domingo, 21 de diciembre de 2014

La suerte de un abogado de desahucios y un actor en paro

El spot de la Loteria y el espíritu de compartir

  • A los protagonistas del anuncio de la Lotería de Navidad les ha tocado el 'gordo' de la fama. Paran hasta partidos de fútbol para hacerse 'selfies' con ellos, pero no todo es felicidad: a Julián 'el tasquero' le llueven las ofertas, en cambio Alfonso sigue «en el deshonor»


  • Entran ustedes en un bar de esos con espejos y maderas, y cuadros de vírgenes y santos. Espumillones verdes subrayan las ventanas del sur de Madrid. En la puerta, un mensaje a pincel ofrece un menú con 'tres platos a elejir' (sic). La luz limpia de la mañana y el traqueteo de las tragaperras otorgan normalidad a casi todo. Un delgadísimo yonqui rebusca en la papelera que hay justo afuera y dos inmigrantes apuran un café frío sin nada que hacer. Es la tragedia económica que asola el barrio de Villaverde Alto desde hace años. La señora Margarita, que no sabe si podrá pagar el alquiler de la tasca, el que echa monedas en la máquina, el padre que empuja el cochecito de su hijo en lugar de acudir a la oficina porque la oficina ya no existe... llevan en los ojos la esperanza y el abismo. A todos los personajes de la fantástica esquina del bar La Muralla les apunta en la sien la misma puñetera pistola de la incertidumbre. Viven en un belén moderno, el escenario perfecto para el cuento de Navidad que allí se desarrolla desde que se rodó el anuncio de la Lotería y todos se volvieran benditamente locos.

