Los hombres sin pareja se cuentan por millones en nuestro país y, sin embargo, las mujeres afi rman que no hay hombres..., que no hay varones que quieran una relación con compromisos. Los sociólogos estudian el fenómeno.
¿Dónde están los hombres?”. De tanto repetirla se ha convertido en una pregunta retórica en el grupo de amigas de Carmen. “Hubo una época en la que pensábamos que íbamos a encontrar la respuesta. O mejor aún, que íbamos a encontrar a un hombre para cada una. ¡Ilusas! Ahora seguimos haciéndonos la pregunta por inercia, pero todas nuestras teorías han hecho aguas”, explica Carmen, ingeniera industrial de 37 años. No habla del asunto con resignación ni amargura, sino con la seguridad de quien domina el terreno que pisa.
Ella y sus amigas ya no salen a ligar, sino a divertirse. Se apuntan por temporadas a Meetic, más que nada para darse un chute de autoestima, pero más de una ha salido “escaldada”. “Espero que alguna vez encontremos a un hombre normal”, aventura Jimena, otra de las chicas. “O no”, tercia Carmen, la más escéptica, aunque ella prefiere considerarse realista. El grupo se ha reunido como cada jueves a tomar cañas en un bar del centro de Madrid. “Depiladas y sin expectativas”, aseguran.
Una mirada de reconocimiento del terreno revela que las dos mesas más cercanas están también ocupadas por chicas solas, y en una tercera hay una pareja. El resto de la clientela, masculina, se agolpa en torno a una pantalla, donde se emite un partido de fútbol. No están para nadie. “Si hubiera habido una guerra, entenderíamos que faltaran los hombres jóvenes, sanos y fuertes, que son los que suelen ir al campo de batalla, pero no es el caso en España. ¿Dónde están los hombres?”, insiste Paloma, socióloga que intenta dar explicación demográfica al fenómeno. Según sus cálculos, entre la población gay masculina, los que se van a trabajar fuera y que, asegura entre risas, “los caballeros las prefieren rubias”, ella que es morena se ve con muy pocas posibilidades.
En España hay 17 millones de personas que viven sin pareja y disminuye el número de casados. Eso dice la última Encuesta de Población Activa. Una situación que comparten otros países del entorno como Francia, donde el 38,8% de la población vive sola, una cifra que llega al 51% en París. Sin embargo, eso no significa que haya más opciones de encontrar pareja. En un reportaje publicado en la versión francesa de la revista Elle, una joven explicaba la situación de modo gráfico: “Encontrar un hombre que quiera tener una relación más o menos estable es tan difícil como hacerse con un jersey de Isabelle Marant en rebajas”. Una tendencia que los expertos en Demografía del país vecino explican por el hecho de que “la presión social para casarse y formar familia se ha relajado y los hombres son ahora menos proclives a implicarse emocionalmente”. No quieren comprometerse a largo plazo.
Hogares personales
En España el “Informe Mujeres y Hombres”, que firma la EPA, confirma la misma tendencia desde 2010. Y otros trabajos sociológicos, como “Transformaciones sociodemográficas y territoriales de los hogares unipersonales en España”, explican que el perfil de las presonas que viven solas en España se ha diversificado. Si el modelo clásico lo formaban mujeres y hombres viudos y sectores de la tercera edad, hoy el panorama es mucho más diverso: aumentan los solteros y solteras de condición socioeconómica media de entre 35 y 50 años. Pero también las personas separadas o divorciadas, estudiantes... El informe también señala que existe “una sobrerrepresentación masculina de solitarios”. Así que las estadísticas demuestran que hay muchos hombres disponibles, pero no explican por qué las relaciones de pareja son cada vez más difíciles de hacerse realidad en la vida de millones de ciudadanas y ciudadanos de los países ricos.
Los amores en la Red
Las teorías son infinitas. En una escena de la serie “Sexo en Nueva York”, una de las tres amigas describe lo que cree que les pasa a los hombres: “Son como los taxis, si están libres llevan la luz encendida. Un día deciden que están listos para casarse y tener hijos y encienden la luz verde; con la próxima chica que encuentren, ¡boom!, se casarán. No es el destino, es la suerte. Pero si la luz está apagada. ¡No hay nada que hacer!”. Esta teoría es similar al “Timing is everything”. Es decir, que no se trata solo encontrar a un hombre; hay que encontrarlo, sobre todo, en el momento adecuado.
