Actualmente los Taureg se ubican en el desierto del Sahara
atravesando las multitudinarias dunas de fina arena amarillas
en busca de comida para sus enormes rebaños de dromerarios
ovejas o jirafas.
Sin embargo siempre fue considerado un pueblo peligroso, especializado en robos que llegó incluso a controlar las rutas transsaharianas, cobrando impuestos a aquellos que querian cruzar el desierto.
Se trata de un pueblo que se adapta a las condiciones que le rodean,ni siquiera la religión se salva de éste sistema, el cual le ha permitido perdurar durante toda su larga historia.
Tanto es así que mantienen sus propias creencias, sistema de leyes, aunque también es cierto que han adoptado postulados del Islam.
Sin embargo,contrasta que la figura de la mujer destaque por encima de todo, ocupando un lugar y posición preferentes en la tribu.
Los tuareg es un pueblo bereber de tradición nómada del desierto del Sáhara. Su
población se extiende por cinco países africanos: Argelia, Libia, Níger, Malí y Burkina Faso.
Cuando se desplazan, cubren sus necesidades y las de los animales debido a que viven en unidades familiares extensas que llevan grandes rebaños a su cargo. Tienen su
propia escritura, el tifinagh.
El desarrollo de los medios de transporte modernos en el Sahara desde la segunda mitad del siglo XX ha provocado el declive de la actividad comercial de las caravanas tuaregs y la sedentarización de parte de su población en las grandes ciudades del sur del desierto y del Sahel.
La marginalización cultural y económica les ha llevado a emprender una lucha política y armada desde los años 1960 y 1990, particularmente en Malí y Níger. En enero de 2012 los tuaregs de Mali iniciaron una nueva rebelión y en abril proclamaron la independencia del Estado de Azawad, en el norte Mali (que incluye las ciudades de Tombuctú, Kidal y Gao, declarada la capital), que hasta ahora no ha sido reconocido por ningún país ni organismo internacional, y que está sufriendo un proceso de islamización de la mano de grupos radicales cuyo objetivo final es implantar la sharia
La sharía es el cuerpo de Derecho islámico. Constituye un código detallado de conducta, en el que se incluyen también las normas relativas a los modos del culto, los criterios de
la moral y de la vida, las cosas permitidas o prohibidas, las reglas separadoras entre
el bien y el mal. En los medios occidentales se la identifica como ley musulmana o ley
islámica
Se les supone principalmente descendientes de los
antiguos garamantes que en la Antigüedad habitaban el Fezzán.
Limitaban al norte con los mauritanos, al oeste con los getulos y al
este quizás ya con los ancestros de los tubus. Durante la Edad
Media sus linajes se vincularon con los de los sanhaya y de los zenatas.
En la antigüedad, se dedicaban a saquear pueblos, controlando además las rutas del desierto. En el siglo XII, las invasiones
árabes e hilalianas les obligaron a adoptar un estilo de vida nómada. A
lo largo de los siglos han adoptado algunas ideas del Islam, en la
medida de que esto no se contrapusiera con sus propias creencias,
manteniendo intactos su sistema de justicia y sus leyes.
La población estimada de personas que hablan lenguas bereberes es de 25 millones, de los cuales 1,2 millones se consideran tuaregs.
La tienda de un nómada es una estructura, un conjunto de elementos
necesariamente ligeros y transportables, fáciles de manipular, adaptados al territorio donde deben asentarse, que adquieren sentido cuando son ensamblados y conforman un espacio interior, el espacio doméstico. Es,
por lo tanto, un hogar, el dominio de la mujer, la consecuencia del genio femenino en la adopción de soluciones adaptativas, el centro del linaje
tuareg.
La construcción de la casa, su cuidado y mantenimiento son trabajos realizados por las mujeres en todas las sociedades pastoriles. Los tuareg utilizan dos tipos de tiendas, cubiertas por pieles o por esteras de cestería, piezas realizadas siempre por sus propietarias y colaboradoras, que encargan a los artesanos que trabajan la madera —a veces fulbe o agricultores sedentarios— la realización de los elementos que deben soportarlas. Sin embargo, en algunos grupos del norte las mujeres nobles tallan los elementos de sostén, en los que graban textos escritos en tifinagh que llenan de contenido simbólico la casa familiar. La tienda no
es una estructura inerte que se ocupe de un modo inconsciente, como ocurre en las casas del mundo occidental, sino que constituye un cuerpo que debe ser formado al final de cada desplazamiento conservando siempre las características que lo convierten en un lugar confortable e íntimo
desierto y de los cielos infinitos, protegiéndoles en su integridad y
dándoles calor. La identificación afectiva entre la mujer y su tienda está
cargada de significados sociales, hasta el punto que, en lengua tuareg, reciben el mismo nombre: éhe, uno de los sinónimos referidos a la mujer. El mismo término corresponde a "matrimonio", y para saber si una mujer está casada se le pregunta si ha "hecho una tienda". La matriz es asimismo la tienda y para referirse a una familia ilustre la apelación adecuada es "la gran tienda”.
