viernes, 27 de mayo de 2011
SANTORAL
27 DE MAYO
SAN AGUSTÍN DE CANTORBERY
San Agustín de Cantorbery es el apóstol de Inglaterra, pues es quien dio comienzo a su conversión el 596. Puede con todo derecho ser colocado junto a los grandes apóstoles de Cristo, al lado de San Patricio de Irlanda, de San Bonifacio de Alemania y de otros evangelizadores.
Cuenta el Venerable Veda que paseando un día por el foro romano San Gregorio Magno, vio un grupo de jóvenes esclavos de blanca tez y rubios cabellos. Eran de la isla de Bretaña y todavía no habían oído hablar de Cristo. San Gregorio era abad del monasterio de San Andrés, en el monte Celio. Recogió a los esclavos y concibió la idea de ir a misionar a la isla de Bretaña. No pudo ir, pues poco después era elegido Papa.
Llevaba de papa seis años (596), cuando quiso enviar misioneros a Inglaterra para que anunciaran el Evangelio o a los Sajones, que habían rechazado a los Bretones hacia el oeste.
Eligió para semejante cometido a un grupo de monjes que vivían con Coelius en su casa natal, y les puso como superior al prior Agustín. No parece que éste tuviera una personalidad demasiado fuerte: se verá obligado con frecuencia Gregorio a intervenir para reconfortarle, darle consejos y hasta trazarle un plan concreto de acción. Mas, fiel a su misión, Agustín llegó Inglaterra, donde fue bien acogido por el rey de Kent, Erhelberto que acababa de desposarse con una francesa católica. El rey, aunque pagano, era generoso y liberal. Después de algunas vacilaciones los recibió. Les agradeció las promesas que le ofrecían, y les dio libertad para predicar su fe.
La colonia romana se instaló en Cantorbery, siendo nombrado primer obispo Agustín, con la idea de convertir a esa diócesis en sede metropolitana.
Los benedictinos se extendieron por el reino con gran fruto. Les ayudó mucho la reina Berta, católica y descendiente de Clodoveo. Multitudes se bautizaron. El rey Etelberto también. Cedió a Cristo su palacio, que desde entonces fue la catedral de Cantorbery, primada de Inglaterra.
Gregorio Magno expresa en sus cartas la gran alegría que le embargaba por los frutos apostólicos de Agustín y sus monjes. Le enviaba más monjes, que fueron al reino de Essex, y le encomendaba erigir obispados. Entre otros, fueron creados los de Londres, York y Rochester.
Anteriormente a la conversión de los anglosajones, había ya núcleos de bretones cristianos, pero muy reducidos y sin influencia, encerrados en sí mismos, por enemistad con los anglosajones. Agustín pidió colaboración a estos bretones, del país de Gales, pero de momento no pudo conseguirla. Sólo bastante más tarde se conseguiría la unión.
El apostolado de Agustín sólo duró siete anos. Pero al morir dejaba organizada la magna empresa de la evangelización de la isla. Murió el gran apóstol el año 605, dos meses después que San Gregorio Magno.
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