Pasa media hora de la una de la tarde en Monterrubio de la Serena. El pabellón polideportivo de la localidad se ha quedado vacío tras el funeral por los cinco chicos fallecidos el pasado jueves en un accidente de tráfico a la salida de Castuera. Los ramos y las coronas de flores se amontonan junto a las paredes, mientras un grupo de personas se encarga de recoger las sillas que se han colocado en la pista para que cientos de vecinos puedan seguir el sepelio. Bajo el marcador permanece el improvisado altar, junto a las imágenes de un Cristo y una Virgen. En la pared está el cartel que los compañeros de los fallecidos han colocado en su recuerdo. Aparecen los nombres de los que ya no están. Ismael, de 13 años, José Manuel, de 12, Juan Pedro, 14 años, y Bernardo y Javier, ambos de 15. Hay una bandera de Extremadura con un crespón negro, resumiendo el sentir de toda la comunidad. Y varios mensajes escritos, entre ellos «os llevaremos siempre en el corazón».
Monterrubio de la Serena, una localidad de 2.700 habitantes, está rota por la tragedia desde que a las 21.22 horas del jueves volcó a tres kilómetros de Castuera, en una recta con perfecta visibilidad, el microbús en el que los jugadores del equipo local de fútbol sala regresaban de jugar en Herrera del Duque. Se salió de la vía cuando la retroexcavadora a la que trataba de adelantar hizo un movimiento extraño. El conductor de esta máquina, Fernando F. M., de 37 años y vecino de Castuera, está en prisión sin fianza desde el pasado viernes por delitos de homicidio imprudente, lesiones y contra la seguridad del tráfico. Dio positivo por cocaína y cannabis.
Desde primera hora de la mañana de ayer el polideportivo de Monterrubio era un hervidero de gente. Centenares de vecinos y amigos de los fallecidos aguardaban el inicio del funeral, que atrajo a un gran número de medios de comunicación. Por deseo de las familias no accedieron al pabellón, pero se hizo una excepción para que tomaran imágenes.
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