El ataque para envenenar a las alumnas y profesores de un centro escolar en Takhar (en el norte de Afganistán) es el segundo de este tipo en dos meses, informa la cadena rusa Russia Today (RT).
El objetivo de los conservadores radicales, a quienes culpa la Policía local, es evitar la alfabetización de mujeres y niñas provocando el cierre de las escuelas pensadas para ellas.
En el Afganistán de los talibanes y los burkas, la educación del sexo femenino estaba prohibida y los afganos más conservadores siguen considerándolo inapropiado.
Los autores del envenenamiento de más de 120 niñas y tres de sus profesores utilizaron un polvo tóxico no identificado para contaminar el aire de las aulas, según RT. El envenenamiento provocó el desmayo de decenas de menores.
El mes pasado ya se perpetró un ataque similar en el que resultaron afectadas 150 niñas escolarizadas, al beber agua contaminada.
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