Un principio de acuerdo. De momento es lo máximo a lo que han llegado los líderes de la UE. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, propuso hoy a los Veintisiete aplicar un nuevo recorte de 13.000 millones de euros al marco presupuestario plurianual para la Unión Europea (UE) de 2014 a 2020, que se suma a los 80.000 millones de euros ya planteados en noviembre.
Este "tijeretazo" situaría los compromisos comunitarios en 960.000 millones de euros, lo que supondría una reducción del techo de gasto durante los próximos siete años de 33.000 millones de euros respecto al anterior periodo presupuestario (2007-2013), dijeron fuentes comunitarias.
Las nuevas cifras planteadas por Van Rompuy a los jefes de Estado y de Gobierno europeos establecen un total de 908.000 millones de euros para pagos, con la posibilidad de añadir 12.000 millones de forma extraordinaria, agregaron las fuentes.
Tras nueve horas de cumbre, precedida por seis horas de encuentros bilaterales entre los líderes europeos, esta nueva propuesta busca un compromiso entre las exigencias de varios países, encabezados por Reino Unido, que presionaba a favor de un recorte de 30.000 millones de euros adicionales, y los socios que defendían un presupuesto menos austero.
Este "tijeretazo" situaría los compromisos comunitarios en 960.000 millones de euros, lo que supondría una reducción del techo de gasto durante los próximos siete años de 33.000 millones de euros respecto al anterior periodo presupuestario (2007-2013), dijeron fuentes comunitarias.
Las nuevas cifras planteadas por Van Rompuy a los jefes de Estado y de Gobierno europeos establecen un total de 908.000 millones de euros para pagos, con la posibilidad de añadir 12.000 millones de forma extraordinaria, agregaron las fuentes.
Tras nueve horas de cumbre, precedida por seis horas de encuentros bilaterales entre los líderes europeos, esta nueva propuesta busca un compromiso entre las exigencias de varios países, encabezados por Reino Unido, que presionaba a favor de un recorte de 30.000 millones de euros adicionales, y los socios que defendían un presupuesto menos austero.
El recorte planteado se mantiene dentro de la horquilla prevista en la víspera de la cumbre presupuestaria en Bruselas, donde los cálculos apuntaban a una reducción suplementaria de entre 10.000 y 15.000 millones de euros.
Queda por ver si la nueva propuesta de Van Rompuy reúne los apoyos suficientes entre los Estados miembros para salir adelante, tras lo que deberán continuar las discusiones para decidir qué partidas se verán afectadas por este nuevo recorte.
Fuentes diplomáticas consideraron antes del encuentro que la partida más afectada por recortes adicionales sería la destinada a "Conectando Europa" (dentro del capítulo 1a), el mecanismo de financiación de proyectos de transporte, energía y telecomunicaciones de la UE.
Las nuevas cifras también deberán contar con el respaldo del Parlamento Europeo. Su presidente, Martin Schulz, advirtió al principio de la cumbre de que la Eurocámara está dispuesta a vetar unas cifras que se aproximaran a las finalmente propuestas por Van Rompuy.
6.000 millones para jóvenes desempleados
Herman Van Rompuy, propuso hoy destinar 6.000 millones de euros dentro del marco presupuestario de la UE para 2014-2020 para las regiones que superen un 25% de la tasa de desempleo juvenil, como sucede en trece regiones. Alcanza sus cotas máximas en Grecia y España, ambos con un paro juvenil en torno al 55%, según datos de Eurostat.
"La decisión se ha tomado en reconocimiento de la particularmente difícil situación de los jóvenes en algunas regiones", de manera que aquellas que presenten una tasa de desempleo mayor al 25% podrán beneficiarse de esta iniciativa.
De aprobarse, esta iniciativa estará dotada con 3.000 millones de euros procedentes del Fondo Social Europeo (FSE) y los otros 3.000 millones vendrían de la partida destinada a empleo juvenil, que se enmarca en el capítulo dedicado a los fondo de cohesión económica, social y territorial.
La financiación propuesta por Van Rompuy apoyará las medidas destinadas a favorecer el empleo juvenil que la Comisión Europea ya propuso el pasado diciembre, entre las que destaca la "garantía juvenil", que pretende que ningún joven menor de 26 años pase más de cuatro meses sin empleo, prácticas ni formación.
"El presupuesto de la UE debe movilizarse para apoyar estos esfuerzos", señala el documento. El borrador debe recibir aún el visto bueno de los Veintisiete, y posteriormente deberá ser también validado por el Parlamento Europeo (PE).
"La decisión se ha tomado en reconocimiento de la particularmente difícil situación de los jóvenes en algunas regiones", de manera que aquellas que presenten una tasa de desempleo mayor al 25% podrán beneficiarse de esta iniciativa.
De aprobarse, esta iniciativa estará dotada con 3.000 millones de euros procedentes del Fondo Social Europeo (FSE) y los otros 3.000 millones vendrían de la partida destinada a empleo juvenil, que se enmarca en el capítulo dedicado a los fondo de cohesión económica, social y territorial.
La financiación propuesta por Van Rompuy apoyará las medidas destinadas a favorecer el empleo juvenil que la Comisión Europea ya propuso el pasado diciembre, entre las que destaca la "garantía juvenil", que pretende que ningún joven menor de 26 años pase más de cuatro meses sin empleo, prácticas ni formación.
