Televisión Española ha recibido a Mariano Rajoy en la que ha sido su primera entrevista en televisión desde que está en el Gobierno. A nivel televisivo, este programa ha sido una marcha atrás, después de los avances realizados gracias a formatos como Tengo una pregunta para usted, que aunaban el interés periodístico con la maximización de las posibilidades de la pequeña pantalla. Aunque, también, eran espacios más costosos de producir.
Anoche, TVE recuperó el género de la entrevista con periodistas de prensa escrita tradicional. Es decir, fue el regreso de una entrevista menos televisiva y más estática y encorsetada, en la que era difícil aguantar del tirón hasta el final. Porque el consumo catódico de hoy no es igual que el de hace diez años.
El plató, instalado en los Estudios Buñuel, siguió las líneas generales de todos los decorados de TVE. Y el fondo del plano del Presidente parecía improvisado, ya que había diferentes elementos que despistaban.
Por su parte, la realización, al cargo del veterano Antonio Casado, sufrióvarios traspiés en el arranque de la emisión. No obstante, la experiencia de Casado se notó y, con pocos medios, intentó dar dinamismo, a un programa que no lo tenía, incorporando una pantalla a tres. En este acertado plano partido, podíamos ver al periodista que ejecutaba la pregunta, al Presidente y un plano general del plató.
Mariano Rajoy estuvo situado a la izquierda del escenario, desde el punto de vista del espectador, y María Casado arrancó la entrevista realizando la primera pregunta. En ese momento, hubo una pausa de Rajoy. Segundos después, respondió con un ejemplo que parecía pactado de antemano, perdiendo la fuerza de la naturalidad.
De hecho, durante toda la entrevista, el Presidente pudo dar su discurso sin problemas. Aunque, el mensaje no se transmitió de forma eficaz a nivel televisivo, ya que sus respuestas aparentaban ser demasiado prefabricadas y memorizadas, algo que traspasaba la pantalla. Mariano no consiguió empatizar con el espectador independiente de ideologías marcadas, a pesar de que venía con la lección bien aprendida.
Ignacio Camacho del diario ABC, Victoria Prego, del periódico El Mundo, Anabel Díez de El País, Carmen del Riego de La Vanguardia y Pilar Gómez de La Razón fueron los periodista que preguntaron a Rajoy. Destacaron las tablas catódicas de Prego que siempre consigue lograr una cercanía con el espectador y de Díez que fue la más críticay despertó una personalidad de Rajoy un poco más a la defensiva. Por lo demás, fue una entrevista demasiado previsible. Faltó sensación de que estábamos viviendo un acontecimiento trascendental e importante, evocación que sí alcanzaba Tengo una pregunta para usted.
Como curiosidad, en esas mismas instalaciones de los Estudios Buñuel, donde anoche se entrevistó a Rajoy, hace sólo unos años estaba el decorado por el que correteaba la vaquilla del Grand Prix del Veranode Ramón García. Ahí sí que había quites.