El torero que trae de cabeza a Belén Esteban tenía disecados en su casa los animales, que adornaban las estancias de la que quizá sea la finca más conocida de España, 'Ambiciones'. Los guardias civiles entraron en los predios de Jesulín a raíz de una denuncia que presentó una asociación protectora de animales. Los ambientalistas vieron en televisión los trofeos de caza y comunicaron los hechos a la Guardia Civil. En cumplimiento de las diligencias, los uniformados requirieron al diestro la documentación sobre las fieras, y a la vista de que el de Ubrique carecía de los papeles pertinentes, no tuvieron más remedio que requisar las piezas. A estas alturas Jesús Janeiro debería tener más cuidado en lo que atañe a asuntos cinegéticos. Su esposa, María José Campanario ya tuvo un disgusto cuando estuvo a punto de perder un ojo con la mira telescópica de un rifle, a causa del retroceso que experimentó al ser disparada.
Decir caza y Jesulín es mentar la bicha. El matador no se conforma con dar la puntilla a los astados, sino que además quiere abatir a escopetazo limpio a otros espécímenes animales. Lo malo es que esta afición le está concitando muchas querellas, sobre todo con el Partido Antitaurino Contra el Maltrato Animal (PACMA), al que tiene en su contra desde que se le vio cazando conejos con hurones, cuyo uso está restringido. Como en el caso que nos ocupa no se estaba utilizando a esa especie para extinguir una plaga de conejos, su uso era ilegal.
Lástima que nadie comprenda al dueño de 'Ambiciones'. Él ama a los animales, pero una vez que han pasado por las manos expertas del taxidermista. El caso es que no es la primera polémica con los ecologistas que tiene el famoso extorero. Hace unos cinco años, la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía, de común acuerdo con las sociedades protectoras y los colegios veterinarios de Andalucía, promulgaba un decreto por el que, bajo sanciones de 115.000 euros, prohíbía la tenencia doméstica de mascotas salvajes o exóticas que puedan poner en riesgo la integridad de personas o del medio ambiente. Por esa regla de tres, Jesulín de Ubrique no podrá tener de nuevo en casa un tigre. El suyo, 'Currupipi', ya había muerto por aquellas fechas y, convenientemente disecado en posición rampante, preside desde entonces también el pabellón de caza de su finca, aunque hay quien dice que algunos irrespetuosos visitantes utilizan sus patas como perchero. Hubo quien, más tarde, apodó a Humberto Janeiro, el padre de Jesulín, el 'Tigre de Ambiciones'. El círculo se cierra.
Pese a los malos tragos que le ha procurado su pasión por la caza, lo cierto es que si no hubiera sido por ella jamás habría conocido a la que hoy es su mujer. En 2001 sufrió un accidente de tráfico que le dejó postrado y con tres vértebras dañadas cuando regresaba de una cacería. El torero fue rápidamente ingresado en el hospital Virgen del Rocío y se sometió a un proceso lento de recuperación. Fue en ese momento cuando conoció a María José Campanario, responsable de las dichas del diestro y de los berrinches de la Esteban.
El comercio.es
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