    Hace un tiempo, Alfonso hizo de protagonista en la sala pequeña del Teatro Español y no fue ni un crítico a ver la función. «Joder, yo no pedía mucho, solo que fueran allí y dijeran que soy actor». Ahora, sus dos hijos fardan por fin de padre en el colegio. «La alegría de los críos al verme actuar en algo bueno es la única licencia que le permito a mi ego». Y hasta tiene dificultades para pasar desapercibido por la calle. El otro día, paseando su perro por un carril bici cerca de su casa, dos obreros atendían a un hombre que sufría un infarto. «Cuando llegué a preguntar si habían llamado a emergencias, dijeron: '¡Coño!, el de la lotería'. Me fui y al rato, cuando volvía, los médicos se ocupaban del hombre, que finalmente murió, bajo una carpa del SAMUR. Los dos obreros me pararon para hacerse una foto». ¿Y el hombre? «Ya lo están atendiendo», le respondieron. Alfonso es un talismán andante, todos quieren retratarse con él. Un par de semanas antes, en un partido de fútbol con su hijo, el árbitro paró el juego para hacerse un 'selfie'. «Es una locura».«Ojo, que aquí el café cuesta 21 euros». Uno de los protagonistas es Alfonso Delgado (Madrid, 54 años), Manuel en la pantalla, ese personaje enjuto que parece salido de un relato de Dickens. En la vida real es uno de esos tipos que pasean por el alambre con cierta socarronería. Lleva 30 años en el mundo de la interpretación, siempre queriendo abandonar el lado oculto de la luna, del que solo salía para interpretar papeles de mendigo por de un día, de malo, de yonqui y de asesino. «No te dan ni el guión. Te pasan un papel que dice 'exteriores, noche, un tipo sale de la oscuridad y le pega una puñalada'. No sabes ni qué siglo es». La verdad es que sigue siendo actor porque tuvo la suerte de encontrar a su mujer, ayuda de solista de chelo en la Orquesta Nacional, lo que le ha permitido seguir adelante. Habita los terrenos fronterizos en los que Dios aprieta, pero bien: el rostro de moda ha sido camarero, recogedor de chatarra y ha trabajado en un petrolero-gasolinera en África: «Esos son los negocios legales. Los ilegales, que los ha habido, me los callo».
    Sus compañeros de rodaje empezaron a verla venir -la locura- cuando el camarero tendió el sobre con el décimo y la cámara enfocó los ojos de Manuel. Se les caían las lágrimas. Era octubre y sintieron lo que unas semanas después sentiría media España. Cómo los pelos se les ponían de punta.
    «Pensé en mi padre»
    Cinco minutos antes, el camarero estaba apoyado en la máquina de café del bar La Muralla pensando en quién sería capaz de regalar un décimo con el Gordo de Navidad. «Me di cuenta de que sería mi padre. Pensé en él. Realmente estaba siendo mi padre». El segundo personaje de esta historia es Julián Valcárcel (Albacete, 48 años), que no es camarero y que, en lugar de una taberna, regenta un despacho de abogados en Madrid que a día de hoy sigue funcionando. En su día a día, este letrado no está tan lejos de la escena que se representa en el anuncio. Se dedica al derecho inmobiliario y la mayor parte de las veces le ha tocado defender a desahuciados. Otras, pocas, estaba en el otro lado, en el de bancos y usureros, así que conoce bien el sabor metálico de la necesidad.
    Este bombazo de anuncio comenzó a gestarse cuando en la agencia de publicidad Leo Burnett recibieron el 'briefing' de la campaña. Loterías y Apuestas del Estado quería hacer «algo sobre compartir». Así que se pusieron a darle vueltas. Juan García Escudero, director creativo de la agencia, tuvo una idea. «Pensé en mi tío, que es médico en Palencia y al que le había pasado algo parecido». En realidad, le ocurrió todo lo contrario, porque llamó al bar donde compraba un décimo cada año y el dueño le juró que se lo guardaba. Pero se le olvidó. Cuando se enteró de que allí había caído el segundo premio, acudió a festejar su suerte y a tirarse por encima el cava como todos los demás. El chasco fue monumental. Aquel mal trago se ha compensado con el éxito de García Escudero. Después del 'Ya llegó la Navidad' de Raphael, Caballé y compañía de 2013, el reclamo de este año puede convertirse en el más visto de la historia de la publicidad española.
    «Consumen poco»
    Todo alrededor del vídeo es una locura. En internet hay cientos de parodias, algunas memorables, como la de Alfonso con las lágrimas saltadas diciéndole a Julian: «Te dije que la leche templadita, hijo puta». Y hace unos días Julián tuvo que refugiarse en una cafetería porque decenas de personas lo perseguían para hacerse una foto. «Siempre pasa lo mismo: hay uno que se acerca, se hace la foto contigo y del tirón aparecen todos los demás. Todos son 'la última' y se quieren hacer el 'selfie' enseñando su billete».
    Si quieren un décimo de La Muralla, se pueden olvidar. No lo encuentra ni Carlos Fabra. El número con el que se grabó el anuncio no existe y en el bar no queda nada de nada. «Vendimos entero el que teníamos. Después, vendimos entero el número de la asociación de vecinos y ahora ese de la ONCE, que también está volando. Lo vendemos todo menos lo que tenemos que vender». Habla Margarita, natural de Colombia, que regenta con mucho esfuerzo esta tasca de barrio con su marido Hernán. «Aquí vienen todos los días a preguntar por el número, a hacerse una foto y a mirar, pero consumen poco». Si quieren compartir de verdad, Margarita borda el pollo asado. Está en la calle Acebes.
    Experto en derecho inmobiliario, Julián Valcárcel acostumbra a tratar con clientes desahuciados. Mantiene abierto el despacho, pero hace cinco años se metió a actor. Vive en Madrid, es de Albacete y tiene 48 años y dos hijos. Cuando rodó la escena, pensó en su padre, «el único capaz de hacer eso». Desde que se ha hecho popular en el anuncio, le han ofrecido varios papeles en el cine. Ya le conocen como el Gordo de la Lotería.
    «Podría haber sido el tipo que representé». Alfonso Delgado lleva 30 años siendo actor, aunque también ha trabajado recogiendo chatarra, sirviendo en un bar o en un petrolero en la costa Oeste de África. En el teatro ha representado algunos primeros papeles, pero casi siempre ha sido secundario, generalmente «de malo, de yonqui o de mendigo». Está casado con una chelista de la Orquesta Nacional y tiene dos hijos.

PERTURBADORES Y EXTRAÑOS HECHOS ACERCA DE LOS SMARTPHONES


Siempre estás tocando tu smartphone, y lo mantienes cerca cuando no lo tienes en tus manos. Probablemente es tu fiel compañero, teniendo en cuenta que los usas para estar todo el tiempo conectado con las redes sociales; además si le agregamos que te costó una buena cantidad de dinero.


El equipo de trabajo de Yahoo Tech enCanadá  realizó una encuesta a los reparadores de dispositivos iPhone y Android con el propósito de conocer lo que le sucede a estos aparatos en la vida real (afuera de tu bolsillo o cartera) ; cuan frecuentemente se averían y necesitan reparación.

