Son desde el siglo XIX los guardianes de la ley y del orden político a sabiendas de que dentro del hemiciclo no todos lo cumplen a rajatabla. Llevan más de 140 años flanqueando la puerta principal del Congreso de los Diputados de Madrid. Pero a pesar de acaparar a diario cientos de flashes de turistas y fotógrafos, nadie hasta ahora había reparado en la desgracia que uno de los dos leones de bronce acarrea en silencio. El canal de televisión Historia descubrió el pasado mes de agosto que uno de los animales carece de saco escrotal. Para corregir la omisión de tan importante órgano del macho, la cadena ha encargado la fundición de esta pieza después de ofrecerse a colocarla gratuitamente.
Este lapsus no podía dejarse atrás y menos para un canal televisivo dedicado a contar con el máximo rigor posible la Historia. Después de la investigación del fallo, aparentemente no existe ninguna razón artística, histórica, biológica o de cualquier otro tipo que justifique la castración de uno de los leones. Mientras que en el que tiene el rabo levantado deja ver claramente la existencia de sus testículos, en el otro, con su cola a ras de suelo, no son visibles.
Historia se ha dirigido a la Comisión de Peticiones del Congreso de los Diputados para poner de manera gratuita el saco escrotal y completar así la obra escultórica. La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre ya están al corriente de la propuesta.
«La iniciativa responde perfectamente a la filosofía del canal, que despierta la curiosidad del espectador haciendo de la Historia algo vivo, sorprendente y entretenido», explica la directora general de la cadena, Carolina Godayol. No hay duda de que esta historia reúne todos estos requisitos.
Los leones del Palacio de la Carrera de San Jerónimo, nombrados Daoíz y Velarde, fueron forjados en 1865 en la Real Fábrica de Artillería de Sevilla. El escultor Ponciano Ponzano se encargó del diseño y murió antes de ver finalizada su obra. Por desgracia, el taller cerró sus puertas en 1991 pero Historia ya ha encargado la construcción de los testículos a la Fundición CAPA. La virilidad que alguien en su día negó al pobre felino está en juego.
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