Anthony Hopkins, en el papel de Hannibal Lecter (Foto: Universal Pictures)
Hace unos días os relaté la historia de la jubilada que había perdido los nervios de mala maneraordenando demoler la casa de su vecino con un ‘bulldozer’. Una solución a todas luces desproporcionada. Pero como todo puede ser mucho peor, otra anciana ha emulado al mismísimoHannibal Lecter, y después de matar a su marido, lo ha descuartizado y se ha hecho un caldo con alguna de sus partes.
En la escena del crimen, encontraron restos humanos del marido octogenario y un guiso donde la jubilada había cocinado el corazón, la nariz y el pene; que después comió sin ningún tipo de remordimiento. Tras el siniestro banquete, se dirigió a la gendarmería para entregarse.
La policía no ha logrado sacarle una sola palabra y ha sido ingresada en la unidad psiquiátrica de la cárcel de Nancy-Maxéville donde se le van a realizar una serie de pruebas. “ Mi defendida ha sufrido una crisis de furiosa locura. Ahora tienen que ser los profesionales lo que decidan cuáles han sido las razones para llegar a un final tan terrible“, ha declarado su abogado. Entiendo que deben ser de mucho peso, porque convertirse en una ‘Hannibal Lecter femenina’ de la noche a la mañana, escapa a cualquier raciocinio.
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