La unidad básica de la sociedad tuareg es la familia nuclear, normalmente monógama —aunque el marido mantiene relaciones sexuales con las mujeres esclavas, que viven con sus hijos en las áreas destinadas a los
servidores—, y ocupa una sola tienda. La mujer es su propietaria, tiene un papel primordial en la conservación del orden del campamento y goza de gran autoridad, ya que el hombre se halla con frecuencia ausente durante días acompañando al ganado. Como normalmente es más instruida que su marido participa en los consejos familiares y es consultada en lo referente a todos los asuntos que conciernen a la tribu. Recibe y hace los honores a los visitantes, de quienes merece un trato similar al de su esposo y su prestigio aumenta si sabe tocar la vihuela (imzad) y recitar poesías, a las que los tuareg son muy aficionados.
divorciarse de él y expulsarle de su tienda, por lo que pueden encontrarse varones tuareg sin hogar que acampan por la noche con la única protección de un paravientos. Lo habitual es, sin embargo, que vuelvan a su casa familiar si son
jóvenes; su madre prepara entonces una pequeña fiesta para celebrar su retorno y manifestar que su hijo se halla de nuevo en el mercado matrimonial. El divorcio no afecta la reputación de las mujeres, que encuentran pronto nueva pareja. Normalmente el primer matrimonio de una mujer acaba en separación, pues se produce cuando ella es muy joven, entre quince y veinte años, mientras que el hombre suele casarse hacia la treintena. Una vez formalizado el divorcio, la familia del varón debe devolver la dote de la novia.
Las relaciones entre ambos sexos se producen en el ahal, una especie de corte de amor que se desarrolla en un lugar definido fuera del campamento o en una tienda erigida con tal finalidad. En esos encuentros participan las jóvenes a partir de la edad núbil y sus pretendientes, así como los hombres divorciados y aquellos cuyas esposas se hallan ausentes siempre que no sean demasiado viejos. Las mujeres mayores acuden como espectadoras. Las crónicas de hace unos años hablan de dos niveles de relación. En el primero, los jóvenes hablan, escuchan la música del imzad y recitan poesías; en el segundo se acuerdan citas para pasar la noche. Los ahal reciben los nombres de las mujeres que son centro de atención por su simpatía y dotes musicales, y los viajeros procuran adaptar su ruta para asistir a los más prestigiosos.
En esas reuniones amorosas, una mujer debe tener especial cuidado en
mantener contactos con hombres de su clase social o superior, pues el
matrimonio con individuos de clase inferior a la suya está prohibido: ella es
quien transmite los derechos familiares. En consecuencia, sólo el hombre puede
elegir a una mujer de clase inferior a la suya. Salvo esta limitación femenina, los arreglos matrimoniales entre las familias son casi desconocidos, de modo que los jóvenes pueden emparejarse según sus deseos. Cuando un varón consigue el acuerdo de la muchacha de sus sueños le pide a un primo que le represente en la petición oficial de mano ante el padre de la novia. La ocasión es aprovechada
para establecer la dote, que suele estar formada por cabezas de ganado, camellos y cabras, y algunos bienes complementarios; también se fija la fecha de la boda, normalmente pocos días después.
Los esponsales son las fiestas más señaladas entre los tuareg. Las fiestas son eventos especialmente importantes entre los pueblos pastores, pues permiten el encuentro de familiares y amigos que normalmente se mueven por parajes alejados y facilitan nuevos conocimientos entre la gente joven: son el tiempo de la música y la alegría. Como en otras muchas culturas, la ceremonia matrimonial incluye la construcción de una nueva tienda y su ocupación por parte de los recién casados. La boda se celebra en el campamento de la novia. En las proximidades, el novio ha plantado una tienda en donde se reúne con sus camaradas, teniendo un papel destacado el primo que ha negociado el acuerdo con el padre de su prometida. Ellos le colocan el velo y le arman con la espada —takuba.
Mientras tanto, sus familiares llegan a lomos de camello y vestidos de
gala al campamento, donde son recibidos por los allegados de la novia
con música y cantos de bienvenida. Las mujeres forman grupos que
baten palmas y tocan el tambor, mientras los visitantes giran a su
alrededor sobre los majestuosos camellos, que los balancean con su trote elástico. La fiesta dura ocho días, y no es hasta el último cuando se celebra la verdadera ceremonia, bendecida por el morabito, que es testigo de la entrega de la dote y legaliza la unión recitando los versículos del Corán adecuados.
