El padre Chus ofició ayer en Castiello de la Marina su última misa, tras la decisión tomada por el arzobispo de Oviedo de apartarle de la Iglesia
«Hoy me despido de vosotros, no porque yo quiera, si no porque la Iglesia es así, hay que obedecer, de momento. No debe ser una obediencia absoluta, de borregos, sino una obediencia inteligente, con cabeza». Con estas palabras comenzaba ayer el padre Jesús María Menéndez, 'Chus', su última homilía en la parroquia de Castiello de la Marina, en el concejo de Villaviciosa. El templo no fue suficiente para alojar a todas las personas que quisieron acudir a la despedida. De hecho, muchos tuvieron que escuchar sus palabras desde la calle, la sacristía e incluso desde el altar, al que el propio clérigo invitó a subir a la gente diciendo: «ponéos aquí arriba, todo esto es vuestro».
La noticia de la destitución del sacerdote se conocía hace apenas una semana. «A mi nadie me ha dado explicaciones, simplemente me dijeron que el el arzobispado había decidido apartarme», relató Chus. Jesús Sanz, arzobispo de Oviedo, manifestó ayer que el tema «se encuentra bajo secreto de sumario eclesiástico» y que la decisión se tomó porque no se le considera «adecuado para la parroquia».
Sin embargo, en la calle existen diferentes versiones sobre lo ocurrido. «Es envidia pura y dura, Chus vive con los cristianos de a pie, mientras que los otros viven en las alturas, y por eso la gente le quiere», asegura Mari Carmen Fernández, vecina de Gijón, que se acercó hasta Castiello a despedir al sacerdote. Otros afirman que hay testimonios de «comportamientos inapropiados e inmorales» del cura. Precisamente, sobre este tema, quiso hacer algunas aclaraciones el sacerdote durante la celebración. «Dicen que mi vida privada deja mucho que desear, pues yo les digo que siempre estoy rodeado de gente, no tengo vida privada. Comparto mi casa con personas que lo han pasado muy mal y han tenido que robar o incluso comerciar con su cuerpo para sobrevivir, pero ellos me necesitan, y que vivamos juntos no significa que yo haya hecho lo mismo», aseveró el padre Chus.
A lo largo de la misa, que se vio interrumpida en varias ocasiones por los aplausos de los fieles, el sacerdote se mostró crítico con algunos estamentos de la Iglesia que «se dedican a irse a esquiar a Huesca o a viajar a diferentes países con la visa oro, mientras otros como yo, damos nueve misas diarias», explicó.
Tras dar la Primera Comunión a unos pequeños de la zona, dedicó unas últimas palabras a sus feligreses: «No perdáis la calma, la vida sigue. Hay gente a la que le molesta tremendamente que te quieran y seas feliz. Siempre he compartido todo lo que he tenido, lo que me ha hecho inmensamente rico. Esta ha sido mi vida y seguirá siéndolo, diga lo que diga el obispo». A continuación, Isabel Pidal leyó un texto en nombre de todos los vecinos dedicado al párroco. «Muchas gracias por tu forma de ser, sigue así, nunca cambies, nosotros te apoyamos y ya formas parte de nuestras vidas», expresó emocionada.
«No va a venir nadie a misa»
Después de la misa tuvo lugar una breve procesión para conmemorar el nacimiento de San Juan Bautista que finalizó con el sacerdote, ataviado solamente con el hábito de fraile, cantando animadamente el himno de Asturias junto a sus fieles y amigos.
Posteriormente, se despidió de todos al grito de «¡Viva Asturias! ¡Viva Castiello! ¡Y que viva la madre que os parió! Podéis ir en paz», momento en que la gente estalló en gritos de ánimo y aplausos. «Dicen que los jóvenes estamos alejados de la Iglesia porque es de 'carcas', este hombre atrae a personas de todas las edades porque dice verdades como puños, y ahora van y lo censuran. Ahora que se marcha, no va a venir nadie a misa», decía Miguel Ángel Garrido, llegado a Castiello de un pueblo cercano.
Aunque se haga referencia a que otras personas ven inadecuado el comportamiento de este cura, en general el artículo deja una impresión muy parcial, (como si el arzobispo y la jerarquía fuesen los malos de esta película y el padre Chus el bueno).
ResponderEliminarA nivel popular siempre funciona muy bien la demagogia del quejiquismo contra "los poderosos", y particularmente en Asturias siempre hay gente que se fascina porque un cura diga cosas impactantes y hable igual de campechano en el púlpito que en un chigre.
Pienso que el padre Chus debería fundar su propia iglesia, donde puedan ir contentos a escuchar sus homilías todos esos cristianos que tantos defectos ven en la iglesia católica y tantas virtudes le ven a él.
También pienso que -ya que actualiza usted su blog continuamente- debería actualizar este tema con las últimas noticias referidas al caso, que son bastante sonadas, pues hasta el papa Francisco ha tomado cartas en el asunto.