Al PSOE se la ha abierto un nuevo frente en Madrid con una de las federaciones más díscolas. La crisis económica que atraviesa el PSM fruto de la pérdida de poder en las últimas elecciones municipales y fruto también de una deficiente gestión por parte del equipo de Tomás Gómez ha llevado a la formación a un punto de no retorno en el que Ferraz ha tenido que tomar cartas en el asunto. La situación es tan delicada que el PSM ha llegado al extremo de no poder pagar las cuotas de la Seguridad Socialde los cerca de 40 trabajadores que tiene en nómina tanto en la oficina de Callao como en la Asamblea de la Comunidad de Madrid. Los impagos del ex alcalde de Parla amenazan, sin embargo, a la viabilidad de todo el partido.
La voz de alarma más grave se lanzó por parte de Ferraz a finales de septiembre a través de una carta remitida a todas las agrupaciones del PSM de la Comunidad de Madrid y escrita por el gerente nacional del partido. En ella, se explica que como el PSM no ha pagado las cuotas de la seguridad social de sus trabajadores, Ferraz se ve en la obligación de retener el 74,05% de las cuotas de los afiliados que corresponden a dichas agrupaciones. La medida, que apuntala la ya de por sí maltrecha situación de las propias delegaciones, es tan drástica porque, como explican voces internas del PSM, las irregularidades económicas de Gómez y su equipo ponen en aprietos a todo el PSOE. Y es que el partido podría ver canceladas todas las subvenciones que recibe en toda España si una sola de las federaciones territoriales no cumple con sus obligaciones con la Seguridad Social.
Esta situación ha sido la gota que ha colmado la paciencia del secretario de Organización de Ferraz, Óscar López, y del aparato del PSOE, que desde hace meses está siendo testigo de las deficiencias en las cuentas del PSM. La explicación es sencilla: todo el partido, salvo el PSC, que funciona de forma independiente, comparte el mismo NIF y es así cómo de un tiempo a esta parte, las facturas impagadas por Callao se han ido acumulando a las puertas de Ferraz.
1,8 millones en gasto de personal
El pasado 16 de septiembre, Tomás Gómez celebró el Comité Regional del PSM en el que, con nueve meses de retraso, presentó el presupuesto del partido para 2012. En esas cuentas, según explican dirigentes del partido presentes en aquella reunión, los gastos de personal ascienden a 1,8 millones de euros. “En el presupuesto solo presentaron una relación de ingresos y gastos sin ninguna explicación”, señalan las citadas fuentes. “Los ingresos son extraordinarios, mientras que los gastos son corrientes. Los ingresos eran el doble de los ingresos habituales y eso quiere decir que esto está en quiebra”, añaden.
Las cuentas salieron adelante con el 36% de los votos en contra, síntoma de que las grietas internas del PSM todavía no se han cerrado un año después de las primarias y de que Tomás Gómez todavía sigue teniendo una fuerte contestación entre los suyos. La situación de las cuentas ha hecho también que la actual secretaria de administración del PSM, Rosa Alcalá, haya pedido nuevas cuotas extraordinarias a los cargos públicos del partido tanto en julio, como en septiembre.
La considerable merma de los ingresos por la pérdida de poder territorial hizo pensar en la posibilidad de tener que acometer un ERE en el PSM, tal y como también ha tenido que hacer el PSOE a nivel nacional. Gómez ha negado siempre esta posibilidad pero, según explican desde el partido, la solución se ha maquillado con otras medidas que han supuesto desplazar personal de la oficina de Callao al Ayuntamiento de Madrid, donde cada grupo político puede nombrar a una serie de puestos de confianza como técnicos y como auxiliares administrativos.
“Gómez va presumiendo de no haber hecho un ERE, pero en el grupo municipal del Ayuntamiento de Madrid han echado a nueve personas para trasladar allí a otras nueve que trabajaban en Callao”, explican. “Son personal de libre confianza adscrito al grupo socialista pero cuya nómina paga el Ayuntamiento de Madrid”.
La medida se une, además, a los nueve despidos llevados a cabo el año pasado en el PSM y que, en el caso de tres de ellos no fueron pactados y, de hecho, uno acabó en los tribunales con una sentencia en contra del partido. Si se suman los 9 trabajadores colocados en el Ayuntamiento a los 9 despidos y a eso se une que otros dos trabajadores de Callao se han jubilado en el último año, la realidad es que Gómez ha reducido su plantilla en 20 personas. Un ajuste drástico que, sin embargo, no parece ser suficiente para que el PSM no se retrase en el pago de las nóminas y de las cotizaciones a la seguridad social. Los críticos, en pie de guerra, le piden más austeridad en los gastos. Ferraz, de momento, ya ha tomado cartas en el asunto.
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