"El presupuesto de la UE debe movilizarse para apoyar estos esfuerzos", señala el documento. El borrador debe recibir aún el visto bueno de los Veintisiete, y posteriormente deberá ser también validado por el Parlamento Europeo (PE).
Una Cumbre plagada de diferencias
La Cumbre se retrasó casi seis horas debido a sus fuertes divergencias. "Tenemos que llegar a un acuerdo presupuestario para lo que queda de decenio. Simplemente tenemos que hacerlo", subrayó el presidente del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, al dar por iniciada la reunión.
Los encuentros bilaterales que Van Rompuy mantuvo en esas seis horas con las diferentes delegaciones y en las que, en algunas de ellas, estuvieron presentes los presidentes de la Comisión y el Parlamento europeos escenificaron las profundas divisiones entre el Norte y el Sur de Europa.
Los líderes tienen que decidir sobre las cifras del presupuesto comunitario de los próximos siete años, que es inferior al billón de euros y que representa menos del 1 % del Producto Nacional Bruto (PNB) del conjunto de los Veintisiete.
"Antes de que nos metamos de lleno en la negociación,tengamos en mente que necesitamos un presupuesto para el futuro, que esté centrado en el crecimiento y la creación de empleo para los jóvenes", señaló Van Rompuy.
El presidente del Consejo agregó que tiene que ser "un presupuesto efectivo para crear empleo y afrontar la crisis". "Necesitamos un compromiso, pero todavía no estamos ahí. Empecemos a trabajar", señaló el Van Rompuy, que abrió la reunión en el mismo punto en que quedó en noviembre pasado, cuando la anterior cumbre sobre presupuestos fracasó.
El proyecto presupuestario de noviembre, que prometió "matizar" pero del que no presentó nuevas cifras durante sus reuniones bilaterales, contempla la suma de 973.000 millones de euros, 80.000 millones menos que la propuesta presentada por la Comisión Europea (CE) y 20.000 millones menos respecto al presupuesto de 2007-2013.
No se descarta, según fuentes diplomáticas, que Van Rompuy en las nuevas cuentas proponga un recorte adicional de entre 10.000 y 15.000 millones de euros, un 'tijeretazo' suplementario que ya algunas delegaciones han señalado que no aceptarán.
Los líderes tienen que cerrar un presupuesto que sirva para 28 países miembros, ya que Croacia se incorporará al club comunitario el próximo 1 de julio. Tendrán que ser unas cuentas que promuevan el crecimiento y el empleo, al tiempo que sean rigurosas en el gasto, dos factores que complican un acuerdo.
La división entre Norte y Sur
Los Estados miembros llegaron muy divididos a la cumbre, con una clara diferencia entre países como España, Italia y Francia, que rechazan recortes y abogan por que los fondos europeos sigan sufragando las políticas agrarias y de cohesión, y, por otro lado Reino Unido, Holanda, Alemania, Suecia y Finlandia, que defienden más austeridad presupuestaria.
"Cada uno defiende sus intereses, pero el consenso debería ser la perspectiva", afirmó a su llegada el canciller austríaco, Werner Faymann, que agregó que en medio de la crisis y "con tantos desempleados sería un fracaso no llegar a un acuerdo".
El primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, compartió esa opinión al afirmar que si los líderes no logran el consenso demuestran al exterior que son "incapaces" de acordar sus propias finanzas en un momento de crisis y de incertidumbre en los mercados financieros.
Si los mandatarios europeos no lograran un acuerdo sobre el presupuesto, tendrían que celebrar otra cumbre, algo complicado ante la cercanía de las elecciones alemanas, o aprobar un marco financiero anual. Además, aunque consiguieran un acuerdo, las cuentas tendrían que lograr la luz verde de la Eurocámara, que ya ha amenazado con vetar cualquier presupuesto que no atienda sus peticiones claves en materia de generación de crecimiento y empleo.
Los Estados miembros llegaron muy divididos a la cumbre, con una clara diferencia entre países como España, Italia y Francia, que rechazan recortes y abogan por que los fondos europeos sigan sufragando las políticas agrarias y de cohesión, y, por otro lado Reino Unido, Holanda, Alemania, Suecia y Finlandia, que defienden más austeridad presupuestaria.
"Cada uno defiende sus intereses, pero el consenso debería ser la perspectiva", afirmó a su llegada el canciller austríaco, Werner Faymann, que agregó que en medio de la crisis y "con tantos desempleados sería un fracaso no llegar a un acuerdo".
El primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, compartió esa opinión al afirmar que si los líderes no logran el consenso demuestran al exterior que son "incapaces" de acordar sus propias finanzas en un momento de crisis y de incertidumbre en los mercados financieros.
Si los mandatarios europeos no lograran un acuerdo sobre el presupuesto, tendrían que celebrar otra cumbre, algo complicado ante la cercanía de las elecciones alemanas, o aprobar un marco financiero anual. Además, aunque consiguieran un acuerdo, las cuentas tendrían que lograr la luz verde de la Eurocámara, que ya ha amenazado con vetar cualquier presupuesto que no atienda sus peticiones claves en materia de generación de crecimiento y empleo.
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