LAS MUJERES QUE NUNCA SONRIEN
Todo el mundo pensó que tras el derrocamiento del régimen
talibán, las mujeres afganas se liberarían por fin de la burka y
podrían llevar una vida normal y en libertad. Pero las cosas no
cambiaron, lo que sucedió en realidad fue que se cambió un
régimen fundamentalista por otro: la Alianza del norte, tan
brutales y misóginos como los talibanes.
Las mujeres afganas
continúan viviendo sin
derechos en un país que, a
ojos de la comunidad
internacional, cuenta con un
gobierno ‘democrático’. La
Alianza del norte y los
talibanes tienen la misma
mentalidad. Siguen las
violaciones de mujeres, los
arrestos y los asesinatos. El
60% de los matrimonios
afganos son arreglados.
Muchas mujeres optan por
el suicidio, autoinmolándose,
para escapar al infierno de
sus vidas.
Estas mujeres fueron rescatadas de las llamas. Algunas se
autoinmolaron, a otras sus maridos las intentaron quemar
vivas, por… contradecirlos.
Estas mujeres fueron rescatadas de las llamas. Algunas se
autoinmolaron, a otras sus maridos las intentaron quemar
vivas, por… contradecirlos.
RESTRICCIONES PARA LAS MUJERES
Las mujeres no pueden estudiar ni trabajar. No pueden salir solas a la calle ni hacer ruido al caminar. No pueden ser tratadas por doctores masculinos, no pueden asomarse a sus ventanas, no pueden usar tacones altos. Deben usar obligatoriamente la burka, especie de sudario portátil, que las cubre de la cabeza a los pies y que les dificulta la respiración.
Reciben azotes en público e insultos si no usan la burka o si se les
ven los tobillos. Lo mismo, si salen sin la compañía de un hombre de
su familia. Se les prohibe usar cosméticos (si se les sorprende con
las uñas pintadas, les amputan los dedos). Se les prohibe reir en voz
alta (¡como si tuvieran algún motivo para hacerlo!). Se les prohibe
hablar con cualquier hombre, que no sea su acompañante.
Está prohibido a las mujeres asistir a reuniones públicas. Tienen
prohibido también practicar deportes. Prohibido subir a un taxi sin
la compañía de su mahram (familiar acompañante). Prohibido subirse
a una bicicleta. Prohibido lavar ropa en ríos o lugares públicos.
Prohibido usar baños públicos. Prohibido asomarse a los balcones
de sus casas.
Tienen prohibido usar pantalones acampanados, aunque sea debajo
de la burka. Prohibido usar colores vistosos en su vestimenta.
Prohibido tomarse fotos. Prohibido escuchar música y ver televisión
(esto vale para hombres y mujeres). Las mujeres sorprendidas en
adulterio son lapidadas vivas. Estas son sólo algunas de las reglas
del gobierno fundamentalista para las mujeres. Para los hombres
también hay reglas, pero no son tantas ni tan estrictas.
En Afganistán no hay bancos ni medios de comunicación modernos.
El país está casi totalmente en ruinas. De los árboles cuelgan
televisores destrozados y cintas de video, como evidencia de la
“derrota del pecado”. Todos los viernes se celebran ejecuciones y
mutilaciones públicas en estadios deportivos, a las cuales están
obligados a asistir los niños. El 80% de la población padece de
trastornos mentales.
Miles de niños de 9 a 12 años trabajan 12 horas al día en fábricas,
para ayudar a sobrevivir a sus familias. Las mujeres viudas y que
han perdido a sus familiares hombres en la guerra, se mueren de
hambre, pues no les es permitido trabajar, ni salir solas. Algunas se
aventuran a salir a mendigar, pero con el riesgo de ser apaleadas y
hasta asesinadas.
Los niños en casi todo el mundo dibujan a su familia, su casa, su
mascota, etc.
Estos son algunos de los dibujos de los niños afganos:
¿Qué madre podría sonreir al ver estos dibujos?
¿No es motivo suficiente para agradecer a Dios cada día, por nuestra libertad y tantas cosas más?
Cuántas veces nos quejamos por tener que ir a estudiar o a
trabajar... o por tener que ir al mercado... o porque se nos rompió
un tacón... o porque se nos descosió la falda... o porque el lápiz
labial es muy claro o muy oscuro... o porque "no hay nada que ver"
en la televisión, etc., etc...
¡Las mujeres afganas ni siquiera tienen acceso a nada de eso!
Fuente: Revolutionary Association of the Women of Afghanistan (RAWA)
RAWA es una organización socio/política de mujeres afganas luchando para la paz, la libertad, la democracia y los derechos de la mujer en un Afganistán dañada por el fundamentalismo.
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