Un gaditano entra en un bar de las Ramblas en Barcelona y pide una copa de vino.
Le dice al camarero pero que sea de Jerez o de Moriles, no lo quiero del Priorato.
Póngame unas aceitunas, pero que sean de Jaén, Córdoba o de Sevilla, no vaya a ponermelas de Lérida o Tarragona.
Por favor un platito de jamón, pero de la sierra de Huelva, de Jabugo o Aracena, no vaya a ponerlo de Gerona.
El camarero ya un poco mosqueado le dice: ... y si tanto le gustan las cosas de Andalucía, porqué se ha venido a Cataluña.
Responde el gaditano: pues verá usted, catalán pesetero, se lo voy a decir. Resulta que he discutido con mi mujer y me ha mandado a la mierda..., y aquí estoy. ¿Enterado?.
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