Lectura del santo
evangelio según san
Juan (6,51-58)
CORPUS CHRISTI
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Yo
soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede
éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida y mi
sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.»
Palabra del Señor
Jesús nos invita a acercarnos a Él y participar
gratuitamente de su banquete, comer el pan y el vino que ha bendecido para nosotros, y que son su cuerpo y sangre entregados y transfigurados. De esta manera participamos realmente de su vida y de su misión, no sólo alimentamos nuestro espíritu para poder caminar, sino que nos cristificamos, capaces de entregarnos, nos transfiguramos, nos convertimos en alimento que da fuerza para
caminar a muchos otros.
¿Cómo no aceptar este don que Dios nos hace gratuitamente?
Alma de Cristo santifícame
cuerpo de Cristo, sálvame sangre de Cristo, embriágame, agua del costado de Cristo, lávame pasión de Cristo, confórtame
oh mi buen Jesús, óyeme
dentro de tus llagas, escóndeme no permitas que me aparte de ti del enemigo malo defiéndeme
en la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a ti.
para que con tus ángeles y santos te alabe
por los siglos de los siglos amen.
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