Lo que hayaron fue impactante; y creenos que después de leer ésto no volverás a ver  tu teléfono de la misma manera:



1. Tu teléfono está lleno de mugre:

Nunca sabes lo que encontrarás cuando remuevas la carcaza de un iPhone o un Samsung Galaxy, pero si se sabe que no va a ser nada agradable. Los talleres de reparación que fueron contactados reportaron haber encontrado una gran cantidad de residuo dentro de los smartphones; incluyendo viruta metálica, polvo de construcción, tabaco, y hasta un residuo inexplicable de color verde.

Reparar teléfonos no es definitivamente un trabajo para los quisquillosos.



2. Es más sucio que un baño público: 

Y no sólo un poquito. Los smartphones tienen 18 veces más bacterias por centímetro cuadrado que un excusado; de acuerdo con investigadores de Turquía. Un estudio llevado a cabo por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres reveló que la superficie de 1 de cada 6 smarpthones contenía...(¿cómo lo decimos de una manera delicada?) materia fecal.



3. La pelusa de tus bolsillos no son buenos amigos para tu smartphone:

Es la causa número 1 de falla en los puertos para el cargador y los auriculares. Varios reparadores de smartphones manifiestan que gran parte de las reparaciones son debido a la pelusa de los bolsillos.
"La pelusa es un terrible conductor que puede disminuir la velocidad de carga, o bloquearla del todo", afirmaron iCracked's Forsythe. "Y no se mueve cuando soplas en el puerto; de hecho lo único que haces es empujarla hacia adentro"



4. Ten cuidado con los auriculares: 

La fricción resultante de estar conectando y desconectando tus auriculares al puerto del teléfono; podría eventualmente romper la soldadura; afirmó Alyssa Voorhis; compradora y vendedora de celulares usados.
Y aunque la peluza de los bolsillos podría ser meramente un obstáculo; el daño del puerto es algo que es definitivo, a menos que éste sea remplazado por uno nuevo.



5. ¿Rastros de maquillaje en tu teléfono? Para nada bueno:

¿Te ha sucedido que tu teléfono se queda mudo de repente? El culpable puede ser tu maquillaje.
"Siempre nos topamos con teléfonos llenos de maquillaje", afirmó Forsythe. "A diferencia de los otros materiales; el maquillaje tiene a derretirse y adherirse, así arruinando los altavoces". Dicho problema sin embargo, tiende a ser más común en las personas que poseen BlackBerry; dado que el polvo del maquillaje tiende a caer entre el teclado QWERTY.



6. ¿Has intentado secar tu teléfono con arroz? Malas noticias:

Entraste al baño y tu smartphone se cayó al excusado?. Entonces vas a la cocina y sumerges tu teléfono en arroz esperando lo mejor?. Buen intento; sin embargo la idea de que tú puedes secar mágicamente tu teléfono sumergiéndolo en una libra de arroz es simplemente un mito. El daño no ocurre simplemente porque el agua se introduce en el teléfono, sino que ocurre porque el agua produce un cortocircuito adentro del teléfono. Aún peor si tu teléfono logra recuperarse; el arroz podría obstruir los puertos de los auriculares y el cargador.

Si tu teléfono se llega a mojar, lo mejor que podrías hacer es apagarlo inmediatamente, desconectarlo de cualquier fuente de electricidad, intentar secarlo o esperar que se seque, y después de un rato encenderlo. Si no funciona; lo más seguro es que necesites ayuda profesional.



7. Algunos smartphones se doblan; otros simplemente se rompen:


El escándalo de los iPhone 6 Plus que se doblan no es para nada nuevo. De hecho cualquier teléfono de tamaño grande con marco de aluminio se doblará si se le somete a condiciones extremas; incluyendo el iPhone 5, 5s, 6 y 6 Plus.
Una vez que el teléfono se dobla; es casi imposible "desdoblarlo", sin embargo se podría seguir usando. Pero el gran problema es si el display ha sufrido algún daño; de ser así se deberían remplazar el display y el marco del celular; o en su defecto, comprar un teléfono nuevo.
Por otro lado; los teléfonos grandes como el Samsung Galaxy Note, los cuales el marco está hecho de un plástico especial, podrían llegar a romperse en una caida fuerte.



8. Tu teléfono es por naturaleza atractivo para los insectos:

¿Te ha llegado a ocurrir que las hormigas se pasean por encima de tu smartphone?; o que vas a la cama en la noche y ¿algunos insectos voladores se acercan a la pantalla y tienes que espantarlos con las manos?

¿Por qué? Por un lado es agradable y calido para ellos ahí. Así que podrían caminar hacia adentro del puerto de los auriculares o del puerto de carga, y hacerse lugar para una pequeña siesta.
Por otro lado los insectos se guían por la luz del sol; y en las noches confunden la luz de la pantalla de tu smartphone con la luz del sol, lo cual causa que se desorbiten y vuelen locamente alrededor o contra la pantalla de tu teléfono.



9. Todo teléfono tiene su debilidad:

El smartphone perfecto aún no ha sido inventado; y cada uno tiene sus puntos débiles.
Los teléfonos Samsung son famosos por las fallas en sus puertos de carga y en el botón de encendido; afirma SquareTrade’s Hoffman. Mientras que los iPhones tienden a tener fallas en el rendimiento de la batería y los botones de encendido también. EcoATM’s Bowles afirma que ambos; el iPhone y el Samsung tienden a romperse cerca de sus puertos de carga. 



10. Saliva de bebé = desastre líquido:

"Por alguna razón la saliva de bebé destruirá inmediatamente el puerto de carga de tu iPhone"; afirma Forsythe. La base científica para ésto es todavía desconocida; pero es sabido que por alguna razón; los bebés tienden a causar una tierna destrucción con prácticamente todo lo que tocan y les rodea. Sin embargo, puede que éste no sea el caso con tu bebé.

viernes, 19 de diciembre de 2014

-LA INCREÍBLE HISTORIA DE LOS RATONES QUE BEBEN VINO DE JEREZ-


Los roedores que habitan unas conocidas bodegas jerezanas causan sensación por su descaro y habilidad para apurar una copa de vino.

En prácticamente cualquier lugar del mundo, la presencia de ratones es sinónimo de una posible plaga que hay que erradicar. Salvo, quizá, en algunas bodegas de Jerez, donde no solo permiten la presencia 
de estos animales en sus instalaciones, sino que les ofrecen copas de vino dulce que los pequeños roedores no dudan en beberse ante la atenta mirada de los generalmente asombrados visitantes.

El motivo por el que los bodegueros permiten la presencia de estos animales es que pertenecen a una clase conocida como «ratones bodegueros» se alimenta de los insectos dañinos que habitan en las maderas de los toneles y que son perjudiciales para el resultado final del vino. Sin embargo, esta dieta no explica la afición de los roedores por el vino.

Para conocer el origen de esta peculiar costumbre tenemos que retroceder muchos años atrás, hasta el día en el que, tal y como podemos leer en el blog «Cooking ideas», José Gávez, un venenciador que trabajaba en las bodegas González Byass —el productor del popular Tío Pepe— efectuó un particular descubrimiento.

En un descanso de su trabajo, mientras se comía un bocadillo, Gálvez vio cómo un grupo de ratones se le acercaba tímidamente para comerse las migajas que caían del pan. A partir de ese momento, el venenciador empezó a dejar trozos de su comida en el suelo para ganarse la confianza de los roedores y tratar de hacerse su amigo. Incluso, comenzó a dejarles probar el vino y, al parecer, les gustó bastante.

Con el paso del tiempo, Pepe Gálvez se cansó de que los ratones comieran y bebieran gratis, por lo que ponerles una escalerilla para que tuvieran que ganarse por sus propios medios llegar hasta el borde del vaso que les llenaba en cada jornada.

Gálvez se jubiló en 1956, pero su legado continúa. Así, todavía hoy cada vez que un grupo de turistas visita las instalaciones de González Byass, sus anfitriones colocan en el suelo una copa de vino dulce y una pequeña escalera. Al instante, un buen grupo de ratones sale de la oscuridad para degustar la bebida, tal y como demuestran algunos vídeos que han convertido a estos curiosos roedores en uno de los muchos atractivos turísticos de Jerez. Los gatos, en cambio, no deben de ser muy populares en estas bodegas.

La fiscalía descubre una “desviación” de dinero del Ayuntamiento

La fiscalía descubre una “desviación” de dinero del Ayuntamiento

jueves, 18 de diciembre de 2014

En Bruselas no hay pozos de petróleo, pero como si los hubiera, nadan en dinero (el nuestro).



