“Revolución”. Javier Rodríguez Zapatero, director general de Google en España, no para de repetir esa palabra. Lo hace de manera casi compulsiva. Sentado en la cafetería de la imponente oficina de la compañía en la planta 26 de la madrileña Torre Picasso, Zapatero advierte que estamos en los albores de un mundo nuevo, totalmente conectado, en el que el teléfono móvil será el centro de todo lo que pase a nuestro alrededor.
“El móvil lo cambiará todo. Desde cómo nos comunicamos o buscamos información hasta la manera de comprar o vender”, asegura el cerebro de Google España, que advierte en que con el 'boom' de internet y la tecnología las cosas avanzan mucho más rápido que en el pasado.
Si antes los ciclos eran de 20 o 25 años, “ahora son sólo de tres o cuatro años”. Por eso, Zapatero considera que “hay que estar permanentemente pensando cómo será el ciclo siguiente, de lo contrario corres el riesgo de desaparecer”. Entender esa evolución será el caballo de batalla de lo que el directivo de Google llama 'segunda revolución digital'.
¿En qué se basa esa segunda revolución digital?
Empieza con la universalización del móvil y el acceso a internet. En cuatro años, el 75% de la población mundial estará conectada. Después llegará 'el internet de las cosas'. El futuro pasa por que el móvil hable con el coche o el sistema de alarmas de la casa. El frigorífico será tan inteligente que, si estás a dieta, se bloqueará cuando intentes coger una cerveza o te preparará el pedido para que no lo tengas que hacer tú.
En ese futuro se enmarcan las 'Gafas de Google'.
Son un ejemplo de cómo una cosa, en este caso unas gafas, conectada a internet te permite entrar en un mundo totalmente nuevo. Con ellas ves el mundo real, pero también el virtual. Puedes pedirles que te indiquen como llegar a una dirección o decirles que saquen una foto de lo que ves y se la mande a tu mujer.
La clave de esa nueva realidad es...
Todavía nadie ha dado con ella. Lo que está claro es que pasa por hacer las cosas más simples, con menos pasos, adaptadas a una web móvil. Los sistemas operativos van a tener que ir adaptándose a hacer todo más sencillo para el usuario, que puedan interactuar con el teléfono pegándole una voz y que no tengan ni que mirarlo. Las empresas tendrán que empezar a pensar que el móvil esta en el centro de lo que va a ocurrir.
El mundo dentro de 20 años, ¿cómo lo imaginas?
Es impredecible. Diga lo que diga, me voy a confundir. Posiblemente viviremos 100 años de media y la tecnología jugará un papel fundamental. Será un mundo con empresas globales, preparadas para acceder a mercados que están físicamente lejanos pero muy cerca a nivel de necesidades. También habrá una revolución muy importante en el mundo de la robótica. Cada vez serán más perfectos, nos harán la vida más sencilla y estarán conectados a internet. Me imagino diciéndole al coche 'vete y vuelve a recogerme en media hora'.
Con la reducción del gasto en I+D, ¿España corre el riesgo de quedarse fuera de esa revolución?
La pregunta es ¿tenemos el modelo productivo para crecer en los próximos 10 años? Las economías que están saliendo de la crisis tienen un nexo común y es que internet es un porcentaje cada vez más importante del PIB. Sin embargo, nosotros no hemos entendido que internet es un motor para la economía. No ha ocurrido en el ámbito político, ni civil ni empresarial. Es culpa de todos.
¿Cuál es el camino a seguir?
Los siguientes modelos productivos pasan por invertir más en investigación y educación. Internet mejora los procesos de gestión internos y externos. Las empresas que utilizan 'la nube' generan eficiencias. Al principio tienen menos empleados, pero a la larga son más productivos, venden más y generan más empleo. Además, Internet sirve para abrir nuevos mercados.
¿Qué hemos hecho mal?
Hemos dedicado la energía a buscar los culpables en lugar de dedicar nuestras fuerzas a hacer algo diferente para obtener resultados. Si se aprovecha, internet podría generar en España entre 50.000 y 200.000 empleos en los próximos cinco años. Actualmente, en el sector digital hay más empresas pidiendo gente para trabajar que candidatos disponibles.
Entonces, ¿el problema es la Educación?
Estamos en un mundo en el que las necesidades van muy por delante del nivel de preparación que tiene nuestra sociedad. Los modelos educativos que tenemos son producto de la revolución industrial. Antes te formaban para ser un profesional válido durante 45 años, pero eso ya no sirve en el entorno actual. Lo que yo he hecho para formarme no les va a servir a mis hijos. Tiene que haber una revolución educativa basada en desarrollar aptitudes en lugar de conocimiento de contenidos.
¿Otras cosas que debamos cambiar?
Somos una sociedad en la que un porcentaje muy alto de la gente que acaba la carrera quiere ser funcionario. En el futuro se va a cambiar mucho más de trabajo y va a haber muchos más emprendedores. Los países van a basar su modelo productivo de futuro en el emprendimiento. Emprender da miedo y la clave es que hacemos para que nuestra juventud pierda ese miedo.
¿Saldremos de la crisis?
La sociedad española tiene algo muy potente dentro que le va a hacer salir adelante. Es algo que no se percibe en otras sociedades, pero todos tenemos que poner nuestro granito de arena.
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