Madrid se jugaba este sábado ser ciudad olímpica, pero también el futuro político de su alcaldesa. Ana Botella llegó al Ayuntamiento en una maniobra pactada entre su esposo, el expresidente José María Aznar, y Alberto Ruiz Gallardón. En 2003, el entonces presidente de la Comunidad de Madrid fue invitado a ser candidato a la alcaldía, en perjuicio de José María Álvarez del Manzano. La jugada situaba a Esperanza Aguirre a las puertas de la presidencia autonómica (que cruzó, tamayazo mediante) y contrarrestaba la entonces prometedora candidatura para la alcaldía de la socialista Trinidad Jiménez. Por el camino, Gallardón aceptaba incluir en su lista a Botella, quien, un año antes de la retirada política de su esposo, sería la encargada de mantener el espíritu de Aznar en la primera línea hasta hoy.
Nueve años después de aquello, tras llegar Mariano Rajoy a La Moncloa, Gallardón es nombrado ministro y Botella, consecuentemente, alcaldesa. En estos 19 meses al frente de la alcaldía de Madrid ha tenido que afrontar dimisiones importantes en su equipo a causa de la tragedia del Madrid Arena –sede olímpica en la que fallecieron cinco jóvenes durante una macrofiesta– y las subsiguientes imputaciones judiciales. Su gestión, con viaje a un spa en Portugal por medio, y unas apariciones públicas poco afortunadas, han confirmado dentro del PP que no es la mejor candidata para afrontar unas elecciones tan reñidas como se prevén las próximas a tenor de las últimas encuestas, que le conceden un severo batacazo a los populares madrileños.
La alcaldía, coto de Gallardón, es uno de los pocos espacios en Madrid no controlados por Esperanza Aguirre y los suyos y, por tanto, es muy codiciado. El hecho de que Madrid no haya conseguido los Juegos, abrirá una batalla en el PP por la alcaldía entre Botella, que querrá resistir, el sector de Aguirre y Génova. Si Madrid hubiera conseguido los Juegos, la posición de la alcaldesa se habría visto reforzada. "Si logra los Juegos, se presentará. Pero perderá", aventuraban algunos de sus compañeros: "No sirve como referente político".
En todo caso, fuentes del PP apuntan que la decisión se tomará en vísperas de la cita electoral, prevista en mayo de 2015, y en función de las encuestas internas que realice Génova, como cuando hace 10 años el castizo Álvarez del Manzano fue desalojado de la Casa de la Villa por los suyos y enviado a un retiro dorado en Ifema. En ese caso, dentro del PP madrileño dan por seguro que uno de los nombres que circularán será el de Cristina Cifuentes, la delegada del Gobierno en Madrid, quien se recupera en el hospital La Paz de un accidente de tráfico.