Desde entonces el Papa llegado "del fin del mundo" no sólo se ha metido en el bolsillo a la mayoría de la gente (las encuestas señalan que al 92% de los italianos les gusta) sino que ya está llevando a cabo una pequeña revolución que hace presagiar que el suyo será un pontificado de fuerte cariz reformador y purificador. Estas son algunas de las innovaciones llevadas a cabo por Francisco en su primer mes como Papa.
1. El Papa de los pobres: En varias ocasiones Francisco ha dejado ya claro que le gustaría ser el Papa "especialmente de los pobres" y que quiere una Iglesia "pobre y para los pobres". Y está actuando en coherencia, rehuyendo ostentación.
2. No al apartamento pontificio: Francisco se niega a vivir en el lujoso y amplio apartamento pontificio en el que desde 1903 han residido todos los pontífices. Dice que es demasiado grande para él y, sobre todo, que ahí se sentiría aislado. Sigue viviendo en Santa Marta, la residencia para eclesiásticos dentro del Vaticano en la que se alojaron los cardenales durante el cónclave y donde paran muchos obispos y monseñores a su paso por Roma.
3. Almuerza en el comedor común: El Papa come en el mismo comedor de la residencia Santa Marta en el que lo hacen los religiosos que se hospedan en el mismo a su paso por Roma. Hace unos días, de hecho, salió a relucir una foto en el que se le veía sentado a una mesa mientras almorzaba. La foto la hizo con su teléfono móvil monseñor Franco Agnesi que, como hacen muchos de los eclesiásticos que pasan por Santa Marta y ven al Papa, no se pudo resistir a retratar al pontífice en la normalidad de su vida diaria. La diferencia es que él colgó la foto en su cuenta de Facebook.
4. Misas abiertas al público: Los Papas siempre han comenzado el día con una misa, que celebraban en su capilla privada y a la que asistía sólo un puñado de privilegiados. Francisco oficia misa en la capilla de la residencia Santa Marta y la misma está abierta a cualquier empleado del Vaticano que desee ir. Concluida la ceremonia, suele saludar uno por uno a los asistentes y a veces se sienta con ellos en los bancos a hablar.
5. Obispo de Roma, no Papa: Francisco no sólo se ha empeñado en ser llamado Francisco a secas, rechazando el pomposo Francisco I. Además insiste en que es obispo de Roma más que Papa. Esa actitud de humildad ha hecho que un patriarca de Constantinopla, el actual Bartolomeo I, acudiera a la misa de inicio de su pontificado por primera vez desde 1054, cuando la iglesia ortodoxa se separó de la católica.
6. Lavatorio de pies a presos juveniles (incluidas mujeres y musulmanas): El pasado Jueves Santo Francisco se convirtió en el primer Papa que cumplía con el rito del lavatorio de pies en un centro de detención de menores. Pero no sólo lavó los pies de los jóvenes presos sino que, además, entre ellos había dos mujeres. Una de ellas, musulmana. Un gesto que ha sentado mal a los tradicionalistas.
7. No se sienta en el trono: Desde el primer momento Francisco ha rechazado sentarse en el trono resevado a los Papas.
8. No lleva el crucifijo y el anillo de oro Se niega a ponerse sobre el pecho la cruz de oro característica de los Papas. Lleva colgada del cuello la misma cruz de metal que lucía antes de convertirse en pontifice. Además, el anillo de pescador que ha elegido es de plata bañada en oro y aún así, siempre lleva el anillo de plata que llevaba en sus tiempos de arzobispo de Buenos Aires.
Los zapatos del Papa.| Reuters
9. Sus gastados zapatos negros: lleva unos normalísimos zapatos negros, en lugar de los lujosos zapatos de fina piel roja realizados a medida que calzaba su precedesor en sus apariciones públicas y que había recuperado del antiguo ropero papal.
10. Gesticula, besa, abraza, toca: Francisco hace gala de una gestualidad y de una corporeidad poco habituales en un Papa. Toca con natualidad a la gente con la que se relaciona, la abraza, la besa. Ha rechazado el papamóvil y se mueve entre la plaza de San Pedro en un jeep abierto. Además, se baja muchas veces del vehículo para saludar a la gente (sobre todo a los enfermos y a los discapacitados). Trae de cabeza a los servicios de seguridad del Vaticano.
11. Sin terciopelo ni armiño: Francisco no se ha puesto en ningún momento sobre los hombros la muceta de terciopelo rojo rematada con armiño blanco que los sastres de Gammarelli habían preprado para el nuevo Papa.
12. Lenguaje claro, directo y desde el corazón: Benedicto XVI era el Papa de la razón. Las homilías e intervenciones de Francisco probablemente adolecen del espesor intelectual y teológico de las de su predecesor. Pero, a cambio, son directas y accesibles y con frecuencia consiguen emocionar. A Francisco le gusta improvisar, citar a su abuela como experta en teología y en ocasiones intercala bromas y chistes. "Habéis trabajado, ¿eh?", le soltó por ejemplo a los periodistas en el encuentro que mantuvo con ellos justo después del cónclave.
13. Respeto hacia los ateos: Francisco está dando muestras de enorme respeto hacía los ateos. Durante el encuentro que celebró con los 5.300 periodistas que cubrieron el cónclave en el que salió elegido Papa les ofreció una bendición silenciosa para no ofender a los no creyentes ni a los que practican otras religiones.
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