Especulemos. Si se realizase una encuesta entre la población sobre cuáles serían los hipotéticos descubrimientos científicos más deseados, probablemente la solución definitiva para el cáncer, el sida y otras enfermedades terminales coparía los primeros puestos. Pero si descendemos unos poco más, terminaríamos encontrándonos con que la posibilidad desintetizar una bebida alcohólica que no deje resaca y cuyos efectos de ebriedad puedan desaparecer rápidamente no se encontraría muy lejana de los primeros puestos.
El antiguo presidente del Consejo del Gobierno sobre el Uso de Drogas del Ministerio del Interior británico David Nutt ha hecho felices a muchos bebedores británicos al asegurar que ha diseñado una bebida alcohólica “segura” cuyos efectos pueden desaparecer de manera instantánea con el simple consumo de una pastilla. “Creo que este va a ser uno de los descubrimientos más importantes del milenio”, ha asegurado en una entrevista con The Times. “Es la lógica del cigarrillo electrónico trasladada al alcohol”.
Como una bebida normal, pero sin sus efectos negativos
El polémico experto en drogas, que fue despedido de su trabajo para el gobierno después de asegurar en un estudio que “el éxtasis y el LSD son menos dañinos que el alcohol”, contraataca con el sueño de todo dipsómano. Quizá su cruzada contra el embriagador líquido le haya conducido a sintetizar este compuesto, que tiene como objetivo afectar únicamente a los neurotransmisores que tienen que ver con el placer, y no aquellos que alteran nuestra percepción o generan adicción. Este nuevo compuesto “es mucho menos adictivo que el alcohol”, ha explicado Nutt a partir de sus experimentos con ratas. En su opinión, aquello que convierte las bebidas alcohólicas en placenteras no es lo mismo que las hace adictivas.
“El alcohol mata a dos millones y medio de personas cada año”, explicó el científico. “Si pudiésemos encontrar una alternativa, podríamos eliminar potencialmente todas esas muertes”. Como recuerda el antiguo consejero, un 10% de los habitantes de su país tienen problemas con las bebidas alcohólicas, un dato que Nutt ha tenido en la cabeza durante sus últimos años de investigación, sobre todo después de que se diese cuenta de que si no podía luchar contra el enemigo, lo mejor que podía hacer era unirse a él. Es decir, en lugar de acabar con el consumo de bebidas alcohólicas (una utopía), quizá era preferible diseñar una sin sus perjudiciales efectos.
En una columna publicada en The Guardian, David Nutt afirmaba que había identificado cinco compuestos que permiten “que la gente se sienta más relajada y más sociable sin los efectos indeseables del alcohol, como la agresividad o su carácter adictivo”. Como explica el científico, el principal objetivo del alcohol es el neurotransmisor GABA (ácido gamma-aminobutírico), una especie de relajante natural cuyos efectos se acentúan con el consumo de alcohol.
Nutt trabajó para el gobierno británico hasta que un estudio puso su cabeza en la picota. (Reuters / Suzanne Plunkett)El objetivo de Nutt es comercializar una bebida sin sabor (y, por lo tanto, que pueda incluirse en cualquier cóctel) que permita estimular dicho neurotransmisor sin contaminar de manera tóxica el corazón, el cerebro y el hígado, los tres órganos más castigados por los licores. El propio investigador asegura haber consumido un prototipo en el pasado, haberse emborrachado con él, y después, haber mitigado los efectos a través de un antídoto que hacía desaparecer dichos efectos.
Un gran descubrimiento… y un mejor negocio
La posibilidad de ofrecer una bebida que no emborrache pero que reproduzca los efectos placenteros del alcohol (lo que la diferenciaría de otro tipo de productos como la cerveza sin alcohol) abre, obviamente, una interesante puerta comercial. Nutt asegura que desde que sugirió por primera vez la posibilidad de sintetizar dicha bebida, ha recibido cientos de correros electrónicos, entre los que se encuentran un elevado número de interesantes ofertas económicas de potenciales inversores, aunque hay quien pone en duda dicha cifra y asegura que, más bien, se trata de un intento desesperado por conseguir financiación.
Según el investigador, la industria de las bebidas alcohólicas aterroriza al Gobierno y a los poderes públicos, como ha demostrado el caso omiso que ha hecho ante la campaña por el “mínimum pricing” (“precio mínimo”) que el propio Nutt ha apoyado, y que tiene como objetivo que sea el Estado el que determine el precio que debe tener todo producto alcohólico. Este vendría determinado por su graduación y ello daría lugar a una subida de precios que salvaría más de tres mil vidas al año. Sin embargo, el investigador cree que la situación cambiará dentro de poco, cuando la presión comercial termine por aceptar propuestas como esta.
En el centro de la polémica
Nutt es un personaje bien conocido, y ampliamente polémico, en Reino Unido. Su expulsión en 2009 del Consejo tras la publicación de un estudio científico en el que aseguraba que el éxtasis o el ácido lisérgico eran menos dañinos que el alcohol lo hicieron ser criticado por la entonces Ministra del InteriorJacqueline Smith y saltar a las primeras planas de los periódicos, donde vuelve de vez en cuando gracias a su gusto por la confrontación.
, aseguró Nutt este mismo mes de abril, al mismo tiempo que “Los banqueros nos metieron en la crisis porque consumían demasiada cocaína”protestaba contra la prohibición de los hongos alucinógenos en 2005 y la actitud del gobierno británico ante las drogas, ya que considera que la legislación vigente impide el estudio de las propiedades curativas de la marihuana y el éxtasis, en lo que ha calificado como “el mayor caso de censura científica desde que la Iglesia prohibió el trabajo de Galileo”.
Este mismo año, un grupo de investigadores del Instituto de Salud de Griffith (GHI) de Queensland, en Australia, aseguró haber encontrado la primera cerveza que detiene el proceso de deshidratación que origina el consumo de alcohol (una de las causas de la resaca) gracias a la manipulación del nivel de electrolitos de la bebida
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