ESCÁNDALO: Los “sátrapas” de Bruselas han aprobado, para sí mismos, la jubilación a los 50. ¡Viva la Europa de los ladrones! La jubilación a los 50 para los funcionarios de la Unión Económica Europea ha sido aprobada con pensiones mensuales de 9.000€. ¡Normal que no quede nada para nosotros! Habréis notado que los políticos tienen un gran interés por entrar en la Administración Europea. ¿Por qué? Muy simple, este año 340 funcionarios se jubilan con 50 años y una pensión vitalicia de 9.000€ mensuales  (no es una coña, son 340 jubilados x 9.000€/mes x 12 meses x 40 años = 1,468,000,000€ que tendremos que pagar nosotros y nuestros hijos). Y esto es solo una muy pequeña parte.

De este modo dejan sitio a nuevos funcionarios de los países que últimamente han entrado en la UE (Polonia, Malta,… todos tienen derecho a un trozo de teta). ¿Quién paga esto? Nosotros, que hemos trabajado y contribuido toda una vida, para lograr a cambio una pensión vergonzosa, mientras que los que hacen las leyes se hacen regalos como este. La diferencia entre ellos –los dioses del Olimpo– y nosotros –los currantes– es ya demasiado importante, abusan de nosotros y nuestra paciencia de forma desvergonzada.

ESTOS ALTOS FUNCIONARIOS DE BRUSELAS SON UNA VERDADERA MAFIA. Los tecnócratas europeos disponen de unas pensiones que ni siquiera los parlamentarios tienen, que ya es decir.

Giovanni Buttarelli, controlador adjunto de protección de datos, tendrá derecho a una pensión de 1,515€ mensuales tras 1 año y 11 meses de servicio. Mucho más que un ciudadano corriente tras 40 años de cotización.  Su colega, Peter Hustinx, después de 10 años de servicio obtendrá una pensión de 9.000€ mensuales. Es sencillo, nadie les pasa cuentas y hacen lo que quieren.

Roger Grass, procurador en el Tribunal Europeo, se marcha con 12.500€ mensuales.  Pernilla Lindh, juez de tribunal de primera instancia, 12.900€ al mes. Ruiz-Jarabo Colomer, español, abogado general, 14.000€ al mes. Podéis ver una lista en francés en:____http://www.sauvegarde/%20retraites.org/docs/Retraite_Hauts_fonctionnaires_europeens_Annexe_3_Etude_27.pdf____
 
En esa lista aparece un tal Jacques Barrot ( 73 años) con una pensión de 4.728,60 € por 5 años como comisario europeo de transportes. A esa hay que añadir su pensión como antiguo diputado en Francia, la de ex ministro, la de ex presidente del Consejo General de la Haute Loire, la de alcalde de Yssingeaux y, como corona final, el 23 de febrero de 2010 lo nombraron miembro del Consejo Constitucional. Es como si en la misma jornada te tocara la lotería, el euromillón, el bonoloto y la quiniela.

Para ellos, solo con 15 años de servicio, 70% de su último salario como pensión, además de poder acumular pensiones. Nosotros hemos de trabajar 40 años (dentro de nada serán 42) y cobramos menos. El sistema de pensiones está en quiebra, cada vez nos piden que trabajemos más años para tener derecho a una exigua pensión completa, pero para ellos con 15 años basta y además se ponen pensiones millonarias.

Se están burlando de nosotros en la cara, nos están ordeñando. Antes eran solo los miembros de la Comisión Europea, ahora hay que sumar jueces, abogados, procuradores, mediadores, controladores,… toda una caterva de sanguijuelas. Y lo mejor: NO COTIZAN UN CÉNTIMO, PAGAMOS NOSOTROS.

Todos ellos ocupan esos puestos para asegurar que “se cumplan las leyes”, que “los costes sean lo más bajos posible”… ¡Bonito ejemplo! Y además nos dan lecciones sobre presupuestos, nos juzgan, crean directivas para ahorrar… Yo creo que es una provocación.
Deberíamos tomar medidas o no nos quedará nada. Recuerdo a nuestros antepasados en la Edad Media, tenían un rey o un señor feudal que les agobiaba con impuestos. Si no pagaban podían perder una mano, o un hijo, o una vaca. Creo que tenían suerte, los de ahora no necesitan usar ese tipo de violencia tan escandalosa, basta con hacer una ley que les permite entrar en tu cuenta y sacarte el dinero sin avisarte, o cargarte un recargo del 300% por algo que no has pagado a tiempo.

