sábado, 3 de agosto de 2013

¿Qué pasó en los últimos 10 minutos del accidente de tren en Santiago?


  • El informe presentado por la Policía Científica detalla lo sucedido antes del accidente cerca de la estación de Santiago de Compostela.
  • 400 metros antes de la curva, el maquinista recordó que debía haber empezado a frenar el tren.
  • Un minucioso informe del contenido de las cajas negras elaborado por la Unidad Central de Criminalística de la Comisaría General de la Policía Científica, al que ha tenido acceso Efe, detalla lo sucedido en las comunicaciones previas al accidente de tren. El informe sobre soportes electrónicos e informáticos va acompañado de gráficos en los que se analizan tanto los datos de voz como las velocidades.

    El último tramo del trayecto

    El Alvia partió de Orense a 100 kilómetros por hora. Tres kilómetros después alcanzó los 200 km/h, velocidad de crucero que mantuvo hasta poco antes de llegar a Santiago. Junto a la hoja de ruta en la que el conductor revisaba las indicaciones del trayecto que iba a realizar y el cuadro de velocidades máximas, una señal le avisó en el kilómetro 77 de la proximidad de la curva de A Grandeira.
    En esta parte del recorrido situado a 10 km del punto donde se produjo el accidente, una sucesión de túneles de 700 metros cada uno desemboca en un largo viaducto. Este tramo precede al túnel de Santiago. Cuando el maquinista salió de este último, se encontró en la curva del fatídico suceso. Estaba a menos de 400 metros de este punto cuando se percató de que 3,5 kilómetros antes debía haber comenzado a frenar. Pero ya no había tiempo.

    Los instantes previos al accidente

    20:39:06h – El maquinista del Alvia S-730 con destino Ferrol, Francisco José Garzón, conducía a 199 kilómetros por hora cuando recibió una llamada de Antonio Martín Marugán, revisor del convoy. Nueve segundos después, comenzó la conversación entre ambos, sin que aminorase la velocidad del tren.
    Tal y como ha reconocido el propio Martín Marugán, le llamó para pedir al conductor que parara en una vía concreta de la estación de Pontedeume (A Coruña), donde el tren llegaría una hora y media después, para facilitar la bajada de una familia con hijos.
    20:40:48h – Se escucha un aviso acústico de "señal avanzada E'7-Vía Libre", que indicaba que estaba próxima una bifurcación, en este caso, de A Granderia. Este indicador dejó constancia de que el tren se aproximaba a Santiago de Compostela, más concretamente a un punto en el que el límite de velocidad es de 80 km/h.
    20:40:55h – Garzón seguió hablando por el teléfono. Entonces se registró el último sonido de la conversación registrada en la caja negra del tren, cuando se encontraba a 400 metros de la curva de la tragedia. En ese momento, según consta en el informe pericial, se escuchó "el último sonido de voz exclamativo del maquinista".
    En la grabación, se oye un largo grito del maquinista, que probablemente se percató de que se estaba acercando a la curva peligrosa en la que el límite de velocidad era menor al que circulaba. El tren circulaba a 195 kilómetros por hora exactamente.
    El informe asegura que en este instante se cortó la comunicación entre el maquinista y el revisor del tren.
    20:40:56h – El tren pasó por una baliza y se escuchó una nueva señalización acústica que advertía de nuevo al conductor del tren de que se aproximaba a la curva de A Grandería. El convoy se encontraba a menos de 500 metros del lugar el accidente.
    20:40:59h – Francisco José Garzón activó el freno de emergenciacuando el convoy que conducía circulaba a 195 kilómetros por hora.
    20:41:02h – El maquinista volvió a escuchar el aviso acústico de la baliza que le advertía de la proximidad de la curva de A Grandeira. Según el libro de ruta, en el kilómetro 84,171, donde la velocidad permitida es de 80 km/h, el tren circulaba a 160 km/h.
    20:41:06h – El convoy descarriló cuando circulaba a una velocidad de 179 kilómetros por hora en el punto kilométrico 84,413.
    20:41:17h – Acaba el sonido registrado en la caja negra.

    El interventor no se considera culpable

    El interventor del Alvia que descarriló el pasado 24 de julio en Santiago de Compostela, Antonio M.M., ha reconocido ante el juez instructor que llamó al maquinista momentos antes de registrarse el accidente ferroviario en Angrois. Desde el fin de la llamada hasta el descarrilamiento transcurrieron 11 segundos, según el informe de las cajas negras.

    Según ha informado el juzgado, en su declaración, que se prolongó durante poco más de una hora, el interventor admitió ser el autor de la llamada recibida por el maquinista.

    Antonio M.M., ha asegurado, antes de comparecer ante el juez, que tenía el móvil "en el bolsillo" cuando salió del tren siniestrado y que "en ningún momento" se consideró "culpable" del accidente en el que fallecieron 79 personas.

    Tras su declaración en calidad de testigo, el interventor ha rechazado hacer declaraciones a los medios de comunicación a su salida del juzgado, poco antes de las 12.00 horas. Abandonó el edificio judicial acompañado por cuatro policías que pidieron a los medios de comunicación "respeto" para el interventor quien, como han recordado, "aún tiene una costilla rota".

    Precisamente, a su llegada a las dependencias judiciales sobre las 9.15 horas --estaba citado para las 10.00 horas--, el interventor reconoció ante los medios de comunicación que no se encontraba "bien psicológicamente".

    Asimismo, también en una breve declaración a los medios, al ser preguntado por el auto de la citación, en el que el titular del Juzgado de Instrucción Número 3 de Santiago, Luis Aláez, considera que la actuación del interventor del tren siniestrado "en principio se presenta correcta, ajustada a los procedimientos del operados", Antonio M.M. ha señalado que "en ningún momento" se consideró "culpable".

    En concreto, Aláez argumenta que "la consulta al maquinista para saber si el tren podía circular por una determinada vía es algo normal --como el maquinista vino a admitir en su segunda declaración-- y no es causa del descarrilamiento que sufrió el tren, aunque se considere desafortunada por el lugar o momento en que se hizo".

    "Considero que la conducta del interventor de consultar al maquinista la posibilidad de acceso del tren a una determinada vía no es típica", asevera el juez, pero añade que, de los datos conocidos, se infiere que "la causa primordial del accidente fue la indebida conducción llevada a cabo por Francisco José G.A. por circular a una excesiva velocidad para la configuración del trazado de la vía en el lugar de Angrois".

    En la causa están personados Renfe, Adif y dos aseguradoras como responsables civiles y dos particulares como perjudicados. La posibilidad de personarse en la causa permanece abierta hasta que se dicte el auto por el que se da por concluida la instrucción.

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