Los nuevos esposos ocupan la nueva tienda y comienzan su vida en común. En el recinto doméstico el marido ocupa la zona oriental, donde coloca su silla de montar —tahiast—, el escudo —arar—, la lanza — tarda—, la inseparable takuba, y si lo posee, el fusil; en el lado opuesto, la mujer dispone su gabinete, con su silla y los elementos de su propiedad: recipientes para la leche y el agua, el mortero para los cereales, platos, eventualmente cucharas, y sacos para la conservación del grano y los dátiles. Las prendas de vestir se guardan en bolsos de piel.
El nacimiento del primer hijo es motivo de especial alegría. Antes del parto, la futura madre abandona la tienda conyugal y se refugia en la seguridad de su grupo materno, donde espera la llegada del niño. Cuando nota los síntomas del parto se aleja del campamento y se coloca bajo la sombra de un gran árbol. Allí es asistida por sus hermanas y las mujeres viejas de su familia, que escuchan los gritos, maldiciones e insultos que la parturienta tiene derecho a emitir. Cuando el niño llega a este mundo, es lavado y depositado sobre el pecho de la madre; si ésta no tiene leche es alimentado con pequeñas cantidades de leche de cabra. Después del parto la mujer permanece desnuda durante dos o tres días junto a su cama, para evitar manchar de sangre la ropa y el lecho. Antes de la imposición del nombre, cuando todavía no tiene identidad, el bebé es especialmente vulnerable a la acción de los genios malignos —Kel Essuf—, que pueden incluso raptarlo y sustituirlo por uno de los suyos. Para evitarlo la madre no lo pierde de vista y lo lleva siempre con ella; además, introduce entre sus propios cabellos un cuchillo, pues el metal aleja a los genios.
Ocho días después de su nacimiento, un morabito le da nombre, lo que es motivo para que sus padres ofrezcan una comida y una fiesta a familiares y amigos. El nombre es siempre de tradición musulmana, aunque, especialmente en las familias nobles, recibe otro de origen tuareg y un tercero correspondiente a un animal salvaje —tortuga, león—, o a una característica física -la blanca. Si su madre tiene sirvientas —tashkut—, el bebé es puesto a cargo de una de ellas salvo por la noche, cuando lo
acuesta a su lado para dormir. Las precauciones contra los Kel Essuf deben mantenerse siempre, de modo que se le somete al primer corte de pelo para extirpar cualquier residuo que la actividad de los genios, que tienen
el cabello largo, encrespado y sucio, haya podido dejar en el niño. Hasta los siete años, niños y niñas juegan desnudos alrededor de sus
tiendas familiares. A esa edad, el niño es circuncidado por un morabito, y su familia celebra una fiesta. Entonces puede abandonar la tienda familiar, a la que regresa sólo cuando tiene hambre o está enfermo, y vive en absoluta libertad, duerme al raso, si lo desea, fabrica refugios con sus compañeros, caza pequeños animales y tiene por única obligación, si no hay esclavos en la familia, ayudar a recoger el ganado a la puesta del sol. A los dieciocho años recibe el velo que debe ocultar púdicamente su rostro
en el futuro, y es considerado un adulto con todos sus derechos y obligaciones. Como dice el padre Charles de Foucauld, "el velo que cubre la frente y la boca, y los calzones son las prendas distintivas del hombre [...].
Perder el velo, perder los calzones, son expresiones que equivalen a perder la honra".
matrimonio. Si su familia posee sirvientes no tiene prácticamente
obligaciones y dedica su tiempo a los juegos, fabricando muñecas de
arcilla y tiendas en miniatura con todos sus elementos; en caso contrario debe contribuir en alguna medida a las labores domésticas: acarrear leña o llenar los odres de agua. También aprende a coser, la escritura tifinagh, y a tocar la vihuela. Hay disparidad de criterios sobre la existencia o no de la circuncisión femenina, es decir, de la práctica de la ablación del clítoris. Los autores contemporáneos no la mencionan o dicen que los tuareg no la realizan, pero el historiador de Malí Bokar N'Diayé, en su libro de 1971,
hace una breve referencia a la ablación de las niñas "en la cuna, a veces inmediatamente después de recibir su nombre, sin que ello dé lugar a fiesta alguna". Los pueblos agricultores que habitan en el Sahel, al sur del
territorio tuareg, la practican de manera generalizada, pero no los bereberes, de los que los tuareg son descendientes, lo que fundamenta la opinión de Frangois Borel en el sentido de que éstos nunca han realizado la ablación.
Hasta hace pocos años, las niñas núbiles eran sobrealimentadas para que
adquiriesen el mayor sobrepeso posible, pues la gordura era un signo de distinción y de belleza que las hacía más deseables para el matrimonio.
ENTREVISTA A UN TUAREG
El 15 de octubre de 2009 fue publicada en Reflexiones ésta entrevista realizada por el periodista Victor M. Amela al tuareg Moussa Ag Assari.La entrevista fue realizada en París.
