El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acaba de anunciar (en otra comparencia en el extranjero) que el paquete de reformas que se presentará este próximo viernes vendrá acompañado de recortes en partidas presupuestarias y posibles subidas de impuestos. El adelanto llega después de que primero el Ejecutivo al completo se pasara varios meses negando siquiera la posibilidad de nuevos tijeretazos y posteriormente abriera la puerta a unos ajustes poco "significativos", tal como comentó el pasado lunes el ministro de Economía, Luis de Guindos.
Más allá llegó incluso con las subidas del IVA aprobadas el pasado año. El propio Rajoy (apoyado por su partido) hizo campaña en su momento contra el presidente Zapatero encontra de la subida del impuesto al consumo. Luego en campaña y posteriormente ya en el poder siguió descartando dicha subida, hasta que en abril de 2012 y en julio de 2012 se hicieron efectivas las subidas. En general, el primer año de Rajoy en Moncloa estuvo marcado por un buen número depromesas incumplidas.
El presidente ha dicho explícitamente que no quiere subir impuestos como el IVA o el IRPF. A la vista de los precedentes, ¿podemos fiarnos de su palabra? Lo cierto es que en ya varias ocasiones el procedimiento seguido por el Gobierno para anunciar medidas impopulares como la subida del impuesto de la renta ha sido el siguiente: primero negar siquiera la posibilidad de tales medidas; después abrir una rendija a dicha opción con la expresión de un deseo ("no está previsto", "no me gustaría"...); a continuación la medida de aprueba, aunque disfrazada por eufemismos (un "gravamen adicional").
En este caso, el Ejecutivo lleva meses negando que se vayan a aprobar nuevos recortes o subidas impositivas, aunque la contundencia de estas negaciones han perdido fuerza a medida que organismos como el FMI o la Comisión Europea han ido echando por tierra las "optimistas" (a juicio de analistas consultados por este diario) previsiones del Gobierno.
Cronología de una negación rectificada
A finales de septiembre de 2012, durante la presentación del Proyecto de Ley de Presupuestos para 2013, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ya aseguró que el Gobierno no tenía intención de adoptar ninguna medida de ajuste más para el año siguiente más allá de lo recogido en los propios PGE. Entre las medidas aprobadas entonces: recorte del 6,3% en las prestaciones por desempleo, del 22% en Sanidad y del 3,8% a las becas, por ejemplo.
En febrero de este año, en sede parlamentaria, el presidente Rajoy anunció una "segunda generación de reformas" de carácter económico para los meses siguientes. Entre las medidas, todas para favorecer el crecimiento, se incluían una ampliación del plan de pago a proveedores, ayudas a autónomos y un nuevo contrato temporal para jóvenes con incentivos para pasarlo a indefinido. Ni una palabra sobre nuevos ajustes.
El titular de Hacienda siguió negando la mayor el pasado mes de marzo, cuando en una entrevista a la agencia Europa Press volvió a afirmar que el Ejecutivo no aplicaría "nuevas medidas de restricción del gasto en 2013 y tampoco más recortes a los empleados de la función pública". Montoro, eso sí, recordó que los tijeretazos aplicados hasta entonces no eran del gusto del Gobierno, pero habían sido "necesarios".
En abril llegaron los tirones de de orejas de Bruselas y el FMI y el Ejecutivo varió ligeramente el discurso: se tendrán que cambiar las previsiones económicas para el ejercicio en vigor y se anuncia otro plan plan de reformas para el 26 de abril. Pero las reformas no implicarían recorte alguno, tal como señaló el ministro de Economía, Luis de Guindos, la pasada semana.
Pero esta semana el discurso oficial ha vuelto a virar. El lunes, el ministro Montoro aseguró que España vive una semana clave con la presentación de reformas de calado en su economía. Ese mismo día, y en una entrevista al The Wall Street Journal, el titular de Economía, Luis de Guindos, por fin rompió el tabú y habló directamente de "medidas de austeridad", si bien descartó que vayan a ser "significativas". El último episodio, la insinuación de Rajoy de que no le gustaría subir impuestos.
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