¡¡PÁSALO POR FAVOR, AUNQUE SOLO SEA PARA QUE LA GENTE NO VIVA ENGAÑADA!!

El ritual de la matanza extremeña, una tradición centenaria


Para que un cerdo ibérico engorde un kilo es necesario que coma otros doce kg. de bellota, algo que sólo es posible con una extensión de dehesa equivalente a un campo y medio de fútbol por cochino, tal y como sucede en Extremadura
Asoma el sol por el horizonte. Los primeros rayos de luz del día se cuelan entre la espesa niebla que acaricia el campo, verde y frondoso, de la dehesa extremeña. El día será largo, pero el madrugón quedará compensado con la experiencia. Diciembre es tiempo de matanza, un ritual que en Extremadura aún se conserva con el mismo embrujo que hace décadas, pues el culto en torno al cerdo ibérico se alza como la ceremonia gastronómica más importante del año, un punto de encuentro entre familiares, amigos y vecinos que arriman el hombro para dar forma a los manjares que degustarán en los próximos meses. Pero también está invitado el viajero, un sorprendido y curioso visitante que, tras el objetivo de su cámara, puede contemplar el trajín de los extremeños que viven la matanza como una fiesta, la oportunidad de revivir una tradición que forma parte de sus señas de identidad.
Después de un contundente desayuno a base de migas, con chorizo, costillas y torreznos incluidos, llega el momento de salir al campo en busca del rey de la fiesta: el cerdo. Bien dice el refrán que del cochino nos gustan hasta los andares, y es que basta con verle deambular por la dehesa para entender que estamos ante un animal muy especial.

Alimento de supervivencia

Cuenta la historia más reciente que el cerdo ha sido el alimento imprescindible de supervivencia en muchos pueblos extremeños durante el siglo pasado, un producto que por aquel entonces era un manjar que ni siquiera estaba al alcance de todos. Los afortunados comenzaban el ritual con el sacrificio del animal sobre una mesa de madera, casi siempre en medio del campo. Era, y es, cosa de los hombres de la casa, pues se necesitan muchas manos para sujetar la furiosa embestida de un cerdo de más de 120 kilos mientras el matanchín cumple su función. Sin embargo, hay algo que ha cambiado con respecto a las últimas décadas. Los controles de Sanidad y Consumo obligan a que la muerte del cerdo se realice de forma más minuciosa y controlada por la supervisión de un veterinario. Aún así, el viajero es bienvenido y quien quiera vivir en primera persona este momento tiene la oportunidad de adentrarse en los cortijos que abren sus puertas al visitante dispuesto a involucrarse en una de las ceremonias más populares de Extremadura. Existen varias empresas que organizan excursiones de un día a la matanza tradicional, con demostración y explicación del despiece del cochino y degustación incluida.
El olor a chamusquina lo invade todo, pues llega el momento de limpiar el pelaje del animal a golpe de soplete. Después, los hombres despiezan el cerdo, y a continuación las mujeres son las encargadas de lavar las tripas del mismo, tarea que antaño se realizaba al borde del río y que hoy cuenta con más comodidades. Con todo el material dispuesto, siempre rodeados de aguardiente, dulces y una buena lumbre, comienza el ritual de separar la carne, guisarla y, por supuesto, probarla para empezar a dar forma a los futuros jamones, chorizos, morcilla y salchichones que saciarán el apetito de los más sibaritas.

Situada entre encinares y ríos, en Jerez de los Caballeros los bellos palacios e iglesias se mezclan con el legado de los templarios y la Orden de Santiago.

El «milagro» de la dehesa

Además de colarse en una típica matanza extremeña, el viajero puede recorrer las provincias de Cáceres y Badajoz a la vera del cerdo ibérico, de patas largas, finas y musculosas, que recorre cada día la amplia dehesa en busca de bellotas durante la montanera. A veces caminan varios kilómetros en un día hozando en busca del fruto de la encina. Y es que para que un cerdo ibérico engorde un kilogramo es necesario que coma otros doce kilos de bellotas, algo que sólo es posible con una extensión de dehesa equivalente a un campo y medio de fútbol por cerdo. Y Extremadura es uno de los pocos lugares en España en los que este «milagro» es factible.
Los reyes del jamón, los ibéricos de bellota, como su nombre indica, proceden de cerdos alimentados exclusivamente con este fruto y hierba durante la montanera. El ibérico de recebo también se obtiene de animales que comen bellota y hierbas en el campo, pero cuya alimentación se complementa con piensos.

