¿A quién le gusta la gente fría,
agria, antipática y dura?
Aprende a comportarte de
manera simple, simpática,
atenta y gentil, te sentirás
mucho más feliz. Si eres cordial
allanarás los caminos del amor
y de la buena voluntad.
Muéstrate alegre y acogedor.
Escucha con interés a tus
interlocutores, valora sus
buenas ideas y respalda sus
iniciativas valiosas. Admira a
tus amigos y declárales tu
aprecio. La simpatía te hace
atractivo y aceptable para los
demás.
Mira siempre la cara luminosa de la vida.
Espera que suceda lo mejor y verás que así
será. Tú eres tu propio(a) dueño(a); de ti
depende dar vuelta a la situación y ver qué es
lo que esconde la otra cara. Si eliges ver sólo la
cara oscura de la vida, no esperes atraer hacia
ti a las almas que conocen la dicha de la
verdadera libertad, porque lo igual atrae a su
igual; tan sólo atraerás hacia ti a las almas que
estén en el mismo estado. Cuando estés en la
cumbre y tu amor fluya libremente, atraerás
hacia ti a todas las personas, pues a todo el
mundo le atrae un alma gozosa. Aprende a
levantar el ánimo de una persona o de una
situación y nunca te permitas hundirte en la
desesperación más honda a causa de la actitud
de nadie. Estás aquí para crear paz, armonía,
belleza y perfección, todo lo mejor de la vida,
así que, anda y haz algo al respecto!
Si trabajas duro mereces y
necesitas descansar
adecuadamente. Pero una cosa es descansar y otra holgazanear.
Debes ser activo y diligente, dándote momentos de descanso oportuno, para poder continuar con tu actividad de manera fresca e idónea. Las personas muy cansadas se equivocan más y les rinde menos. Descansar no es necesariamente no hacer nada, puede ser simplemente cambiar de actividad. ¡Piénsalo!.
Un corazón egoísta es duro y seco.
Quien actúa con mezquindad no puede
ser feliz, ni hacer feliz a nadie. Procura estimular la alegría en los demás e
indúcelos a generar ambientes agradables para compartir. Comparte con los más necesitados, comunícate cariñosamente con quienes te rodean. Muchas personas tienen vidas desiertas de amor, tú puedes ser un oasis amoroso para ellos.
Para superar y evitar el
estrés mantén el equilibrio
en todos los aspectos de tu
vida; sé moderado y toma
todo con calma y prudencia.
Concédete vacaciones de
siete minutos en la maña y
otros siete en la tarde,
relájate y cálmate. Mantén
la comunicación con tus
seres queridos; trabaja con
dedicación pero sin dejarte
agobiar por el trabajo.
Para triunfar es preciso que
seas dueño de ti mismo y
pongas toda tu energía al
servicio de tu realización personal. Si conservas la
mente lúcida y mantienes el control de tus emociones, podrás superar cualquier situación, como capitán que debes ser, de tu propia vida. Lleva las riendas de tu conducta y mantén bajo control todas tus acciones. Tu conciencia puesta al servicio de tu crecimiento y superación, es la que debe comandar tu voluntad.
El estrés dificulta tu paz interior, afecta tu salud, tu felicidad y
tu vida. Para evitarlo, renuncia a querer lograr objetivos de manera acelerada y forzosa. Aprende a utilizar el tiempo en
forma adecuada. Evita tensionarte por querer hacer varias cosas a la vez. No empujes el rio, déjalo correr a su ritmo. No te amargues imaginando futuros llenos de dificultades. Mira tus problemas con objetividad y hasta con buen humor y saca provecho de tus errores.
Reconoce el poder y valor dinámico
de la palabra. Que lo que digas sea
verdad y que tus palabras sean las
adecuadas, que reconozcan la
dignidad humana y realcen los valores humanos. Utiliza tus palabras
sólo para agradecer, para bendecir, para servir, orientar, aconsejar y promover acciones positivas de superación, crecimiento y armonía entre todas las personas. Descontamina tu palabra de mentiras, pues son una forma de violencia. Nunca utilices tu palabra con rudeza ni en forma grosera. Usa el poder de tu palabra sólo para dignificarte.
Al despertar cada mañana,
ofrece tu primer pensamiento al Padre Eterno
y dale gracias por el nuevo día y por el regalo de la vida. Prográmate un día sereno, proponiéndote vivirlo en paz contigo mismo y en armonía con las personas a tu alrededor. Cancela todo sentimiento de rencor o resentimiento, para que no intoxiques tu espíritu. Disfruta de cada minuto y cada segundo, aprovecha la enseñanza valiosa que contiene cada día, búscala.
Trabaja con todo interés y atiende los
problemas del momento,
enfrentándolos como oportunidades
de probar tu capacidad para salir
adelante. No pases tus problemas a
otros para ahorrarte el esfuerzo
mental en su solución, pues actuando
así, perderás una oportunidad de
crecer, mejorar, experimentar y
superarte. La vida trae
cotidianamente algunos problemas,
no te preocupes por ellos, ocúpate en
buscarles soluciones apropiadas, se
convertirán en importantes escalones
para tu crecimiento y superación.
¿Tienes la ilusión de que hallarás
la felicidad cuando te hallas
pegado en la Loto? Muchas
personas han recibido capitales en
herencias o rifas y descarriaron
sus vidas convirtiéndolas en
miserables. Cuando pienses en la
felicidad entiende que ella será el
fruto de tu trabajo, de tu
superación, de tus éxitos y logros
familiares, sociales y al servicio de
los demás. El camino hacia un
mayor nivel de bienestar no pasa
por tus bolsillos o por tu banco,
pasa por tu corazón.
Acéptate tal cual eres y trabaja
por ser mejor, pero sin
recriminarte. Valora tu cuerpo y
atiende por tu salud. Reconócete
el mérito de poseer los dones
que tienes. ¡Bendícete y
felicítate por tus aciertos!
Declárate el mejor amigo de ti
mismo. Dale gracias a Dios por
todos los beneficios que has
recibido y agradécele las
oportunidades de superarte y
crecer en tu profesión y como
persona.
Solo así serás un mejor ser humano y verdadero
hijo de Dios.
A. García
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