1. Beber agua engorda
Sencillamente imposible porque tiene cero calorías.
2. El Baileys-cola es peligroso
La leyenda dice que te corta la digestión. Tiene versión hard (morir por beber Baileys-cola) y variante soft (desayunar leche con zumo es malísimo). Todo mentira. Que la leche se corte en tu estómago forma parte del proceso natural de la digestión.
3. Comiendo proteína te salen músculos
Es el ejercicio lo que aumenta el músculo. Las proteínas tienen algo que ver (si haces mucho ejercicio, un poquito más de proteína puede ayudar) pero no tanto.
4. El zumo hay que tomarlo rápido…
…porque se le van las vitaminas. Pero en realidad la vitamina C de un zumo de naranja natural se conserva prácticamente intacta durante al menos 24 horas después de haberlo exprimido.
5. Las bebidas energéticas alargan la borrachera
No vas a aguantar más por mezclar alcohol con Red Bull. Estas bebidas te darán una sensación pasajera de hiperactividad y seguirás bebiendo como si estuvieses mucho más entero de lo que realmente estás. Al pasar su efecto, caerás redondo.
6. El Actimel aumenta tus defensas
Es mentira que este invento de Danone vaya a protegerte de resfriados e infecciones.
Además, es nutricionalmente escaso: 3 botecitos te aportan lo mismo que un simple vaso de leche.
7. Hay pastillas que mejoran tu memoria
De esta farsa se alimentan los productos milagrosos que aseguran poder ayudarte en época de exámenes. Ninguna sustancia (tampoco las vitaminas ni los minerales) va a hacer que recuerdes mejor las cosas.
8. Los productos light no tienen azúcar ni grasa
La etiqueta light puede significar muchas cosas (menos calorías, menos azúcar, menos grasas) pero casi nunca significa igual a cero (solo en los refrescos es así = 0 azúcar).
Por ejemplo: las patatas fritas de bolsa “light” suelen tener un 30% menos de grasa que las normales.
9. Comer fruta por la noche engorda
Una pera a las 10 de la noche tiene las mismas calorías que una pera a las 10 de la mañana.
10. Beber leche estando acatarrado provoca más mocos
No hay relación entre el consumo de leche y los virus culpables de los mocos y otros síntomas del catarro.
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