Nadie lo diría, porque suena a tiempos pretéritos. Pero solo han pasado dos años desde que el Gobierno de Mariano Rajoy se puso en lo peor. Fue en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del 26 de abril de 2013cuando Soraya Sáenz de Santamaría, Luis de Guindos y Cristóbal Montoro oficializaron ese pesimismo con una remesa de previsiones funestas, aunque ellos las tildaron de "realistas", que se resumían en que el crecimiento no superaría el 1% y el paro no bajaría del 25% hasta 2016. Dos años después, y en otra rueda de prensa posterior a otro Consejo de Ministros, los tres mismos protagonistas -Sáenz de Santamaría, Guindos y Montoro- se han puesto en lo mejor, hasta el punto de que el Ejecutivo apenas puede disimular su entusiasmo, porque la recuperación coge impulso cuando mejor lo viene: en pleno año electoral. "Se acuerdan de la rueda de prensa de hace dos años...", ha evocado Montoro para enfatizar precisamente el contraste entre ambas ruedas de prensa.
La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha celebrado la "firme recuperación de la economía española" y que el Gobierno ha presentado "las mejores previsiones desde antes de la crisis". Y sustenta este entusiasmo en dos cifras principales: este año la economía crecerá al 2,9%, el mayor ritmo desde 2007 y más del doble del 1,4% de 2014, y para 2019 prevé que se alcanzarán de nuevo los 20 millones de empleos.
A finales de 2014, en España había 17,56 millones de ocupados. Como para este año el Gobierno baraja una creación de 601.000 empleos, cuando acabe 2015 habrá 18,17 millones de emplos, con lo que ese pronóstico de los 20 millones anticipa que el Gobierno se compromete a generar dos millones de puestos de trabajo durante la siguiente legislatura.
Aunque el crecimiento alcanzará el 3% en los próximos años, las previsiones todavía se topan con el muro de 2007, cuando la economía se expandió un 3,8%
Aunque el cre
A más corto plazo, los datos recogidos en el Programa de Estabilidad 2015-2018, que el Ejecutivo remitirá a la Comisión Europea, harían realidad uno de los mayores deseos de Rajoy: que a finales de 2015 el paro se encuentre más bajo que como lo heredó. El Gobierno preve que el paro terminará el ejercicio en el 21,1%, con lo que se situaría por debajo del 22,6% de finales de 2011. Es más, en caso de lograr esos 18,17 millones de ocupados, a finales de 2014 el número de empleados superaría los 18,15 millones existentes a finales de 2011.
Todavía lejos de 2007
Para que la tasa de paro baje del 20% habrá que esperar hasta 2016, año en el que podría descender hasta el 19,8%. En 2017 caería al 17,7% y en 2018, al15,6%. En cuanto al crecimiento, el 2,9% de 2015 se mantendría en 2016, para acelerarse al 3% en 2017 y 2018. Es decir, por debajo todavía del 3,8% de 2007 y del 3,9% al que la economía creció de media entre 1997 y 2006.
La aceleración del crecimiento se apoyará fundamentalmente en la demanda interna. Este año, de hecho, contribuirá con 3,2 puntos porcentuales al crecimiento, con lo que el sector exterior, fiel a la tradición española, restará tres décimas al crecimiento. Y esta constante se mantendrá hasta 2018.
Esquivando el 100%
Con respecto a las cuentas públicas, los nuevos cálculos del Gobierno contemplan que España evitará que la deuda pública llegue a alcanzar el 100% del Producto Interior Bruto (PIB). Si hasta ahora barajaba que este año se llegaría al 100,3%, ahora rebaja esta proporción al 98,9%. Ahora bien, esta cifra aún estaría por encima del 97,7% de finales de 2014 y todavía más por encima de las cifras inferiores al 40% existentes en 2007.
Es más, aunque el Gobierno confía en que la carga de la deuda pública se aligerará en los próximos años, todavía permanecerá por encima del 90% del PIB. De hecho, para 2018 sitúa esa proporción en el 93,2%.
En cuanto al déficit público, el Gobierno sigue confiado en cumplir el objetivo del 4,2% para 2015. Y tampoco duda de que la reducción del desequilibrio fiscal se mantendrá en los próximos años, hasta el punto de que en 2018 el déficit público quedará limitado al 0,3%. El recorte previsto para 2015 contempla, de manera especial, que las Comunidades Autónomas serán capaces de reducir el déficit al 0,7%, cuando en 2014 se situó en el 1,7%. En este sentido, la Autoridad Independiente de Rentabilidad Fiscal (AIReF) ya ha advertido al Ejecutivo del peligro de no cumplir la meta prevista para 2015.
En este sentido, el Ejecutivo prevé que el gasto público se situará en 2017 por debajo del 40% del PIB -en concreto, en el 39,5%-, algo que, de nuevo, no ocurre desde 2007. En paralelo, los ingresos de las Administraciones Públicos repuntarán ligeramente desde el 37,8% previsto para este año hasta el 38,1% de 2018.
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