La familia de una niña con parálisis cerebral, con el apoyo del Ayuntamiento y Cáritas, solicita ayuda para una silla de ruedas adaptada
Cristina tiene dos años y medio y es la princesa de su casa. También ha conquistado a muchos vecinos de Vegadeo. Por eso, no resulta extraño que el Ayuntamiento y Cáritas se hayan volcado en una campaña destinada a recaudar los 3.000 euros necesarios para comprar una silla de ruedas adaptada que permita a la pequeña, con parálisis cerebral, tener una mejor calidad de vida.
«Necesita la silla y no llegamos», explicó ayer la madre de la niña, Cristina Montoya, al pedir la colaboración ciudadana. Y es que son muchos los gastos que debe afrontar la familia para dar la mejor atención a la pequeña que, con una minusvalía del 94%, no puede comer sola y depende de una máquina para respirar. Facturas de electricidad que superan los 400 euros o un tratamiento de fisioterapia que cuesta 300 euros mensuales son sólo algunos de los gastos obligados.
La petición de ayuda de la familia fue respaldada por la alcaldesa, Begoña Calleja: «La necesidad apremia y toda aportación es válida. Con donativos de cinco o diez euros, en unas dos semanas conseguiremos lo necesario para que la princesa esté mejor».
Colecta en las parroquias
Las donaciones pueden realizarse a través de una hucha instalada en la Casa Consistorial o a través de la cuenta que Cáritas tiene abierta en la oficina local de Cajastur (2048 00 2455 3000101091): «Basta con poner ‘Para Cristina’ en el concepto», indicó la responsable de la agrupación, Ernestina Fernández.
A través de esta organización, el próximo fin de semana se organizará también una colecta en todas las parroquias pertenecientes al Arziprestazgo del Eo: «Pongámonos en el lugar de esta familia. Tenemos que volcarnos con Cristina», instó Fernández, que señaló que hay sillas que pueden ajustarse en función de la edad del usuario: «Cuestan un poco más, pero a la larga se ahorra dinero».
La búsqueda de ayuda para Cristina comenzó hace unos meses a través de una recogida de tapones de plástico. Pero se necesitarían más de 10 toneladas para conseguir la cantidad necesaria. Por eso se ha optado por esta alternativa. No obstante, «seguiremos recogiéndolos para otras causas», indicó Calleja.
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