Un bocado dulce frente a un panorama amargo. Cualquiera que visite una pastelería de la ciudad durante estos días los puede ver, como protagonistas de todos los mostradores. Se trata de los huesos de santo y los buñuelos de viento, los dulces típicos para la celebración de la festividad de Todos los Santos y Difuntos.
«Son una tradición que no se ha perdido y que no debe perderse». Así lo aseguraba ayer Felisa Herrero mientras compraba medio kilo de buñuelos rellenos de crema para ella y su marido y otro medio kilo para su hija y su familia. Como Felisa, muchos pacenses se acercan en estas fechas a las pastelerías para adquirir estos manjares que marcan el sabor de la fecha, «el primer toque del mazapán antes de la navidad y el bocado de crema más dulce», como lo define Antonio Martínez, propietario de una de las pastelerías más tradicionales de la capital, La Cubana.
Tal y como señala este pastelero, a pesar de los difíciles momentos económicos que atraviesan los ciudadanos, los pacenses no han perdido esta tradición, aunque sí otras como la petición de tartas para la celebración de otras festividades como San José, Santa María, San Juan o San Pedro.
Sin embargo, los huesos y los buñuelos se mantienen. Tan es así que para estos días, solo esta pastelería ha preparado un total de 300 y 500 kilos de huesos y buñuelos respectivamente. Y es que, aún siendo hoy el día por excelencia para la compra de estos dulces típicos, están a la venta desde hace más de una semana.
«Cada vez se venden antes», asegura Jaime Cobo, gerente de la pastelería Ansorena. Según detalla, sus clientes siguen acudiendo prácticamente al mismo nivel que durante los últimos años a por estos dulces e incluso con mayor antelación. «Hace una semana que los ofrecemos y los tendremos unos días más». Además, para los paladares más exclusivos, las pastelerías han ampliado su oferta añadiendo otros sabores. «Aunque los buñuelos son por tradición de crema, también los hacemos de nata, de trufa o de chocolate, que se ha convertido en uno de los preferidos», indica Luisa Aicha, gerente de la pastelería El Paraíso de las Tartas.
Pero para que los pacenses puedan disfrutar de estos mazapanes rellenos de yema y de los buñuelos de viento, los pasteleros hacen un gran esfuerzo. Según cuenta Martínez, en especial los huesos de santo, son dulces muy elaborados, que llegan a pasar entre seis y siete veces por las manos de su creador antes de poder ponerse a la venta. Por este motivo, figuran como unos de los dulces más caros. Los precios oscilan en una tabla bastante variada, desde los 18 euros el kilo hasta los 29 en el caso de los buñuelos y desde los 23 hasta los 30 euros el kilo los huesos de santo, lo que crea una media de 23 y 26 euros el kilo de media.
Del buñuelo al polvorón
Y al igual que la festividad de los Santos y los Difuntos, cada fecha del calendario dispone de su repostería más típica. Por eso, los pasteleros ya tienen en mente su próximo protagonista, el polvorón. «Dejaremos una pequeña transición de una semana y a por los polvorones de navidad, que la gente ya viene a preguntarnos por ellos», apunta el gerente de Ansorena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario