La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha afirmado este sábado, en alusión a los escraches contra integrantes de su partido, que "jugar a la cacería" o a que "la diana sea el político" es "ir contra la política y por tanto contra la democracia", y ha añadido que "no se consigue nada acosando" y ha añadido que "tratar de violentar el voto es nazismo puro".
Cospedal se ha expresado así en la clausura de la segunda jornada de debate con la sociedad organizada por el PP y titulada"Los políticos no son el problema", en la que ha asegurado que "los acosos, la violencia física y verbal, los ataques a las personas, a sus viviendas y a sus familias no reflejan más que un espíritu totalitario y sectario".
Aseguró que ese espíritu recuerda a la España de los años 30. Cospedal ha asegurado que en los años previos a la Guerra Civil y en otros momentos de la historia española "se iba a señalar a las casas a ciertas personas por pertenecer a determinados grupos". "Y decían: están ahí y tenéis que ir a atacar. ¿Pero esto qué es? ¿Qué es esto de tratar de violentar el voto?", ha agregado, para responder: "Esto es nazismo puro".
La dirigente 'popular' ha añadido que "por muy loable" que pueda ser la causa de quienes acuden a estos actos, "pierde todo el sentido cuando se ejerce la violencia". "No refleja más que un espíritu totalitario y sectario y es lo más contrario a la democracia".
María Dolores de Cospedal ha explicado que el PP tiene la responsabilidad de devolver la confianza a los españoles en las instituciones y en la política. "No es fácil, porque algunos están empeñados en que esa confianza no vuelva", ha dicho. "Y no se consigue nada acosando", ha añadido, para aclarar que se niega a emplear la palabra escrache cuando se quiere decir acoso.
A su juicio, es además injusto que se produzcan contra un partido "que por primera vez" se preocupa de los desahucios y que tramita una ley hipotecaria con medidas para evitarlos. "Y hoyse está persiguiendo a aquellos que están tratando de ayudar a los desahuciados por aquellos que antes no hicieron nada", ha agregado.
La secretaria general ha asegurado que el PP quiere "hablar de lo que habla la sociedad", en este caso, la política y la corrupción. Citando a Margaret Thatcher, ha asegurado que el objetivo de un partido político es llevar "armonía donde hay disturbios, la verdad donde hay errores, fe donde hay dudas y esperanza donde hay desesperación". Ha reivindicado estas organizaciones como instrumentos imprescindibles para la democracia y ha advertido del peligro de ponerlos "en la diana".
Tras afirmar que no iba a usar la palabra escrache porque no le gusta, la dirigente popular ha señalado que el Gobierno de Mariano Rajoy "por primera vez en España se ocupa de las personas que sufren un desahucio" frente a otros que "nunca hicieron nada".
González Pons: "No somos vecinos incómodos sino elegidos"
El vicesecretario general de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, ha moderado el acto, organizado como un intercambio de opiniones bajo el título de "Los políticos no son el problema" y que es el segundo de los debates organizados dentro de la campaña 'Juntos podemos'.
González Pons ha asegurado que el PP "es consciente" de la desafección hacia la política y de que debe ser ejemplar. "No somos vecinos incómodos, somos vecinos elegidos, no somos vecinos señalados", ha añadido, en alusión a los escraches que se están produciendo en los últimos días.
A su juicio, parte de lo que pasa es culpa de un PSOE "huérfano de ideas, seco de ideas, que está permitiendo que la calle lidere lo que Rubalcaba no es capaz de liderar en el parlamento", ha dicho. Y ha aprovechado para rechazar la reforma fiscal que está presentado el Partido Socialista. "No se trata de que los que trabajan paguen más, sino que de que trabajen más para que paguen menos", ha dicho, para acusar a los socialistas de presentar como nuevos proyectos que ya habían planteado en el pasado.
El diputado Antonio Gállego ha tomado también la palabra para pedir "parar más pronto que tarde" los escraches, actos de "lapidación" que requieren "mano de hierro y guante de seda" por parte de las autoridades, a las que ha apelado a intervenir.
"Hace un mes que vivo en el escrache, vivo en Cataluña, y lo estamos pasando muy mal en las últimas semanas. Quiero pedir que el partido esté más firme que nunca. Algunos quieren que no haya políticos, pero no se sale de esta sin políticos", ha dicho.
Su compañero de filas Pablo Casado ha añadido que los escraches forman parte de una "hoja de ruta" contra el PP diseñada por la izquierda y los nacionalistas. "Lo hacen con métodos violentos. No es nuevo", ha dicho. "Es pura ingeniería social. Lo hacen con un fin, recuerdan demasiado a la España o la Alemania de los 30. Lo primero que hay que hacer es cumplir la ley, empezando por la propiedad privada", ha dicho.
Entre los que han tomado la palabra se ha encontrado además un hijo de Manuel Jiménez Abad, asesinado por ETA, o el alcalde de Ezcaray (La Rioja). También Marta Morgadas, concejal del PP en Cataluña en un pueblo de 2.000 habitantes, en el que ha asegurado que se ve a los 'populares' "como un bicho raro, es un problema". Ha asegurado que el caso Bárcenas les afecta "más" allí, por las críticas de los vecinos. "La ley de transparencia se tien e que echar para adelante", ha reclamado.
En el acto han participado el exministro José María Michavila, el exministro Rodolfo Martín Villa y la periodista Isabel Durán, que han expuesto su punto de vista sobre cómo ha evolucionado la apreciación de la política, su desprestigio y el problema de la corrupción.
Martín Villa ha explicado que se está produciendo una reivindicación de la Transición a su juicio "desmesurada", porque también tuvo sus problemas, aunque ha admitido que los ciudadanos echan de menos "cierta complicidad en lo fundamental, al menos entre los dos grandes partidos".
El exdririgente político ha apelado a la complicidad para resolver los grandes retos, desde el económico al sistema electoral. Sobre este último asunto ha defendido que la estructura de los partidos se democratice, ha reclamado su financiación exclusivamente pública y que la Intervención General del Estado "entre en los partidos políticos exactamente igual que en el Ministerio de Agricultura".
También ha asegurado que no entiende por qué los asuntos que deberían restringirse al debate político "se llevan a los juzgados de guardia". "No sé si esto se puede hacer por ley, o por costumbre política, pero algo de eso hay que hacer porque entramos en un contrasentido: hay que restaurar el prestigio de los políticos, pero el debate lo destroza todo. Ahí la complicidad es necesaria", ha insistido.
Por último, ha pedido que se haga "algo con firmeza" con respecto al nacionalismo catalán, también con respecto a la renovación de los órganos judiciales, para evitar la politización del Tribunal Constitucional, y a buscar "otro Senado". Y ha reclamado que se haga todo ello con el acuerdo de otros partidos "aunque alguna de estas cosas con la mayoría absoluta se pudieran resolver".
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