Esperanza Aguirre vuelve a protagonizar otro incidente de tráfico con el mismo coche por el que enfrenta ahora un proceso judicial, aunque en esta ocasión no era ella quien iba al volante, sino un empleado de su servicio. Más curioso aún, si cabe, resulta el hecho de que los que han sancionado esta otra vez el coche de la expresidenta madrileña fueron dos de los agentes que la detuvieron en abril pasado en la Gran Vía.
Por unas tortillas
El vehículo, un Toyota, lo conducía un empleado del servicio de Aguirre y su marido, Fernando Ramírez de Haro, que lo dejó
aparcado, como su jefa la vez anterior, en un lugar prohibido; en este caso, en doble fila en la calle de Ferraz, en el distrito de Moncloa, a la altura del número 98. El hombre se disponía a recoger unas tortillas en un establecimiento, informa EFE.
El vehículo, un Toyota, lo conducía un empleado del servicio de Aguirre y su marido, Fernando Ramírez de Haro, que lo dejó
aparcado, como su jefa la vez anterior, en un lugar prohibido; en este caso, en doble fila en la calle de Ferraz, en el distrito de Moncloa, a la altura del número 98. El hombre se disponía a recoger unas tortillas en un establecimiento, informa EFE.
De mal en peor
Los agentes han advertido al chófer de que ahí no podía estar en doble fila, y éste ha continuado la marcha, pero ha aparcado más adelante en una zona de carga y descarga, así que los agentes han terminado por multarle.
Los agentes han advertido al chófer de que ahí no podía estar en doble fila, y éste ha continuado la marcha, pero ha aparcado más adelante en una zona de carga y descarga, así que los agentes han terminado por multarle.
La expresidenta madrileña enfrenta un proceso judicial que deberá determinar si cometió un delito o una falta tras apacar en abril pasado en un carril-bus de Gran Vía. Los agentes denunciaron que Aguirre no les dio toda la documentación requerida y se dio a la fuga.
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