Desahucios

Más de un millón cuatrocientas mil firmas llegaron al Congreso de los Diputados a exponer su derecho constitucional y legal a presentar una Iniciativa Legislativa Popular para debatir el tenebroso mundo de las hipotecas y la trágica realidad de los desahucios.

Cada tres horas se produce una orden de desahucio en España. La realidad, llevada al extremo, cuando llegan los funcionarios hasta la puerta de tu casa es mucho menor, pero aún así tan abundante como cruel.

Unos bancos que obtuvieron cuantiosas plusvalías incitando a soñar con el paraíso de la propiedad y el placer de la especulación. Instituciones financieras que tomaban prestado el ahorro de los residentes fuera de España para repartirlo con alegría a tantos españoles que pecaron tan solo de querer tener un techo.

Los bancos son responsables porque son capaces de cobrar intereses de demora que llegan hasta el veinticinco por ciento (han leído bien).  Intereses abusivos, ejemplos de la usura y la peor gestión, que abocan sin remedio al desahucio a muchos españoles.

Una España capaz de prestar a sus bancos para salvarlos al cero por ciento (FROB), y, sin embargo, darle la espalda a muchas familias que no tienen donde ir. Una España incapaz de reformar una Ley Hipotecaria y a ayudar a la gente a ser sobre todo gente.

Cuando la política se convierte en el arte de poner la diana por donde pasa la flecha, cuando las prioridades de los legisladores no son las de los ciudadanos, los que menos tienen son los que más sufren la consecuencia de la maldad de unos y de la inconsciencia de otros.

El debate no es sobre si Ada Colau amenazó a sus señorías o insultó a algún financiero de presunto prestigio. El debate es sobre la democracia y sobre la prosperidad, sobre la libertad y sobre la igualdad, en suma, sobre la soberanía de la gente y el derecho a vivir en un lugar digno donde tener una familia.