No sé mi edad, nací en el desierto del Sahara, sin papeles......!
Nací en un campamento nómada taureg entre Tombuctú y Gao en Mali.He sido
pastor de camellos,cabras, corderos y vacas de mi padre.Defiendo a los pastores
tuareg.Soy musulman sin fanatismo.
-¡Que turbante tan hermoso!........
Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara cuando se levanta la arena y a
la vez seguir viendo y respirando a su través.
-Es de un azul bellísimo….
A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados………..
-¿Cómo elaboren ese intenso azul añil?........
Con una planta llamada indigo, mezclada con otros pigmentos naturales.El azul
para los taureg, es el color del cielo.
-¿Por qué?.....
El color dominante, el del cielo, el techo de nuestra casa
-¿Quiénes son los tuareg?.........
Tuareg significa “abandonados”, porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario,orgulloso: Señores del Desierto, nos llaman.Nuestra etnia es la amazingh (bereber) y nuestro alfabeto, el tifinagh.
-¿Cuántos son?....
Unos tres millones, y la mayoría todavía nómada.Pero la población
decrece……¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existe!,denunciaba una vez un sabio: Yo lucho por preservar éste pueblo.
-¿ A que se dedican?
Pastoreamos rebaños de camellos,cabras,corderos,vacas y asnos en un reino
infinito y de silencio.
-¿De verdad es tan silencioso el desierto?
Si estás a solas, en aquel silencio, oyes hasta tu propio corazón.No hay mejor
lugar para hallarse a uno mismo.
-¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto recuerda con mayor nitidez?
Me despierto con el sol, ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y
carne y nosotros las llevamos donde hay agua y hierba.Así hizo mi bisabuelo, mi abuelo, mi padre…….. Y yo. No había otra cosa en el mundo mas que eso y yo era muy felíz en el.
-¿Si? No parece muy estimulante…….
Mucho.A los siete años ya te dejan alejarte del campamento para lo que te
enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, agudizar la vista,
orientarte por el sol y las estrellas. Y dejarte llevar por el camello, si te pierdes:
te llevará donde hay agua.
-Saber eso es valioso sin duda……
Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosa. ¡ Y cada una tiene enorme
valor !.
-Entonces éste mundo y aquél son muy diferentes ¿no?
Allí cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡ Sentimos
una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos !.Allí nadie
sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!.
-¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?
Vi a la gente correr por el aeropuerto…..¡En el desierto se corre si viene una tormenta de arena!, me asusté, claro…..
-Solo iban a buscar las maletas ¡jajajaja!...
Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas.¿Porque esa falta de respeto
hacia la mujer?, me pregunté…después.En el hotel Ibis vi el primer grifo de mi
vida: vi correr el agua….y sentí ganas de llorar.
-Que abundancia, que derroche ¿no?.....
Todos los días de mi vida había consentido en buscar agua.Cuando veo las
fuentes de adorno aquí y allá..aún sigo sintiendo dentro un dolor tan intenso…
-¿Tanto como eso?
Sí a los principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales,caimos enfermos, yo tendría unos 12 años y mi madre murió. ¡Ella era todo para mí!.Me contaba historias y me enseñaba a contarlas también.Me enseñó a ser yo mismo.
-¿Qué pasó con su familia?.....
Convencí a mi padre para que me dejase ir a la escuela.Casi cada día yo recorría
15 km., hasta que el maestro me dejó una cama para dormir y una señora me
daba de comer al pasar ante su casa….Entendí…¡Mi madre estaba ayudandome!.
-¿De donde nació esa pasión por la escuela?
De un par de años antes, había pasado por el campamento del Rally París-
Dakar y a un periodista se le cayó un libro de la mochila, lo recogí y se lo dí.Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito.Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo.
-Y lo logró.
Sí, y así fue como conseguí una beca para estudias en Francia
-¡Un tuareg en la universidad!.....
¡Ah! Lo que más añoro aquí es la leche de camella…..y el fuego de leña.Caminar
descalzo sobre la arena cálida, las estrellas: Allí las miramos cada noche, y cada
estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra…Aquí por la noche
miráis la tele.
-¿Qué es lo que peor le parece de aquí?
Tenéis de todo pero no os basta.Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida
quejándose!.Os encadenáis una vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa…..En el desierto no hay atascos y ¿sabes porqué?, ¡porque allí nadie quiere adelantar a nadie!.
-Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.
Es cada día, dos horas antes de la puesta de sol, baja el calor y el frio no ha
llegado y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde….
-Fascinante, desde luego….
Es un momento mágico. Entramos todos en la tienda y hervimos té, sentados
en silencio oimos el hervor….La calma nos invade a todos, los latidos del
corazón se acompasan al pot-pot del hervor……
-Que paz….
Aquí teneis reloj, allí tenemos tiempo.
F I N
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