La escalada de tensión en el conflicto de Gibraltar desatado esta semana entre España y Reino Unido alcanzó su punto más alto el pasado jueves. A última hora de la tarde se conocía la próxima llegada de una flota de la Royal Navy a las costas españolas, un anuncio que se había realizado el miércoles,en plenas conversaciones entre los Ejecutivos de Madrid y Londres para tratar de reconducir la situación.
Todos los principales periódicos españoles en papel llevaron la noticia a la portada de su edición del viernes, otorgándole más o menos espacio, varios de ellos con una amenazante imagen del portaaviones HMS Illustrioussurcando los mares. No ocurrió lo mismo en la prensa británica.
En la portada de The Times y en la deThe Guardian era imposible encontrar referencia alguna al conflicto. Diversos asuntos locales no dejaban ni siquiera un pequeño rincón a la cuestión de Gibraltar, considerada menos relevante. Tampoco la web de la BBC la incluía en su home.
Por su parte, The Telegraph, el diario que dio la primicia del envío de buques de la Navy y que ha adoptado una postura más beligerante, sí llevaba el tema a portada, pero lo ubicaba en un rincón, eclipsado por otros asuntos. Sólo The Independent concedía una foto en portada al conflicto. Naturalmente, las ediciones digitales del viernes sí se hicieron eco de las declaraciones de Mariano Rajoy en las que se reservaba "todas las medidas oportunas", pero sin grandes alardes.
Esta menor repercusión del asunto en los medios británicos ha sido una constante a lo largo de la semana, y es que desde el principio fueron varios los medios que mostraron un cierto escepticismo sobre el conflicto territorial desatado en el Peñón.
Ya el lunes, The Guardian publicóun editorial en el que calificaba la polémica de “distracción” y aseguraba que tanto España como Gran Bretaña tenían cosas más importantes de las que ocuparse, principalmente asuntos económicos. Más contundente fueel posterior artículo de David Mathieson, exasesor del Ministerio de Exteriores británico afincado en Madrid, que afirmaba abiertamente que el asunto no era más que una cortina de humo para el caso Bárcenas.
En la misma línea, el miércoles la BBC publicaba un artículo de su editor de Europa, Gavin Hewitt, en el que también se preguntaba si las tensiones en Gibraltar no serían una “útil distracción” para el Gobierno español, que aprovecharía para hacer olvidar las acusaciones de corrupción y la complicada situación económica.
Tampoco el semanario británico The Economist ha querido mostrar demasiado interés en la cuestión, pero sí que abrió una nueva vía de interpretación. Enun artículo publicado el pasado miércoles en el que recapitulaba los últimos episodios, aseguraba que el empeño de Gran Bretaña en mantener su soberanía en Gibraltar es la mejor noticia posible para España.
“Si los ingleses entregaran Gibraltar a España, los catalanes, que perdieron su autonomía después del Tratado de Utrech, lo considerarían un precedente interesante”, afirmaba la prestigiosa publicación.
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