En los tiempos del amor on line, o más bien de las citas a través de la Red, parece que todo el que está en disposición de ligar se encuentra en internet. Fuera de la Red es como si la gente cambiara el chip y se dedica a otra cosa. Esta al menos es la impresión de Ileana, de 35 años, y Ana, de 38, que no entienden que la hiperactividad virtual de los chicos, que se traduce con la avalancha de flechazos en Meetic, no tenga ninguna correspondencia con su actitud en la vida analógica. “Ves mucho entusiasmo masculino en internet…, pero luego en un bar todo el mundo va a lo suyo y ya ni siquiera hacen un esfuerzo por conocer a gente nueva”, dice Ileana.
Mis fuentes masculinas corroboran este comportamiento. “Si ya estás en una página de contactos, no intentas ligar fuera, excepto si se te pone delante la mujer de tu vida”, confiesa Enrique, que no está buscando pareja estable pero que ha alegrado su vida sexual en los últimos años gracias a internet. Fuera, en el mundo real, todo le parece más arriesgado. “En internet al menos sabes que la chica también está buscando pareja o llamémosle X”, argumenta. Si tenemos que creer en esta teoría, podríamos decir que hay una buena cantidad de hombres buscando pareja... en internet. La psiconalista Mariela Michelena comparte la opinión: “Hay que estar ahí (en internet) porque todo el que está buscando relaciones no está en otro sitio”.
Pero hay otra tesis, como ha publicado en un extenso reportaje The Wall Street Journal: tampoco en el mundo on line hay lo que algunas chicas buscan, el hombre perfecto. Otra mujer que compartió sus experiencias para este reportaje reconoció que a veces las mujeres “escribimos la carta a los Reyes Magos”, refiriéndose a que tener visualizado un ideal masculino concreto hace que cualquier candidato que no sea un calco de esa construcción mental, simplemente ni se considera. La tesis que defiende The Wall Street Journal sigue la teoría de que las mujeres son más maduras y suelen tener más claras sus prioridades que los varones; y sostiene que ellos se mueven en un estado de limbo permanente, una especie de lista de espera a la vida adulta que los convierte en preadultos, casi adolescentes.
Hombres aniñados
Este preadulto que permanece soltero se genera en una formación universitaria y de másteres cada vez más larga, y en un mercado laboral cada vez más azaroso que los obliga a oscilar entre becas y másteres durante largos años. “Muchos esperan que su carrera profesional defina su identidad para empezar a tomar decisiones, pero la carrera profesional se alarga cada vez más”, explica el artículo. Según esta tesis, las mujeres que también se mueven en un limbo parecido espabilan (las que quieren ser madres) por el reloj biológico. Pero ellos se pueden permitir vivir en la habitación decorada con los pósteres de “Star Wars” en casa de sus padres.
“Son como actores en una obra en la cual solo saben qué cosas no deben decir. Han de ser sensibles pero no paternalistas, inteligentes pero no pretenciosos... Por otra parte, continúan viendo a las mujeres como juguetes desechables de estrógeno”, explica el escritor Kay S. Hymowitz, autor del libro “Manning Up: How the Rise of Women Has Turned Men Into Boys” (Cómo el éxito de las mujeres ha convertido a los hombres en niños). Kay sostiene que los preadultos viven en un paraíso sin responsabilidades familiares y en un estado de ocio perpetuo. “Es posible que por un tiempo tengan una relación con alguna chica, pero esta se cansará de esperar”. Según el escritor, la energía de las mujeres para tomar sus decisiones legitima al preadulto en su limbo. ¿Para qué cambiar si ya nadie los necesita ni para formar una familia? ¿Para qué crecer? Es más divertido tomarse otra cerveza.
Tres nuevos escenarios donde pueden estar los varones disponibles
Comos somos optimistas, algunos nuevos sitios donde se concentran hombres en disposición de empezar una relación.
-Cursos de Cocina
Cualquier escuela de cocina puede valer, pero este joven en cuestión fue encontrado en un curso de la Kitchen Club (Madrid). Según confirma María González, del equipo de Kitchen Club, cerca de un 80% de los que se apuntan a sus cursos son hombres solteros con ganas de hacer vida social.
-Parques donde se reúnen los propietarios de perros
Una máxima manda que si eres soltero y quieres tener una mascota, te conviene más un perro que un gato. ¿Por qué? El perro te obligará a ampliar tu círculo social. Pasearlo se ha revelado como un “modus operandi” muy eficaz para encontrar a un hombre. Ahí lo dejo.
-El Retiro madrileño y otras rutas de running
Correr está de moda. Y nos gusta creer que es por hacer deporte, segregar endorfinas y mantenernos en forma. Y sí, todo eso es verdad, pero correr da mucho de sí. Invierte en un equipo de ropa y zapatillas con estilo y sal a correr como un pincel. Hay mucho “runner” suelto, soltero y de buen ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario