sábado, 4 de abril de 2015

! HOMENAJE A LA GUARDIA CIVIL !

                                        HOMENAJE A LA GUARDIA CIVIL
 ALGUNOS DE LOS QUE LEAIS  ESTO,

SOIS FAMILIARES DE GUARDIAS CIVILES, OTROS, YA ESTÁIS EN EL CUERPO Y, PARA AQUELLOS QUE SON AJENOS A ESTOS AGENTES DE LA LEY, SEPÁIS QUÉ SE ESCONDE TRAS ESE “UNIFORME DE MADERO”
Y PODÁIS ENTENDER UN POQUITO MÁS LO QUE SUFRIMOS LOS HIJOS/AS, PADRES Y MADRES, HERMANOS/AS, AMIGOS, ETC, DE ESTOS HOMBRES Y MUJERES QUE DAN LA VIDA POR LOS DEMÁS.
 Todos los humanos cometemos errores, y, yo, he pagado por cada uno de ellos.
En mis años de servicio,
he visto más de lo que, tú, nunca verás.
Más de lo que nadie debería ver nunca.
 He intervenido armas de fuego, drogas, cuchillos y navajas, defensas,  bates  y  un  sin  fin  de  artilugios  semejantes  que podían haber resultado mortales para alguno de tus seres queridos o incluso para ti mismo, pero nunca lo sabrás porque estuve allí para evitarlo.
He recogido cuerpos destrozados en las carreteras pero también te he ayudado a cambiar la rueda pinchada de tu coche.
He estado en más peleas de las que puedo contar y en más catástrofes de las que hubiera deseado. Las llamas de un incendio han quemado mi piel y la sangre de una víctima, incluso de un compañero, han manchado mi uniforme demasiadas veces.
 He visto casi cada tipo de muerte que pueda existir y más de
las que podáis imaginar.
Debido a mis servicios, casi he muerto en varias ocasiones y he perdido amigos y colegas.
He caminado ese largo paseo hasta la puerta para decirle a una madre, padre, esposa, hijo o familiar, que su ser amado nunca volverá a casa.
He aguantado la agonía verbal e incluso las amenazas de esa pobre gente que no puede aguantar su dolor y lo proyecta contra la primera persona que puede, el mensajero de la noticia, yo.
 He visto el maltrato y la violencia entre personas que un día
se prometieron amor, entre padres e hijos, entre hermanos y entre amigos.
He visto los actos más crueles y mezquinos del ser humano.
 He visto la enfermedad y la vejez, he ayudado a levantarse al caído y he socorrido al enfermo.
 Si fallo en mi trabajo, o aún sin fallar, puedo
ser  fácilmente  denunciado  ante  una  justicia que no me ampara, poniendo en riesgo mi trabajo, mi familia y mi propia vida.
Puedo, incluso, perder mi libertad por una mala situación que puede requerir una decisión en pocos segundos que,
a un Juez, le llevará años, tomar.
He visto los ojos de un padre cuando la droga se ha llevado a su hijo.
He visto crímenes con los que nunca soñarías y nunca verás en series ni películas de televisión.
 Como un compañero, una vez, me dijo:
“Los policías viven los veinte peores minutos de las vidas de otros”.
¡Sí!
Puede que le haya pedido la documentación alguna vez mientras le indicaba que sacara las manos de
los bolsillos. O haberle sacado de su coche en plena noche mientras le indicaba que mantuviera las manos a la vista. Incluso haberle
pedido que extendiera los brazos y haberle cacheado, todo ello sin motivo aparente para usted.
 Pero usted no ha sido apuñalado en un
descuido por no cachear a un ciudadano aparentemente normal, ni ha visto como un compañero caía al suelo de un tiro
en la cabeza por no tomar medidas de seguridad, tampoco ha ido a visitar a un compañero que se ha quedado
inválido al atropellarle un conductor que se dio a la fuga simplemente porque estaba ebrio.
He escuchado, de amigos y familiares, cómo “la Policía no hace nada”, cómo “nos quedamos con droga”,
cómo “maltratamos y torturamos a los detenidos” o cómo “llegamos tarde a propósito”…
He visto a mi esposa escatimar y arañar intentando sacar adelante a tres niños con el sueldo de un policía.
 He visto a mis chicos aguantarse cuando se dieron cuenta de que no podía ir a sus actos escolares porque:
“Papá, no tiene un horario normal”.
He visto también a mis chicos llevar
una carga que no deberían haber llevado, cuando uno de sus compañeros o amigos ha dicho que “Todos los policías son unos hijos de puta y deberían estar muertos”


He trabajado noches, fines de semana y vacaciones, noche vieja,
navidad y hasta el día que tuve mi primer hijo, mientras, tú, estabas cómodo y seguro en tu casa con tu familia. Mi familia completa caminó sin mí, demasiado tiempo…
demasiado tiempo…
He visto las caras de niños que
estaban perdidos y que, mis colegas y yo, tuvimos el privilegio de devolverles a los brazos de su desesperada madre.


 He visto hemorragias que he sido capaz de parar, corazones a los que he sido capaz de dar una segunda oportunidad para volver a empezar y a las víctimas del crimen que mis camaradas y yo hemos sido capaces de proteger.
Tengo grabadas en mi mente las caras de las personas cuyas
vidas, mis compañeros y yo, salvamos. Sí, tengo historias de éxito… y de fallos.
Tengo noches en las que no puedo dormir, simplemente porque veo las caras de los que no pude ayudar, porque no llegué a tiempo o simplemente porque pienso en un “y si…” para cada caso en que fracasé.
Y si, usted, nunca ve una
milésima parte de esto,
es porque, la Guardia Civil, ha hecho su trabajo…
Si cometo el más mínimo fallo lo pagaré dos
veces y, aún así, me pondré mi uniforme, mi arma y saldré de nuevo. Porque es lo que los profesionales hacen, porque, YO,
                            SOY GUARDIA CIVIL.

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