Olvido Hormigos no quería saltar. Pero le pusieron una zancadilla y tropezó. Ahora ensaya el doble mortal desde el trampolín, pero esta vez hay agua en la piscina. La concejala de Los Yébenes (Toledo) es la nueva atracción de Telecinco, que la ha fichado para su 'reality' '¡Mira quién salta!'. De momento andan con los entrenamientos, y cuando estén familiarizados con los carpados (saltos) y los tirabuzones se trasladarán a Gran Canaria para grabar. A 1.940 kilómetros le va a ser difícil seguir los asuntos municipales. Por eso ha presentado su dimisión, que debe ser cosa suya porque desde la calle Ferraz no ha salido ninguna orden ni invitación para que se fuera. Otra cosa es en el Ayuntamiento -en la web todavía figura su nombre-.
En el pueblo se comentaba -y se llegó a publicar- que en Telecinco le habían exigido que no dejara el cargo, porque así tenía más morbo. Pero a la vista está que no hubo tal cláusula, o que se ha reescrito el contrato. Lo que nadie ha desmentido -de momento- es el 'caché': 30.000 euros, bastante más de lo que cobrarán sus compañeros: Raquel Mosquera, Víctor Janeiro, Beatriz Trapote, Lydia Lozano... Y muchísimo más de lo que ganaba como edil en el Consistorio, donde solo recibía una asignación por asistencia a plenos.
Hormigos no tenía que haber sido jamás conocida más que en su pueblo, Los Yébenes, un municipio de 6.367 vecinos en el sur de Toledo famoso por sus alfombras. Pero el 5 de septiembre un vídeo casero en el que aparecía masturbándose reventaba YouTube. Lo grabó ella en su casa con el teléfono móvil, un plano fijo de cintura para arriba que se alarga casi minuto y medio. Ella cometió el «error» de enviarlo a alguien y alguien cometió la maldad de difundirlo. El 8 de agosto un amigo le advertía por Facebook: 'He visto tu vídeo'. Y un mes después su historia era relatada con más o menos recato y gusto en la prensa de todo el país.
Entonces dijo que se iba, pero le quitaron la idea. «No dimitas por eso, Olvido. Ni se te ocurra», le animó públicamente Elena Valenciano, vicesecretaria general del PSOE. Y la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, también le tendió la mano. Olvido se quedó, engordando así el barullo. Porque el tema coleó varios días. Se imputó al portero del equipo de fútbol de Los Yebenes, la persona que presuntamente filtró el vídeo: «Yo no sé si el vídeo lo pasó un amigo o un compañero suyo, solo sé que el único que lo tenía era él», sentenció Hormigos en una entrevista. Y también demandó al alcalde, el popular Pedro Acevedo, al que acusó de haber reenviado el archivo desde su ordenador. A pesar de las denuncias el vídeo sigue incomprensiblemente en la red. Lo que asusta un poco, la verdad.
Aquello fue un trago porque, además de una violación del derecho a la intimidad, Hormigos está casada y tiene dos hijos de 10 y 13 años que habrán sufrido lo suyo. Pese a la presión mediática, ella «ha seguido siempre con su vida normal». Ha acudido a las procesiones y torneos de verano cuando todavía era anónima fuera de Toledo -aunque el vídeo circulase ya por toda la provincia-. Y con sus rutinas habituales: labores domésticas, compras - dicen que es de gustos refinados, que cuida mucho su físico, que usa tacones hasta para comprar el pan y que le encantan los bolsos-. «No ha matado a nadie», dicen los vecinos de Los Yébenes un poco a la defensiva. Y tienen toda la razón.
Su marido, carpintero
Los pocos que acceden a hablar evidencian estar un poco hartos de los periodistas. Y en el colegio donde Hormigos trabajó como profesora, el centro público José Ramón Villa de Mora, cerca de Los Yébenes, cortan enseguida: «Es la enésima llamada por el mismo asunto. Solo estuvo un año de interina». Impartía clases de inglés en Infantil, pero ya no trabaja allí.
Que se sepa, sus únicos ingresos procedían del Ayuntamiento, donde acaba de cerrar su corta pero mediática trayectoria política. Era su primera legislatura como concejala del PSOE, aunque «la familia de su marido es conservadora», cuenta una fuente cercana. Él es un pequeño empresario con una carpintería y 4 ó 5 empleados a su cargo. «Lo ha pasado muy mal, pero ha estado conmigo desde el primer minuto». Así agradeció Olvido públicamente el apoyo a su esposo. Siguen juntos.
La que se ha resquebrajado un poco es la familia socialista. Aunque nunca lo hayan dicho así, no es raro pensar que en el seno del grupo municipal (y quizá más allá) hay cierto malestar por su participación en el programa de Telecinco, por la publicidad no deseada para el pueblo y porque su ausencia del salón de plenos dificultaría las labores de oposición. El PSOE tiene 6 ediles en un Ayuntamiento gobernado por el PP (3 concejales porque tuvieron un tránsfuga) con ayuda de los independientes (otros 3 representantes). Aunque no parece que vayan a echar mucho de menos a Olvido. «Políticamente es plana, tiene un perfil discreto, en este tiempo como concejala no habrá hecho más que dos o tres intervenciones. No lleva la voz cantante en su partido». En la tele se aventura un protagonismo mayor.
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