Ruta de pata negra

Para entender los entresijos de este mundo, nada mejor que tomar el rumbo de la ruta del Jamón Ibérico Dehesa de Extremadura. Cuentan los libros de Historia que a Carlos V le encantaba el jamón ibérico y que en toda comida en la que él estaba presente se servía un plato de este exquisito manjar. De los extremeños, el de Montánchez era su favorito. Y es que el territorio que comprende la comarca de Montánchez-Tamuja es una de las áreas extremeñas en las que la cura y degustación de jamón ibérico tiene más tradición. Esta ruta recorre 19 municipios de la comarca del mismo nombre, entre las que destacan Aldea del Cano, Almoharín, Arroyomolinos, Benquerencia, Botija, Montánchez, Plasenzuela, Sierra de Fuentes, Torre de Santa María, Torreorgaz y Zarza de Montánchez. En la capital de la comarca, el viajero no debe perder la oportunidad de adentrarse en un secadero de jamones tradicional, pues la imagen de miles de patas de cerdo colgadas sobre nuestra cabeza resulta impresionante. Y al pasear por sus calles quedamos rodeados de jamonerías, restaurantes y bares de tapas en los que los montanchegos nos muestran in situ los secretos de su joya gastronómica, más aún si completamos la visita con una cata de jamón acompañada del típico vino de pitarra del lugar.
Badajoz tampoco se queda atrás, de hecho las comarcas del sur de la provincia forman parte de otra ruta, la de las Sierras de Badajoz, en la que el jamón ibérico comparte protagonismo con la naturaleza representada en su máxima expresión por la dehesa. Partiendo desde Azuaga, el camino nos lleva hacia pueblos como Fregenal de la Sierra, Fuentes de León, Higuera la Real, Jerez de los Caballeros, Llerena, Monesterio, Montemolín, Oliva de la Frontera y Valencia del Mombuey, entre otras localidades. Aquí huele y sabe a jamón, un manjar de reyes que refleja lo que es Extremadura: tierra humilde cuyo interior esconde una joya que atrapa a todo el que la cata.

" La gordita "


Erase una vez una "gordita" que enamoró perdidamente a un muchacho en forma y hermoso. En la soledad de sus departamentos, en el auto en un callejón a oscuras y en todos los moteles tenían sexo y se hacían el amor.
Sin embargo, el nunca por un año la sacó a un parque, a comer o simplemente al cine. Ella lo escuchaba negarla ante sus amigos y se molestaba. Pero cedía cuando escuchaba los te amo al oído, cuando sentía sus manos o cuando sus labios la callaban cuando llorando peleaba.
Un buen día la chica se cansó y eligió irse sin mirar atrás. Pasaron seis meses de angustia donde ambos en las noches se bebían las lágrimas e intentaron refugiarse en otros cuerpos, pero de nada sirvió.
El chico no aguantó más el vacío en su corazón e invito a sus amigos a salir. Allí en una mesa les dijo: "Necesito que me aconsejen, estoy enamorado como nunca, de una mujer excepcional pero no perfecta para los ojos de nadie."
Les confesó de quien estaba enamorado y ellos sorprendentemente le aconsejaron que se olvidara de la gente y la buscara. El chico se subió a su auto y voló a el departamento de ella. Tocó la puerta y para su sorpresa encontró una chica más esbelta, arreglada... Más hermosa. Se arrodilló y pidió perdón. Lloró por horas sin parar y ella solo le dijo...
"Lo lamento, mientras me fui porque no era lo suficientemente linda para ti, llegó alguien a mi vida que en vez de salir corriendo y criticarme, me enseño como alimentarme y durante varios meses me apoyo a ejercitarme. Nunca me dejó sola. Ahora tengo un hombre a mi lado. Un hombre completo que vio lo mejor de mi. Que te vaya bien."
Cerró la puerta y lo dejó allí sufriendo, igual que como ella lo sufrió por eternas noches.

Moraleja: "Si amas a alguien estarás orgullo de que todos lo sepan y jamás lo/a harás sufrir."