Mariano Rajoy afrontará la vuelta de vacaciones de verano con cambios muy importantes que van a afectar tanto a la cúpula de su partido como a la estructura del Gobierno. Fuentes del Ejecutivo cercanas a Rajoy señalaron a este diario que el presidente maneja una crisis de Gobierno como instrumento para recuperar la iniciativa política tras el caso Bárcenas, un movimiento que afectaría a áreas muy importantes del Consejo de Ministros.
La posibilidad de una crisis de Gobierno ya se planteó en Moncloa el pasado mes de julio, cuando las informaciones sobre el caso Bárcenas ocuparon la primera plana de la actualidad política en España. Sin embargo, Rajoy optó por esperar a la declaración del extesorero del PP ante el juez Pablo Ruzantes de tomar ninguna decisión. Fue a partir de ahí, y sabiendo ya que su declaración desinflaba muchas expectativas, cuando el presidente decidiócomparecer en el Congreso y aplazar otras decisiones.
El terPero la carta de la crisis de Gobierno sigue estando sobre la mesa para jugarla este otoño, junto a una remodelación en profundidad de la cúpula del PP. Esa crisis afectaría de manera definitiva al actual ministro de Educación, José Ignacio Wert, que ya ha adelantado al propio Rajoy su intención de no continuar al frente de este departamento. También saldría del Ejecutivo el actual ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, muy tocado por su gestión y cuestionado por el sector.
El tercer ministro en discordia es el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, que ha sido objeto de duras críticas, dentro y fuera del PP, por su política de subida de impuestos contraria al programa electoral del partido. Eso no significaría, sin embargo, que Rajoy opte por una cartera única, sino quevolvería al esquema actual sin vicepresidencia económica. Entre los candidatos para ocupar la cartera de Hacienda está el actual ministro de Exteriores, García Margallo.
Cambios en Andalucía y en la dirección del PP
Estas fuentes señalan también a la ministra de Sanidad, Ana Mato, como posible víctima de la remodelación, aunque interlocutores muy próximos al presidente discrepan porque, dicen, “Rajoy tiene muy buena opinión de la gestión que ha llevado a cabo y considera injusto hacerla pagar por lo que hizo su marido”.
La crisis de Gobierno serviría también para despejar las dudas sobre el futuro liderazgo del PP andaluz, que podría recaer o en el ministro de Agricultura, Arias Cañete, o en la de Trabajo, Fátima Báñez.
La remodelación se complementaría con cambios en la cúpula del PP, que ya está estudiando la actual secretaria general, María Dolores de Cospedal. De la actual estructura de la dirección saldría Javier Arenas, pero no sería el único, ya que en los segundos niveles es donde se produciría la mayor criba. Ésta afectaría, prácticamente, a todos los que han venido teniendo cargos de responsabilidad durante la etapa en la que Bárcenas fue gerente del Partido.