraron los doctores fue una gran falta de higiene, unas pésimas condiciones de atención, alimentación inadecuada y una importante falta de analgésicos.
No obstante, le problema no era la falta de dinero, pues la Fundación creada por la propia Agnes Gonxha había recaudado cientos de millones de dólares. Más bien el problema resultó ser su particular concepción cristiana sobre el sufrimiento y la muerte. Ella misma dijo que "hay algo hermoso en ver a los pobres aceptar su suerte, sufren como la Pasión de Cristo. El mundo gana mucho de su sufrimiento", para responder a las críticas, según recogió el ya fallecido periodista Christopher Hitchens. Pero ella no se consideraba pobre, por lo que su sufrimiento no ayudaba a nadie. Cuando requirió cuidados paliativos los recibió en un hospital moderno de Estados Unidos.
Tras recibir millones de dólares del dictador Duvalier sólo envió oraciones a la India. Se desconoce qué fue del dineroTras las inundaciones en la India y la explosión de una planta de pesticidas en Bhopal, ofreció numerosas oraciones y medallas de la Virgen María, pero en ningún momento envió una ayuda monetaria directa, pese a que su fundación ya contaba con importantes recursos. Además, no mostró ningún tipo de reparo para aceptar la Legión de Honor y una beca de la dictadura de Duvalier en Haití. Con esa operación, le fueron transferidos millones de dólares a cuentas bancarias de la Orden de las Misioneras de la Caridad. A día de hoy el estado de esas cuentas sigue siendo secreto. Ante estos hechos, el profesor Larivée se pregunta: "Teniendo en cuenta la gestión parsimoniosa de las obras de caridad de la Madre Teresa, uno puede cuestionarse dónde se han ido los millones de dólares que iban para los más pobres de los pobres".
Tras esta realidad perturbadora, los académicos también se preguntaron cómo consiguió construir su imagen de santidad y bondad. Y sus investigaciones les llevaron a la reunión que tuvo lugar en Londres en 1968 con el periodista británico de la BBC Malcom Muggeridge, conocido por sus posiciones políticas derechistas y en contra del aborto, algo en lo que coincidían ambos personajes. De esta forma, en 1969 el periodista rodó un elogioso documental que pintaba a Teresa como una verdadera santa bienhechora a los ojos del mundo. En los años siguientes, y gracias a esta imagen construida, ella pudo viajar por todo el mundo y recibir, entre otros premios,el Nobel de la Paz. En la gala de entrega, aseveró que "el mayor destructor de la paz hoy en día es el aborto, porque es una guerra, una matanza, un asesinato de la propia madre".
"El mayor destructor de la paz hoy en día es el aborto"Después de su muerte, en el momento en el que el Vaticano decidió santificarla, le atribuyeron el milagro de haber curado a una mujer, Mónica Besra, quien había estado sufriendo de dolor abdominal intenso. Ella dijo que después de que Gonxha le colocara una medalla se esfumó su dolor. Sin embargo, lo que la Iglesia consideró "milagro" varios médicos aseguraron entonces que fueron medicamentos y drogas los que hicieron desaparecer el dolor del quiste de ovario y la tuberculosis que sufría.
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