El secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, siempre ha remarcado su apuesta «clara e indudable» por la sanidad pública hasta que ayer reconoció que, «en ocasiones, la inversión privada puede ayudar en la prestación de los servicios públicos». Hasta tal punto, que lanzó al aire una cifra, y abogó por limitar al 14% la inversión privada en la sanidad, «si se quiere ser eficiente y dar un servicio de calidad a los ciudadanos, respetando la equidad» en el acceso.
Las declaraciones las hizo por la mañana en rueda de prensa en la sede del PSM. Allí Gómez criticó el «zoológico de modelos de gestión» que hay en la sanidad madrileña y apostó por crear una comisión de expertos que analice los diferentes modelos. A partir de ahí, «me comprometo a adoptar el más eficiente para los ciudadanos, el que dé mejor servicio y tenga menor coste en los presupuestos generales», dijo.
Control sobre los centros
El líder de los socialistas madrileños dijo a Ep que el problema de la sanidad de la región no es que la construcción de los nuevos hospitales recaiga en la inversión privada, sino que no hay control y fiscalización de los centros sanitarios. De esta manera, consideró que el Gobierno regional debe establecer un control sobre las aseguradoras y financiadores, que, según aseguró, en este caso es «el Ejecutivo autonómico, y el prestador de los servicios (el centro de salud)».
Para Gómez, es evidente que en la sanidad madrileña hay un «problema de eficiencia» ya que, en ocasiones, hay que hacer cuatro visitas al médico para llevar a cabo un acto clínico. Asimismo, consideró «inaceptable» la ausencia de coordinación entre Atención Primaria, y Especializada, las listas de espera en Atención Primaria o que en algunos municipios, el tiempo medio para llegar al centro hospitalario sea de 45 minutos.
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