Madeleine McCann fue secuestrada en un plan perfectamente orquestado. Pero el hombre que hasta ahora se había presentado como principal sospechoso tan sólo es un británico que fue a recoger a su hija al centro de juegos del Ocean Club, el mismo complejo turístico donde los McCann pasaban sus vacaciones en Portugal. Casi siete años después de la desaparición de la menor, el que se ha convertido en el suceso más mediático de todos los tiempos da un giro de 180 grados tras las revelaciones realizadas anoche por el inspector jefe Andy Redwood, el responsable de la Operación Grange.
La Policía portuguesa cerró la pesquisa en 2008 sin llegar a ninguna conclusión. Todos los sospechosos, incluidos los padres de la pequeña, quedaron en libertad sin cargos. Pero, tras las súplicas de los McCann al primer ministro británico, David Cameron, Scotland Yard reabrió el caso el pasado mes de junio. Ahora hay cuatro nuevas líneas de investigación que jamás se habían barajado antes.
Vayamos por pasos, porque desde aquella noche del 3 de mayo de 2007 se han escuchado infinidad de teorías, se han leído miles de titulares, se ha crucificado a posibles inocentes y se ha podido dejar en libertad a supuestos culpables.
La fatídica noche
Como cada noche, Gerry y Kate se reúnen con sus amigos a cenar en el bar Tapas situado en el complejo turístico donde se alojan. A las 20.30 dejan a Madeleine, de tres años, y a sus mellizos, de dos, dormidos en la habitación. La ventana está cerrada. Las persianas bajadas.
No son los únicos padres que se sientan a la mesa. Hay varios matrimonios. En total once menores duermen en los apartamentos, así que entre unos y otros hacen turnos periódicamente para comprobar que todo está en orden. A las 21:05, Gerry echa un vistazo a la habitación. Sus tres hijos están durmiendo. A las 22:00, Kate hace lo mismo, pero la pequeña Maddy ha desaparecido. La ventana está abierta. Las persianas están subidas. Entra en pánico. Comienza la investigación.
La policía lusa interroga a todos los amigos del matrimonio y una de ellos, Jane Taner, recuerda haber visto a un hombre a las 21:15 con una niña en brazos. En ese momento no pensó nada raro, pero luego no tuvo dudas: él es quien se ha llevado a la pequeña.
Durante los últimos años, la teoría del secuestro siempre señaló a este individuo. Jamás se indagó qué pasó entre las 21:15 y las 22:00. Pero ahoraScotland Yard asegura que tal sospechoso tan sólo era un padre inocente que fue a buscar a su niña a la guardería de verano, como muchos otros que se encontraban en el Algarve.
En busca de un hombre de “vital importancia”
¿Quién es por tanto el culpable? Se trata de un hombre blanco de entre 20 y 40 años, no muy alto, bien afeitado, pelo castaño. Sus dos retratos robots fueron publicados ayer por primera vez. Una familia irlandesa asegura haberle visto a las 22:00 horas llevando en brazos a una niña muy parecida a Madeleine. Es posible que se trate de otro hombre normal y corriente, pero el inspector Redwood aseguró anoche que dar con su paradero es de “vital importancia” para avanzar en el caso.
Las autoridades han pedido la colaboración de una treintena de países, en especial la de Alemania y Holanda, donde anoche también se emitió el reportaje, ya que, según los testigos, el individuo hablaba alemán.
Hay otros tres sospechosos
No es el único sospechoso que está en el punto de mira. También se divulgaron los retratos de un joven blanco con la cabeza afeitada que fue visto merodeando por la zona y dos hombres morenos que estuvieron esa tarde cerca de los apartamentos pidiendo donaciones para supuestas obras de beneficencia.
Por otra parte, Scotland Yard tampoco descarta que el secuestro esté relacionado con una serie de robos efectuados en el complejo turístico entre enero y mayo de ese año, cuyos autores jamás fueron detenidos. Siempre dejaban la ventana abierta tras huir del lugar del crimen.
En total, hay una lista de 41 sospechosos, entre ellos 15 británicos, elaborada tras haber entrevistado a más de 400 personas y haber tenido acceso a todas las llamadas telefónicas realizadas entre el 28 de abril y el 3 de mayo de 2007 por las personas que se encontraban en Ocean Club, algo que tampoco se había realizado hasta ahora. Tras estudiar más de 39.000 documentos relacionados con el caso, la Policía no descarta que la pequeña, que hoy tendría 10 años, siga con vida.
Desde luego, sus padres no pierden la esperanza. Kate y Gerry, que también aparecieron anoche en el programa, señalaron que viven en un “gran agujero” y que “en los momentos que se supone tienen que estar felices” no lo consiguen.
En primera plana durante años
La pareja ha estado a punto de divorciarse y ella no descartó el suicido, pero, ayer, de nuevo consiguieron acaparar juntos titulares a ambos lados del Atlántico. La cuestión es, ¿cómo han logrado mantener el caso en plena actualidad durante tantos años?
La desaparición de un menor acapara la atención de la prensa durante algunas semanas, pero luego el interés se evapora. Con Madeleine ha sido todo distinto. Más de 50 millones de personas visitaron la web “Find Madeleine” en las primeras 48 horas que fue publicada. Nunca antes había pasado algo similar. La campaña de publicidad les ha llevado a recibir la bendición del Papa, a tener las promesas de Gordon Brown y David Cameron, aa ser presentados en el programa de Oprah Winfrey -el más visto de EE UU-, a distribuir millones de posters en las librerías británicas cada vez que se salía a la luz una nueva entrega de Harry Potter…
El fondo que emplean para financiar todas estas actividades contaba en marzo de 2012 con 3.742.385 libras provenientes de donaciones (la mayoría), de las ventas del libro que publicó Kate y de las distintas indemnizaciones (alrededor de 694.000 libras) tras querellarse contra diversos diarios del Reino Unido por difamación. Es posible, que el próximo mes de noviembre, se engrose con un millón de libras más.
Es la cantidad que piden a Gonzalo Amaral, el detective al frente de la investigación lusa que luego fue destituido, por escribir La verdad de las mentiras. El libro acusa al matrimonio de haberse deshecho del cuerpode su hija después de que ésta muriera en un accidente al caer tras el sofá cuando se despertó sola esa noche.
Sus excompañeros, que han acudido como testigos estas semanas al juicio que se celebra en Portugal -cuyo dictamen se conocerá el próximo noviembre-, le dan la razón. El inspector Tavares de Almeia insiste en que los padres de la pequeña fingieron un secuestro para esconder el hecho de que no cuidaron correctamente de los tres menores.
Por su parte, Luis Neves, responsable de la unidad de crimen organizado y secuestros de la Policía lusa, va más lejos y asegura que fueron sus colegas británicos quienes primero desarrollaron la teoría, por lo que ahora no entiende por qué reabren el caso y hablan de secuestro.
Según el Daily Mail, su declaración es la misma que aparece en la correspondencia diplomática enviada por el embajador de Estados Unidos en Portugal, Al Hoffman, al Gobierno de su país después de mantener una reunión con su homólogo Alexander Wykeham Ellis, cuatro meses después de la desaparición, momento en el que los McCann figuraban como principal sospechosos.
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