La hipótesis de que el Estado Islámico cuente con infraestructura en Madrid, o en alguna población cercana, no está cerrada, aunque algunos expertos mantenían ayer que el yihadista Amely Coulibaly y su esposa, así como las otras personas que huyeron con esta última a Estambul, hicieron el viaje desde París al aeropuerto de Barajas «sin escalas» y sin ayuda de nadie durante la noche del 1 de enero y la mañana del día siguiente.
Ha llamado la atención que el experto en pasar fronteras del Estado Islámico, Mehdi Sabri Belhoucine, que fue el que les ayudó a huir a Siria desde Turquía, viajara, separado del grupo, en autobús desde París. Llegó al intercambiador de Avenida de América hacia las nueve de la mañana del mismo día 2, según recogen las cámaras de seguridad de estas instalaciones.
Este individuo cuenta con antecedentes por yihadismo en Francia y formaba parte del «comando» que encabezaba Coulybaly, probablemente porque la fuga de los otros miembros a Siria, incluida la esposa del terrorista, estaba prevista e iba a realizarse en todo caso antes de que se perpetraran los atentados de París.
Coulibaly y su esposa, Hayat Boumedine, habrían utilizado un coche alquilado, en el que también viajaba el hermano de Sabri, que cuenta, asimismo, con antecedentes, su esposa y un niño.
Es decir, según esta versión, los movimientos de los terroristas y sus acompañantes no se produjeron el 31 de diciembre, como se informó desde Francia, sino un día después.
Una llamada efectuada por Coulibaly cerca de la frontera hispano francesa a las 7 de la mañana del día 2 se cita como prueba. Lo que ocurre es que en lo grabado en el estacionamiento del aeropuerto, según han reconocido los que han visto la cinta, no se distingue si es Coulibaly el que conduce el coche que deja a Boumeddine y a los otros pasajeros.
El trayecto desde la frontera hasta Madrid, de más de 600 kilómetros y para el que se recomienda una duración de siete horas, se habría realizado en bastante menos tiempo, pero las fuentes que mantienen la versión aseguran que contó con tiempo suficiente para hacer este recorrido.
La participación en todo el plan de huida de Mehdi Sabri Belhoucine, sin cuya presencia habría sido prácticamente llegar a Siria, resulta muy significativa. Se trata de un individuo experto en pasar clandestinamente las fronteras, al estilo de los «mugalaris» de ETA.
Las citadas fuentes admiten que, de momento, no se han acreditado evidencias de que el Estado Islámico cuente con algún tipo de infraestructura en la capital.
Pero advierten de que, por lo ocurrido en los últimos días en Europa, demuestra que la banda terrorista ha logrado montar una cierta organización en varios países, entre los que puede estar España, y que ha ordenado a sus células, como quedó demostrado el pasado jueves en Bélgica, que cometan atentados en cuanto sea posible.
Tal y como adelantó LA RAZÓN en su edición de ayer, los investigadores no han encontrado hasta ahora ninguna evidencia de Coulibaly y el grupo que huyó a Siria vía Turquía se haya alojado en hoteles, hostales o pensiones de Madrid.
El padre de Boumeddiene, devastado
La viuda de Coulibaly no sólo logró pasar el control de pasaportes de Madrid y Estambul, también en Turquía cogió otro vuelo rumbo a la frontera con Siria dos días después de llegar a territorio turco. Ella y el experto en fronteras de Estado Islámico (en la imagen), tomaron un avión a Sanliurfa. Ayer, el padre de la joven de 26 años hizo declaraciones a la prensa por primera vez. Devastado, Mohamed Boumeddiene confesó que se entregó a la Policía cuando vio las fotografías de su hija en internet. Se ha quedado roto, desconocía la radicalización de su hija. Boumeddiene era un padre orgulloso que había logrado criar solo a sus siete hijos tras quedarse viudo.
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