Andorra. Dúplex de cien metros cuadrados, tres habitaciones dobles, dos baños, salón comedor, trastero, parking y una terraza de 22 metros cuadrados más... Ésta es la descripción de una casa ubicada en Andorra que con mucha suerte y 70 euros podría ser tuya.
La explicación hay que buscarla en los años de la burbuja inmobiliaria. En ese momento Sergio Trouillet compró junto a su novia con mucha ilusión un piso. Sin embargo, hace dos años la pareja se separó y el joven tenía que pagar él solo a una hipoteca de 2.000 euros.
"Yo trabajo, pero hacer frente a los gastos es muy difícil", asegura Trouillet a lainformacion.com. "Así que cuando mi actual pareja me propuso sortear el piso decidí que esa podía ser un buena solución. Mejor que alguien consiguiese la casa por 70 euros a que se la quedara un banco".
La decisión llevó consigo también varios sacrificios. Sergio se vio obligado a vender su coche para poder costear los gastos de un abogado, publicidad y un notario que controlaran la legalidad del sorteo.
También tuvo que llegar a un acuerdo con el banco, que "de momento" le está cobrando de hipoteca una cantidad inferior a la mensualidad que debería pagar. De este modo, se pusieron manos a la obra, con la expedición de 10.000 papeletas a un precio de 70 euros cada una.
"Todos ganamos", afirma Trouillet, "nosotros con la venta de papeletasliquidamos el coste del sorteo, la hipoteca y el impuesto de trasmisión patrimoniales que hay que pagar en Andorra. Mientras, la persona ganadora del piso se lo lleva por solo 70 euros".
La pareja se ha dado un año para vender la totalidad de las participaciones, aunque el tiempo sería prorrogable seis meses más si la cantidad de papeletas vendidas puede alimentar la esperanza de que venderlas todas es posible.
La acción comenzó el 15 de febrero y de momento han participado más de 5.500 personas. Pese a que según Trouillet, "es factible" su objetivo, en el caso de que finalmente el 15 de agosto no hayan llegado a la cifra de 10.000 devolverían el dinero a todos aquéllos que han participado.
La explicación hay que buscarla en los años de la burbuja inmobiliaria. En ese momento Sergio Trouillet compró junto a su novia con mucha ilusión un piso. Sin embargo, hace dos años la pareja se separó y el joven tenía que pagar él solo a una hipoteca de 2.000 euros.
"Yo trabajo, pero hacer frente a los gastos es muy difícil", asegura Trouillet a lainformacion.com. "Así que cuando mi actual pareja me propuso sortear el piso decidí que esa podía ser un buena solución. Mejor que alguien consiguiese la casa por 70 euros a que se la quedara un banco".
La decisión llevó consigo también varios sacrificios. Sergio se vio obligado a vender su coche para poder costear los gastos de un abogado, publicidad y un notario que controlaran la legalidad del sorteo.
También tuvo que llegar a un acuerdo con el banco, que "de momento" le está cobrando de hipoteca una cantidad inferior a la mensualidad que debería pagar. De este modo, se pusieron manos a la obra, con la expedición de 10.000 papeletas a un precio de 70 euros cada una.
"Todos ganamos", afirma Trouillet, "nosotros con la venta de papeletasliquidamos el coste del sorteo, la hipoteca y el impuesto de trasmisión patrimoniales que hay que pagar en Andorra. Mientras, la persona ganadora del piso se lo lleva por solo 70 euros".
La pareja se ha dado un año para vender la totalidad de las participaciones, aunque el tiempo sería prorrogable seis meses más si la cantidad de papeletas vendidas puede alimentar la esperanza de que venderlas todas es posible.
La acción comenzó el 15 de febrero y de momento han participado más de 5.500 personas. Pese a que según Trouillet, "es factible" su objetivo, en el caso de que finalmente el 15 de agosto no hayan llegado a la cifra de 10.000 devolverían el dinero a todos aquéllos que han participado.
El abogado de Sergio, Marc Ripoll, asegura que "este sorteo está pensado para cualquier persona de cualquier país del mundo que quiera participar y que en el momento en el que se consiga vender todas las participaciones, se sorteará y el notario hará escritura pública para adjudicar la propiedad".
Al contrario de lo que ocurre en España, donde se establece que los organizadores de un sorteo deben pagar un impuesto del 20% sobre los ingresos brutos obtenidos, en Andorra, asegura Trouillet, "no hay que pagar impuestos por organizarlos, no hay ninguna ley que impida hacerlo".
De momento, si las estadísticas se cumplen, el agraciado con el dúplex debería estar en España ya que un 60 por ciento de las papeletas se han comprado en nuestro país.
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