El aparcamiento pegado al recinto municipal Madrid Arena, donde murieron cuatro adolescentes en un concierto, fue habilitado la noche de la tragedia "como zona de botellón, cobrando un total de 10 euros por vehículo". Así lo recoge un informe de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana de Madrid elaborado el 1 de noviembre, el mismo día de la tragedia. En este documento se detalla que el responsable de la empresa Seguriber encargada de la seguridad esa noche, aseguró a dos agentes, que habían acudido a recoger documentación administrativa al complejo, que en dicho aparcamiento se cobraba por hacer botellón.
De acuerdo con el informe, al que ha tenido acceso EL PAÍS, el responsable aseguró que “esos jóvenes, tras realizar ese botellón, sobre las dos o las tres de la madrugada, cuando el artista principal actuara, accederían a la pista”. La hora señalada en dicho documento coincide, según el atestado policial en poder Tribunal Superior de Justicia de Madrid, con el momento en que se produjo una avalancha, motivada por la entrada de adolescentes que hasta ese momento no se encontraban dentro del Madrid Arena, cuando comenzó la actuación del DJ Steve Aoki.
MÁS INLos agentes se personaron en el Madrid Arena a las nueve y media de la noche del miércoles 31 de octubre. Los funcionarios se dirigieron a una de entradas, “donde se encontraban los auxiliares de la empresa Control 34 SL”, y esperaron allí al responsable de seguridad de la empresa Seguriber, “con el fin de que les entregara la documentación que se requiere” en ese tipo de eventos. El encargado, que aparece identificado como "el señor Camaño", les entregó el certificado de instalación de estructuras; el certificado de ignífugos, formulario M1; el certificado de instalación eléctrica de baja tensión; el certificado de los servicios asistenciales sanitarios; y el proyecto de instalación eléctrica.
“Tras comprobar que faltaba el plan de vigilancia Thriller Music Park 2012(Madrid Arena) de la empresa Seguriber”, Camaño “invitó a los funcionarios a acompañarle” a su despacho para entregarles la documentación. Camino de la sala donde se ubicaba el escenario, los agentes “observaron que los extintores no se encontraban colocados en su lugar correspondiente, extremo que hicieron saber a los responsables”. También comprobaron, camino de la oficina de Camaño, “que la vía de acceso de bomberos estaba bloqueada con vallas de seguridad y sus correspondientes bases de hormigón”. Los policías indicaron que debían retirarlas, ya que obstruían una vía de emergencia. La organización lo hizo “inmediatamente”.
A continuación, una vez que recibieron el plan de seguridad, los agentes “acompañaron al señor Camaño a dar una vuelta por el recinto exterior, a petición de este, observando que en la zona del parking había varios vehículos con la música muy elevada y un elevado número de jóvenes consumiendo bebidas alcohólicas”. Ahí, Camaño les informó de que se había habilitado “como zona de botellón”, que se cobraban 10 euros por vehículo y que los jóvenes accederían más tarde al Madrid Arena cuando actuara Aoki.
El informe prosigue indicando que la apertura de puertas, prevista para las 23.00, se retrasó dada la escasa afluencia de público a las diez y media de la noche. A las 23.25 un tal Raúl relevó a Camaño como responsable de seguridad y “comunicó la apertura de puertas”. Los funcionarios, “transcurrido un tiempo prudencial y tras observar que el acceso al recinto se estaba produciendo sin ningún tipo de incidencia, al ser muy escaso [unas 200 personas a las 23.40], abandonaron el evento”. Mientras se retiraban comprobaron “una masiva afluencia de jóvenes haciendo botellón” junto a la parada de metro de Lago que, añade, "junto a los que se encontraban en el parking ya mencionado conformarían el público del evento". El responsable de seguridad les informó que se habían vendido "unas 10.000 entradas".
“Los actuantes quieren significar que, si en algún momento se excedieron en sus cometidos fue por un exceso de celo profesional, al comprobar, tras ser invitados por los responsables del evento, que en los lugares ya indicados de las instalaciones existían irregularidades que podían ocasionar que el evento se desarrollara con normalidad, todo ello al no ser comprobado por los responsables de Protección Civil”, finaliza el atestado. Otro informe, del Cuerpo Nacional de Policía a fecha 2 de noviembre, “desmiente rotundamente que funcionarios de la misma hayan realizado inspección alguna en dicho local y que dieran su visto bueno al respecto”.
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