Tal día como hoy, 8 de diciembre, un ser mitológico desciende de las sierras hurdanas. Es La Chicharrona.
Según me cuenta el investigador y profundo conocedor de las Hurdes Felix Barroso, que lucha día a día por recuperar los ritos ancestrales hurdanos, la Chicharrona era un personaje mítico, una mujerona con pandereta y garrote que bajaba de las montañas con una ristra de chorizos al cuello. Llegaba el día de “La Pura”, la Purísima Concepción, que era el día que se entronizaba a esta mitológica figura.
La Chicharrona era un mito que se hacía carne y hueso en alguna vecina de la alquería, normalmente una moza de cierta belleza y con las características que la tradición y el legado de los antepasados asignan a este personaje, una mujer de cabellera rubia y larga, ataviada únicamente con pieles de cabra, que bajaba desde el monte trayendo a los pueblos la licencia para que la gente pudiese hacer la matanza, ya que con ella venía el tiempo frío y seco.
Cuando La Chicharrona llegaba a la aldea, salía a su paso el tamborilero y la acompañaba hasta las calles del pueblo.
“De entre la nieve branca
abaja la Chicharrona,
licencia trae pa matar
el cebón y la cebona”
Los muchachos de los pueblos salían alborozados a primeras horas del día a las afueras de la alquería, a esperar a la Chicharrona, que no viene de vacío. Trae un zurrón con castañas, nueces e higos pasos que va arrojando a la muchachada, a los que intenta besar. A aquellos que se niegan a recibir un beso de La Chicharrona los persigue y azota con una vejiga de cerdo rellena de agua.
Después se hará la “jogará”, una “lumbre” en la plazuela donde se asa un chorizo que se mantenía en aceite o manteca y se entregaba a los niños.
Ayer, desde las altas montañas hurdanas, la llegada de La Chicharrona trajo consigo el frío a Extremadura. A abrigarse toca, señores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario