La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, acudió durante la tarde de este martes, 1 de enero, a la cárcel del Segovia para visitar al dirigente de Nuevas Generaciones del partido en Madrid, Ángel Carromero, que desde el 29 de diciembre se encuentra recluido en esta prisión después de ser trasladado desde Cuba, donde fue condenado.
Aguirre llegó al penal acompañada por la vicesecretaria de Organización del PP regional, Gádor Ongil, y por el presidente de Nuevas Generaciones de Madrid, ex asesor de José María Aznar y diputado en el Congreso, Pablo Casado. Los tres defendieron que Carromero debe salir de prisión ya que los cargos por los que Cuba le impuso la pena de cárcel (conducía el coche que sufrió el accidente en el que murieron dos personas) no existe en el código penal español.
A su salida, Aguirre aseguró que el militante del PP está "muy tocado" y que quiere acceder en cuanto pueda al tercer grado para acudir a la cárcel solo a pernoctar. A continuación, solicitó una "investigación internacional" sobre el caso porque Carromero fue sometido a "tortura" y condenado por una "dictadura comunista". "Yo no reconozco justicia ninguna en la isla de Cuba. Es una tiranía. Hemos tenido que aceptar la sentencia para que Ángel pisase España", sentenció.
La expresidenta de la Comunidad de Madrid ya acudió a la prisión el pasado día 29, cuando Carromero fue internado al llegar desde Cuba, aunque aquel día no pudo hablar con él debido a que el reglamento establece que cuando llega un nuevo recluso en un centro, solo pueden visitarle sus familiares, siempre y cuando demuestren su parentesco. El resto de las visitas tienen que ser explícitamente solicitadas por el interno, y después tiene que ser el director de la cárcel quien dé el visto bueno a su petición.
A las puertas del recinto, Aguirre aseguró aquel día que el militante del PP "no es un delincuente según la ley española".
Repatriado por convenio bilateral
Carromero llegó a Madrid el pasado día 29 de diciembre, y desde allí fue trasladado a la cárcel de Segovia, para cumplir la condena que le fue impuesta en Cuba por la muerte de los opositores cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero en un accidente de tráfico en el que el dirigente de Nuevas Generaciones conducía el vehículo siniestrado.
Su traslado a España es fruto de la aplicación del convenio bilateral de ejecución de sentencias penales que España y Cuba mantienen desde 1998 y que establece que las penas impuestas en Cuba a nacionales de España podrán ser realizadas en centros penitenciarios españoles.
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