La niña pudo sobrevivir gracias a que la madre, que estaba fuera del domicilio cuando ocurrió el suceso, la sacó de la nevera llamando rápidamente al teléfono de emergencias.
Por fortuna, al juez no le ha temblado la mano y le ha declarado culpable de un delito de agresión en primer grado. Los fiscales señalaron que la temperatura de la niña bajó de forma peligrosa, además de que sufrió lesiones en el brazo, pierna y en la cabeza. Pese a todo lo que le hizo su padre, la pequeña se ha recuperado por completo.
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