miércoles, 9 de octubre de 2013

¡Un mexicano le puso durante diez años un candado de castidad a su esposa!

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Dicen la sabiduría popular que la confianza da asco, sin reparar que, en ocasiones, la falta de ella provoca aún mucho más repelús. Este recurso a los dichos de la calle viene a colación de la penúltima barbaridad que ha podido leer uno. En este caso, el responsable de la atrocidad es un mexicano (le delata su aspecto a lo Pancho Villa, no lo puede negar) y su ocurrencia es denigrante. El caballero ha colocado un “candado de castidad” a su esposa durante una década, para ocultar tras él su insoportable inseguridad. ¿Pensábais que la Edad Media era una época lejana y completamente superada? Pues no para algunos.
Sabemos que en el nombre del amor se han hecho auténticas barbaridades a lo largo de la Historia, que está salpicada de crímenes pasionales. No llega a tanto el suceso que nos traemos entre manos, pero no por ello deja de ser indignante. José Antonio, de 40 años, mantiene una relación de 12 años con su pareja, que recién cumplió las 25 primaveras. El dato, de por sí, me sobrecoge. La joven era una niña de 13 años cuando empezó a vivir con el caballero, que tenía entonces 28. Sin embargo, el drama para la mujer no empezó hasta dos años después, cuando el inseguro José Antonio, víctima de sus enormes celos, decidió colocarle un candado cada mañana en los pantalones que llevaba al trabajo. El objetivo era que no pudiera quitárselos en ningún momento hasta que volviera a casa.
De este modo, durante diez largos y angustiosos años, la inesperada protagonista pasiva de este post ha vivido esclava del artilugio, obligada a contener sus necesidades fisiológicas o, más allá, hacérselas encima. ¡Qué barbaridad, José Antonio! ¡Cómo estás de tarado!
Sin embargo, semanas atrás, la joven se rebeló contra su suerte. Sintió la necesidad imperiosa de ir al baño y se decidió a llamar a la policía para que le ayudaran a quitarse el candado. Los agentes que atendieron el caso se quedaron estupefactos y contactaron con el autor de la afrenta para poder solucionar el problema. José Antonio acudió con su llave al ‘rescate’ de su mujer. En ese mismo momento, fue detenido, aunque horas después le dejaron en libertad al no haber denuncia de la víctima. Las autoridades locales, además, consiguieron arrancarle la promesa firmada de no volver a usar contra su esposa el “candado de castidad”.
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