TOROS. El matador de toros madrileño ha fallecido este sábado a los 79 años en el hospital Puerta de Hierro de Madrid por culpa de una bronconeumonía que le había mantenido ingresado estos últimos días. La capilla ardiente de Antonio Chenel, 'Antoñete' será instalada el próximo lunes desde las 10.00 a las 16.00 horas en la sala Alcalá de la plaza de toros de Las Ventas para posteriormente ser enterrado en el Cementerio de La Almudena.
Antonio Chenel Albadalejo, ‘Antoñete’ en los carteles, nació en Madrid, cerca del actual emplazamiento de la Monumental de Las Ventas, en el año 1932.
Paco Parejo, su cuñado y mayoral de la plaza de toros de Las Ventas, le introdujo en el mundo del toro. Mató su primer becerro en 1946 y debutó con picadores en 1949.
Fue en 1953, en la plaza de toros de Castellón, cuando tomó la alternativa de manos de Julio Aparicio y con Pedro Martínez como testigo de la ceremonia. La confirmación en Las Ventas se produjo ese mismo año, el 13 de mayo de 1953. Le cedió los trastos el maestro Rafael Ortega con Julio Aparicio esta vez como testigo. Los toros pertenecieron al hierro salmantino de Alipio Pérez Tabernero.
Su carrera se movió por un tobogán continuo de idas y venidas y con altibajos. Tras una primera etapa marcada por las cornadas y problemas óseos, su gran faena de esta primera etapa se produjo el día de San Isidro de 1966 ante el toro Atrevido de Osborne, al que cuajó una de las grandes faenas de su vida. Se retiró en 1975, con los toros de Sánchez Fabrés.
Su gran época fue la de los años 80, donde su madurez y poso le hicieron el referente de la afición madrileña más exigente, convirtiéndose en una auténtica figura del toreo. Esta etapa, que abarca desde 1981 al 85 tiene como cumbre la gran faena que cuajó en el San Isidro de 1985 al toro Cantinero de Garzón en Las Ventas.
Ese mismo 1985 vuelve a retirase temporalmente de los ruedos aunque vuelve a vestirse de luces en 1987 manteniéndose en activo hasta 1997, cuando nuevamente anuncia otra retirada.
Desde 1998 participa esporádicamente en festejos y corridas de toros en plazas de España y América. En este 1998 actúa y sale a hombros por última vez de luces en Las Ventas en un festejo extraordinario donde estoqueó dos toros de Las Ramblas. Destacable también es su gran faena a un toro de Victoriano del Río en la Feria de San Lucas de Jaén en el año 1999.
En el año 2001 lidia en Burgos, en la tarde del 1 de julio, su última corrida de toros. Ese día tuvo que se ingresado tras desvanecerse después de matar al primer toro.
Durante estas últimas décadas ejerció de comentarista taurino en las retransmisiones televisivas de Canal Plus y en 2001, el Consejo de Ministros decide condecorar al torero madrileño con la medalla al Mérito de las Bellas Artes.
Con Antoñete se va algo más que un Maestro, se va una forma de entender la vida y de interpretar el toreo eterno, el de la pureza en las formas, el de las distancias en los cites dando el medio pecho o esas medias verónicas que ya para siempre han quedado grabadas en las retinas de los aficionados. Descanse en paz, Maestro.
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