Solo un día después de la desgraciada tragedia que costó la vida a tres jóvenes en el Madrid Arena, la hermana de la malograda Katia Esteban Casielles, de orígenes asturianos, llamó por segunda vez a un programa de televisión pidiendo justicia. Tania Esteban, nacida en Gijón, lanzaba a través del espacio 'Espejo Público', de Antena 3, una llamada a todos los asistentes a la fiesta de Halloween, a quienes pidió que le hiciesen llegar los resguardos de la compra de sus entradas para comprobar si se había excedido el aforo del pabellón, ya que la organización se quedaba con los pases al acceder al recinto.
Precisamente este hecho, el que fuesen los porteros quienes se quedaban con las entradas sin cortar, hizo sospechar a la joven que la organización «pudo volver a venderlas». La joven, cuya familia -reconoció- aún no se había repuesto «de la pérdida de nuestra madre», hace dos años, enfrenta ahora la muerte de Katia, de tan solo 18 años. Por eso, insistió en pedir que «todo el mundo que tenga un justificante o un ticket de compra que demuestre que estuvo allí nos lo haga llegar».
Con Tania aún al teléfono, uno de los jóvenes que estaban con la fallecida en el momento del aplastamiento, Cristian, relató en plató cuáles fueron sus últimas palabras. «Antes de fallecer, me dijo que quería mucho a su padre», contó. «Estábamos todos a presión, era imposible moverse. Estábamos saliendo, nos encontramos eso y ya no pudimos hacer nada», se lamentó Cristian.
Dos amigas de Tania han sido las encargadas de organizar la recogida de resguardos que, solicitan, sean enviados a la dirección de correo electrónico tec_01@hotmail.com, para demostrar que «en ese sitio había más personas de las permitidas».
También ellas exigieron ayer que se «haga justicia» y que lo ocurrido «no quede en un simple concierto más, porque se han roto tres familias». Las jóvenes denunciaron además que no se efectuaron registros a la entrada: «Si lo hacen en un partido de fútbol» deberían hacerlo «en un sitio donde hay 20.000 personas encerradas», argumentaban. Además, quisieron destacar la falta de vigilancia que pudo permitir la introducción de grandes objetos en el recinto. Resaltaron que dentro de la fiesta «estaba toda la gente súper pegada» y que no se podía respirar, para remarcar que «había demasiada gente, el aforo no era legal».
Ayer ya circulaba por la red la convocatoria de un homenaje a Katia, incinerada ayer en el Tanatorio de La Paz. Será, según algunos de sus allegados colgaron en Twitter, en el nuevo pabellón de la localidad madrileña donde residía, Daganzo, a partir de las 17 horas.
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